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Quinta jornada:

Rascacielos Taipéi 101

Desde un punto de vista objetivo, Taipéi es impresionante. No hace falta ser ingeniero para darse cuenta de las maravillas que llevan construyendo esta gente hace ya varias décadas. Hoy la visita, se ha enfocado en el edificio más alto del país, el  Taipei 101. Enorme y sofisticado, ha sido diseñado en forma de caña de bambú para dar un efecto óptico flexible, mezclando el carácter chino con el taiwanés. El número de módulos por el que está formado, son ocho, número de prosperidad. El colosal trabajo, tardó en culminarse, cinco años desde su comienzo. Viendo el resultado final, resulta casi imposible creerlo.

Su inauguración quedó patentada como el edificio más alto del mundo con 508 metros en el 2005, quitándole el honor a las hermosas Torres Petronas de 452 metros, en Malasia. Este título casi enfermizo por poseer cualquier nación, le duró un suspiro, siendo superado de largo por el imponente y exagerado Burj Khalifa de 828 metros de altura. Pero es que en estos últimos once años, hasta cinco construcciones han superado al 101, situándolo en sexto lugar.

No obstante, hay que mencionar, que posee el ascensor más rápido del planeta, entrando incluso en el libro Guinness, con una velocidad de 16,83 metros por segundo. Subir, dura un suspiro, mientras tus oídos notan que la presión atmosférica disminuye drásticamente.

Si fueran pocos los datos que os he dado, debéis saber, que está también equipado con un sistema amortiguador de masa pasivo adaptativo, para protegerlo del fuerte viento. En el piso 88, podremos ver esta enorme esfera de 660 toneladas, siendo de nuevo la mayor del mundo. Además, la estructura está según sus ingenieros, diseñada para aguantar terremotos de un siete en la escala de Richter. El número de plantas (101), están hechas a conciencia, para simbolizar la entrada en el nuevo milenio. Todo cobra un sentido cuando en Asia, nos preguntamos el porqué de las cosas.

Otra mención digna de ser recordada, es que se lo han trabajado tanto, que es el rascacielos más ecológico del mundo. Para los más ecologistas,  y os enferme el asfalto, por ahí, hay algunos arquitectos e ingenieros,  que tratan de poner freno a los hostiles caprichos del hombre, aunque viendo la cantidad de multinacionales que trabajan entre sus cimientos, suene a burla todo esto.

La entrada cuesta 250 TWD (18 Euros). No es para nada caro, comparándolo con otros monstruos de la ingeniería en los que he estado y casi me extirpan un riñón por subir. Realizado el pago, podrás acceder al piso 89 y de allí al 91 o bajar al 88 para ver la gigantesca esfera. El mejor mirador, sin duda alguna es el de la planta 89, con grandes cristales y accesible a las vistas en 360 grados. La sensación de vértigo es muy real. Entre la ventana y tú, no hay barandas, no hay rejas, absolutamente nada. Esta sensación no la he vivido en ningún rascacielos que haya visitado. Por eso y aunque os de pereza pagar 18 Euros, es un indispensable que deberíais poner en vuestra agenda. No hace falta que os diga, que las vistas son espectaculares, viendo lo enorme que llega a ser Taipéi y lo alto que realmente se encuentra el 101. Lo curioso, es que no te das cuenta de ello hasta que te plantas allí y subes arriba.

taiwán

Imposible fotografiarlo desde la base.. Deberéis alejaros unos cientos de metros para que el encuadre en vuestra cámara actúe decentemente.

Abajo, encontraremos restaurantes y un enorme centro comercial. Las comidas son algo más caras que en la calle, pero son platos decentes y la diferencia no es tan abismal. Si recorremos toda aquella zona, sería una buena idea hacerla de noche. Yo la he realizado de día y de noche.

El modo de llegar, es por la línea roja, la estación de Taipéi 101. Al bajar, una salida nos llevará hasta la misma base.

Colina de las cuatro bestias

Tan imprescindible es subir al 101, como lo es venir a esta preciosa colina, denominada: Las cuatro bestias. Dejaros de buscar el significado e intentad subir por el camino del elefante, que es el más sencillo y más aprovechable para tener acceso a unos miradores del Taipéi 101 inmejorables.

Las escaleras son muy empinadas. Hacerlo en verano, no debe de ser una buena idea. Pero en invierno, la mejor hora es al atardecer. Cientos de personas tendrán la misma idea que vosotros. Esperad a que se vayan. Sobre las 18.00 horas, la cosa se calma. Llevad agua. Son unos 30 minutos hasta la cumbre.

La parada de metro es Xiangshan, en la línea roja. Si vais sobrados de tiempo, podéis ir caminando desde el 101. Apenas se tarda una media hora.

Salón Conmemorativo del Dr. Sun-Yat-sen

Como su nombre indica, es una construcción, dedicada al líder de la revolución, el político Dr. Sun-Yat-sen. La entrada es gratuita y la visita merece bien la pena si vamos al 101. Su enorme área, está decorada con bellos jardines. En su interior, podemos pasear por varios museos, donde muestran fotografías, pinturas y algunos artículos de este recordado personaje político  de la historia taiwanesa.

Lo más turístico, es ver el cambio de guardia que custodia la enorme estatua. Diferente al visto en el  anterior memorial, sigue estando cargado de ridículos bailes militares que no vienen a juego, aunque a los visitantes, parece gustarles.

Después de haber realizado estos tres lugares, hoy apenas me ha dado tiempo para más. Las estaciones de metro, son informativas. Yo lo he hecho todo caminando, llegando agotado y casi sin pilas a la zona de la estación central de autobuses.

Mi consejo es que primero subáis al 101 y que no dejéis para última hora lo de la colina. El memorial, con una semana en la capital, vale la pena. Si el tiempo aprieta y no podemos hacerlo todo, quitadlo de vuestra agenda. Hay cosas mucho más interesantes en la ciudad por hacer.

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Más imágenes de la jornada:

taipéi

Con algún resquicio de la navidad debía cruzarme en Asia

aisa

Impresionantes cristaleras, no aptas para gente con vértigo.

taipéi

El 101, nos habla con sus luces. Un espectáculo nocturno que Taipéi cuida con mimo.

taipéi

Quién conozco Asia, debería saber de antemano que el Line, es la mensajería instantánea que sustituye al Whatsapp. Esta fotografía para mí, aunque insignificante para el resto, tiene mucho significado.

El carácter tan infantil de estas mega ciudades, siempre viene representado por muñecos. Graciosos y trabajados, acaban siendo parte de la vida cotidiana de muchos países asiáticos. Éste, en especial, representa a un grupo que nos explica el funcionamiento de la gran esfera que anida en pleno edificio 101, para evitar movimientos durante terremotos o tifones.

Un selfie, desde las alturas de Taiwán

Imposible fotografiarlo desde la base. Su apariencia frágil y delicada, engaña cuando nos plantamos bajo sus pies. Indudablemente una obra maestra de la ingeniería.

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