La zona más visitada y razón no le falta. Dicen las malas lenguas, que visto el Sur, el resto del país se te queda corto. Para nada puedo estar de acuerdo con ello. Cuenta con una ventaja muy importante respecto a otras zonas del país, y es que hasta Vik, podremos ir haciéndolo desde la capital en excursiones de un día. Todo lo que se aleje desde este punto, es meterle muchos kilómetros e invertir más tiempo, obligándonos a pernoctar ya sobre el camino.
SUEÑOS REALES
Como toma de contacto a Islandia, el Sur es un punto de partida no sólo fácil de hacer, con cómodas carreteras, accesos casi a pie de la vía principal a muchísimos puntos de interés (si no nos salimos de los caminos accesibles), en una franja de kilómetros comprensible, si le dedicamos unas cinco jornadas a devorar asfalto, veremos que al principio seremos recompensados por suaves delirios paisajísticos, y a medida que las jornadas vayan transcurriendo, todo se acabará convirtiéndose en una simple y pura locura terrenal.
¿Qué nos encontraremos mientras conducimos? Ríos surcando y bifurcándose en llanuras infinitas, planicies hostiles fundiéndose con el horizonte, cascadas de todo tipo cayendo desde enormes montañas cada pocos kilómetros, abrazos de hielo con sus enormes y níveas lenguas, nacidas del gigantesco glaciar madre que abarca un buen mordisco del mapa islandés, son por mencionar, sólo unas pocas de las muchísimas sorpresas, que esta ruta nos irá mostrando sin buscarlo.
Sin apenas percatarnos, estaremos haciendo una de las carreteras más bonitas, me atrevería a decir de todo el planeta. El Sur no deja indiferente, te deja marcado, creando un precedente, creyendo con casi toda certeza, que el resto del país, no podrá estar a la altura. Qué equivocado estaba ….
QUÉ NO DEBEMOS PERDERNOS DEL SUR:
Si cogemos desde el principio del artículo todos los puntos que os he puesto, podéis hacerlos en el mismo orden en el que los muestro. Por lógica desde Laguna Azul, hasta el último punto situado en el pueblo de Hofn, podremos llegar a hacerlo entre tres o cuatro jornadas.
LAGUNA AZUL (Blue Lagoon) .
Aguas termales, reconocidas mundialmente, situadas a unos 50 kilómetros de la capital, resulta ser la salida perfecta para una tarde, tanto de bienvenida al país o como despedida si decidimos pasar la última noche en Keflavik (23 kilómetros). Es fundamental, si vamos en temporada alta, reservar con antelación. Hay distintas opciones y la más sencilla, incluye una bebida, toalla, una mascarilla para la cara y nuestro chapuzón en estas aguas termales durante 1 hora, aunque nosotros estuvimos casi 3 horas. El precio es de 35€.
¿Dónde reservo con antelación las entradas?
TRIÁNGULO DE ORO.
Bueno, vale, no entra de lleno dentro del Sur, pero forma parte de cualquier ruta y hablamos del circuito más veterano y uno de los “must”, que deben formar parte de cualquier itinerario de Islandia. Consta de tres puntos que deben realizarse, pero yo voy a poneros cinco, ya que nos vienen de camino y son perfectamente amoldables a una jornada yendo muy tranquilos. También hay que resaltar, que esta salida, es muy factible hacerla en un día saliendo y volviendo desde Reikiavik. Sus puntos estrella son los siguientes:
-Pingvellir : Ver donde nuestro planeta se parte y se va separando … no tiene precio. Podemos tener un pie en el continente europeo y otro en el americano.
-Cataratas Gullfoss : Enormes y fotogénicas cataratas.
-Geysir : Todo un clásico y debido a su nombre, todos los del planeta adquirieron su nombre Geiser.
-Cataratas Bruararfoss : Menos conocidas, pero después de una caminata de unos 7 km i/v, la recompensa es muy gratificante.
-Kerio: Pintoresco cráter volcánico, bañado por un azulado lago. Toda una parada obligatoria.
Un buen comienzo para iniciar el viaje por el Sur es empezando por estos puntos y acabar en Selfoss, para continuar por la famosa carretera 1, dirección Vik.
CAMINO HACIA VIK.
Muchos viajeros deciden hacer noche en un pueblo al acabar el famoso triángulo de oro y otros más descabellados y aprovechando que los días en verano son casi interminables, apuestan por poner la directa e incluir todos estos puntos que os voy a poner antes de llegar al famoso pueblecito de Vik.
