Segunda Jornada:
Seguimos descubriendo Taipéi. Puede que el tamaño engañe. Que las líneas de metro no sean tan extensas y laberínticas como en Tokio, pero la capital taiwanesa da mucho juego y si no te das prisa, puede que la mitad de las cosas marcadas desde un principio, se quede en un mero objetivo por cumplir.
Esta mañana, con sueño y cansancio, me ha costado mucho arrancar. Hay que tener en cuenta que el cambio de horario ha sido muy duro. Nuestros cuerpos y mentes se están habituando a una velocidad de relámpago, teniendo en cuenta que nos han volado 7 horas viniendo hacia Asia.
Ciudad Antigua
Es una parte vital de la ciudad que no podemos dejar escapar. Hay muchas cosas para ver, pero valoraré las que merecen la pena, por si vuestro tiempo es menor que el mío y poder ayudar al siguiente viajero a cumplir con su viaje.
Si salís desde la estación central, podréis bajar en dirección sur, y ver todo el recorrido que yo he realizado a pie. Atentos, porque los errores se pagan caros al ser las manzanas a menudo enormes para rodearlas de nuevo.
La primera parada ha sido el parque memorial 228, donde podréis disfrutar de un agradable paseo, por unos bonitos jardines cuidados con esmero. En esta zona, encontraremos el Museo Nacional de Taiwán y la Taipei Guest House. Al finalizar en dirección norte, giramos a la derecha y nos daremos con la Oficina Presidencial, de exquisita construcción.
Hasta aquí todo muy bien, pero si el tiempo os pisa el cuello, quitaros de la cabeza este paseo y pasemos a la acción que es lo que nos interesa.
Bajaros en la parada de Chiang Kai-shek Memorial Hall, y dirigid vuestros pasos a los colosales monumentos que veréis en una enorme y cuidada explanada. En un extremo tenemos una enorme puerta con arcos, y en el otro un precioso templo, que alberga una gigantesca estatua de bronce de Chiang kai-shek. A ambos lados, dos titánicos edificios de porte chino, dan forma al teatro y al auditorio nacional.
Chiang kai-shek, desconocido para nosotros, forma parte de la historia reciente de China y Taiwán. Perdida la guerra contra los comunistas, huyó a isla Formosa (Taiwán), llevándose a dos millones de chinos, las mejores obras de arte de su China natal y que ahora resguarda el Palacio del Museo, y un orgullo intacto pese a su derrota, proclamando la independencia de Taiwán y considerado enemigo público de la actual China, reinando hasta su muerte en 1975.
Los 89 escalones que suben hasta su trono-homenaje, post-mortem, son símbolos de los años que vivió. Yo conté 90… alguno sumé de más… El cambio de guardia cada hora, puede ser visto como un espectáculo para el turismo. Si lo veis, ya me contaréis si el baile, hubiera sido mejor hacerlo más moderado.
En las instalaciones de la gran explanada, contamos con un museo gratuito donde repasa los grandes logros de este mítico personaje en el país. Todo el complejo, es sin duda alguna, un imprescindible no sólo de Taipéi, sino de Taiwán.
Llegados hasta este punto, podemos seguir camino noreste o desviarnos detrás del hospital universitario para comprar en el magnífico Mercado de Nanmen. Con productos típicos y unos restaurantes económicos y sabrosos, podrá ser perfecto para que almorcemos y cojamos fuerzas.
Después de esta largo y bonito paseo, ya que estaba encarado, he seguido bajando hacia el Sur, hasta darme con el jardín botánico. Su visita no es para nada obligada. Podéis pasar de largo. Me ha parecido, sucio y descuidado. Algo que me ha chocado con lo cuidadosos que llegan a ser aquí.
Templo de Xintian – Templo del Señor Benefactor (Taipéi Este)
Esta ha sido nuestra segunda parada de hoy. No es que haya dado para mucho más el día. Debemos ser cuidadosos y calcular las horas de luz. Aquí en enero, anochece sobre las 17.30, teniendo que apretar el ritmo en muchos lugares para verlos en condiciones.
Este templo ha sido con el que hemos elegido cerrar el día y dar paso a la noche. Estructuralmente, no ofrece gran cosa si lo comparamos con el maravilloso templo de Guandu, pero a su favor diré que es de los más famosos y utilizados por los taiwaneses. En este cuidado y nuevo recinto, las predicciones hechas por futurólogos es aprobada por la mayoría de feligreses. Las purgas que nos hacen a base de incienso para echar fuera y asustar a los malos espíritus, son vistas a granel y muchos turistas curiosos, vienen a ver qué se cuece por este rincón del budismo más radical. Me ha gustado el ambiente respetuoso y la gran educación que muestra la gente haciendo sus ordenadas colas en silencio. Lo de tirar las piedras de bambú al suelo para obtener respuesta divina, es un añadido para intentar acercarnos a saber un poco más sobre las costumbres tan cambiantes en el mundo de la religión budista, viéndola durante mis viajes por el continente, cómo se ramifica en tan diversas formas, que uno acaba por perderse para no querer encontrarse en este mundo de paz espiritual.
Si me preguntáis, diré que no vayáis. Yo he descansado y me he recargado de buena energía. Eso, allá cada uno. Para llegar en metro, la parada es la de Xintian y en la salida veréis indicaciones bien señalizadas.
Yongkang Street –Shida Night Market
La siguiente parada, con las luces de la ciudad a pleno funcionamiento, ha sido Yongkang Street. La combinación para llegar es el metro y la estación, la denominada Dongmen. Este barrio residencial, da lugar a varios negocios, repartidos por callejuelas encantadoras. Me esperaba mucho más así que he decidido ir andando al Shida Night Market, situado a un kilómetro. No es fácil de localizar y los callejones son estrechos y apenas perceptibles desde el exterior. Estoy seguro, que lo he encontrado por pura casualidad.
Después de agotadoras caminatas durante todo el día, me ha quedado aliento para cometer el error de ir a Metro Mall. Pensaba que sería algo parecido a un centro comercial con calles adyacentes llenas de juventud y buena música. Tan sólo me he dado con un lujoso centro comercial, sin personalidad alguna y fuera de todo signo de vida en las calles.
Puede que os suene raro, pero parece que esté en varios países a la vez…. Un poco de Tokio, otro poco de Singapur y el caos más absoluto, que me recuerdan a Bangkok o Yakarta… Sólo Taipéi puede regalar esas sensaciones tan surrealistas y atrofiadas.
Mañana seguiré mordiendo otra porción del pastel para seguir informando sobre mi experiencia diaria en Taipéi.
Más imágenes sobre mi segunda jornada:
Sígueme en mi viaje por Taiwán.
Típica calle taiwanesa
En alguna debía salir yo
El precioso mercado local de Nangman
Hay que tomárselo con calma. Las dimensiones engañosas, hacen creer a la gente, que Tapéi se hace en un par de días. Es literalmente enorme y está llena de sorpresas