Mi consejo, es que os lo toméis con calma, aunque yo no lo hice viendo que la jornada se me acababa. Decidí resolverlo, diecisiete días después, volviendo al Sur una vez concluida toda la vuelta al país.
Hay diversos puntos que son joyas, auténticos monumentos elaborados por la naturaleza en su máxima expresión. Las granjas suelen dominar el horizonte y la carretera va ensanchando inabarcables paisajes donde el intenso verde va invadiendo todos y cada uno de nuestros sentidos.
Voy a poneros los clásicos y los menos clásicos, aunque, a decir verdad, complicarse la vida en esta zona del país no es razonable, ya que la mayoría están indicados en las mismas carreteras y a escasos kilómetros de la carretera principal 1.
– Cataratas de Seljalandfoss: Para muchos las más bellas de todo el país. Eso es mucho decir. Creo que hay para todos los gustos, de todos los tamaños y cada una tiene su toque personal. Sin embargo, caer rendido al ver romper el caudal del río, resulta conmovedor. Además, podemos pasar por detrás y conseguir unas fotografías fantásticas.
– Cataratas de Gljufrafoss: Como quien no quiere la cosa, al lado de las Seljalandsfoss, apenas a quince minutos andando, encontramos estas cataratas bien escondidas de fácil acceso. Toda una sorpresa y apuesto a decir, y no me preguntéis por qué, pero son una de mis favoritas en todo el país. Verlas solos, será no sólo algo imborrable, sino que viviréis “vuestro momento”, ese momento que todos buscamos en nuestros viajes. Yo lo hice.
– Cataratas Skogafoss: Y aquí tenemos una de las más conocidas y fotografiadas no sólo de Europa, sino del mundo. Su caída es perfecta y la furia del agua cayendo, se hace oír desde la lejanía. Su acceso es fácil y visible desde la carretera principal.
– Glaciar Solheimajokull: Accidentalmente accedí a mi primer Glaciar de Islandia por pura curiosidad, sabiendo que más adelante iba a toparme con el gigantesco Myrdalsjokull, pero este alejado brazo situado en el Sur, no sólo es bonito, sino que te permite acercarte caminando y tocar su helada piel de hielo. Lo curioso del lugar, es que en vez, de verlo blanco, es negro, debido a la ceniza de la roca volcánica. Su fácil acceso desde el parking y las diversas agencias en el mismo lugar para caminarlo, son para mi, todo un descubrimiento que suele pasar desapercibido.
– Avión Solheimasandur: Aquí viene un polémico punto de interés, porque muchos son los que critican que caminar media hora para ver un avión estrellado de hace cincuenta años, no tiene sentido. Bueno, hay cosas mejores que ver, pero nadie me puede negar que el desolador paisaje donde se encuentra es de otro mundo. Hay un autobús que te lleva, vetando la entrada a todo tipo de vehículos. Andando son una hora y media de ida y vuelta.
ZONA DE VIK I MYRDAL.
No hay duda, que acabará siendo para muchos la joya de la corona, sobretodo para la gente que disponga de pocos días y haya marcado como objetivo este punto más lejano. Y es que el pueblo en si, tiene una fotogénica iglesia y una playa negra con unas impresionantes vistas, pero los alrededores son paisajes de ensueño, sacados de películas, precipicios imposibles, mares indómitos y montañas que parecen gigantes durmiendo desde hace siglos, cubiertos de tupidos mantos verdes de hierba. Esta zona es para mí no sólo una de las mejores, sino que saqué tiempo para hacerla dos veces en un intervalo de dos semanas, descubriendo lugares nuevos y redescubriendo los que había visitado anteriormente.
Habría que tener muy en cuenta, que los puntos que cité en el anterior apartado, se pueden hacer desde Vik, con mucha comodidad. Por eso, recomiendo dos noches y hacer tanto los anteriores como los que os voy a poner ahora.
Puntos que no deben pasarse por alto:
-Vik i Myrdal: Según las guías de viaje, el pueblo más grande que hay en el Sur después de Selfoss. Vale, no entiendo nada. Es una aldea con alojamientos y una iglesia que si es merecedora de una visita y unas fotos, pero es que más que un pueblo, es un apeadero donde dormir, adquirir alimentos en el supermercado y repostar el vehículo. Nada más. Sin embargo, si le echamos imaginación, puede que nos veamos seducidos por los bares musicales y esa calma nocturna, esperando ser afortunados y ver alguna Aurora Boreal. No es un pueblo bonito, pero llegar a él es un escándalo y un punto de inflexión, porque el viaje a partir de aquí cambia por completo.
– Reynisfjara Beach: El océano y su fuerza se dejan sentir aquí, donde cientos de frailecillos, gaviotas y algunas despistadas focas, serán nuestros anfitriones en esta larga, ancha y enorme playa de arenas oscuras. Las formaciones rocosas escarpadas, talladas por el magma de la tierra, hace de este lugar, todo un clásico de los fotógrafos. Caminar de una playa a otra, puede resultar peligroso, pero las calas que podremos descubrir son asombrosas.
– Dyrholaey Viewpoint: El mirador más impresionante del país. Si te lo pierdes no te perdono. Las vistas a ambos lados desde el faro que se sitúa en la cima, son estremecedoras. No hay palabras, ve, míralo y llora de emoción un rato. Yo lo hice. Además de esa belleza sobrecogedora, podremos disfrutar si tenemos algo de fortuna, de los simpáticos vuelos de los frailecillos. En temporada alta, sobre todo desde Junio a Agosto, los rocosas y escarpadas paredes son un auténtico espectáculo, con miles de aves volando y anidando en los riscos más imposibles que podamos imaginar.
CAMINO A HOF
Asombrados de las dos jornadas dedicadas a la zona más encarada al Sur, salimos de Vik con tristeza, aun a sabiendas que volveríamos si nos sobraban un par de días. El clima estaba siendo tan amable durante nuestro trayecto, que éramos conscientes que más adelante, la fortuna podría teñirse de oscuros nubarrones y tormentas apocalípticas.
El camino que hay de Vik hasta Hof, es desolador. Puede que a algún loco le aborrezca, pero a la mayoría de los mortales, les dejará sin habla, viendo como el mar de lava, conocido como los Campos de Lava Eldhraun, es el más extenso del planeta abriéndose en todas direcciones, siendo sólo quebrada esa uniformidad, por la carretera principal. Más que un trayecto, el camino a realizar hasta Hof, es para mí, otro imprescindible que hay que degustar con calma, analizando un silencio que tras parar el motor de nuestro vehículo, nos invadirá e intimidará. La soledad, la fuerza bruta de la naturaleza, sólo estaba empezando a presentar su cara de refilón.
¿Cuál era el propósito de llegar a Hof? Ninguno. Sabía que el Parque Nacional de Skaftafell, quedaba a un paso y pernoctar en la zona era una gran idea. Una idea que se convirtió por casualidad en un momento memorable, cuando después de abandonar el desierto de magma, el vehículo iba a ir chocando casi literalmente con los brazos del Glaciar Vatnajokull, recibiendo cada uno su nombre haciendo imposible el avance debido a las continuas paradas que íbamos haciendo para poder captar ese momento con la cámara.
¿Qué no debemos perdernos de esta zona?
Pernoctar en Hof o en Hnappavellir, por mencionar algún pueblo con apenas diez habitantes, es no sólo una experiencia que deberíamos anexionar al viaje, sino que a menudo nos veremos obligados a hacer, porque no hay nada más en kilómetros y kilómetros a la redonda. La respuesta es buscar algo cerca del de Skaftafell por cualquier aplicación y reservar.
-Parque Nacional de Skaftafell. Llegar es bien sencillo. Es el parque Nacional más conocido del Sur y razón no le falta, aunque si somos objetivos, venir aquí para una sola jornada, no sería perder el tiempo, pero si desaprovecharlo, debido a sus enormes opciones y distintas entradas desconocidas por la mayoría. Mi consejo es que os dirijáis a la oficina de turismo de Skaftafell, situada a escasos metros del aparcamiento de pago (5€ x 24 h), y con un mapa gratuito os señalen las dos rutas más habituales, fácilmente asumibles en una mañana para poder seguir camino hacia el Sureste.
Dos rutas son, diría yo, las que la mayoría de los visitantes acaba haciendo.
-Una y ésta si debéis anotarla es la de la caminata hacia la Svartifoss waterfall (cascada negra). Esta catarata, debido al basalto formado fue curtiendo las paredes de la montaña en una forma curiosa y bonita. Si la veis, caeréis en la cuenta, de que también es conocida como la catarata órgano. El camino de apenas un kilómetro y medio, una hora ida y vuelta, merece la pena, pero encasillar a esta cascada, como una de los más bonitas de Islandia, es un insulto a la inteligencia, y ¡ojo!, que impresiona y mucho, pero si tenéis la suerte de hacer todo el país, ya juzgaréis vosotros mismos.
– Otra ruta, es hacer el Glaciar de Skaftafell. Tan sólo es una lengua del Glaciar Vatnajokull, el mayor Glaciar unitario del mundo y para quienes no hayan tenido extrañamente la oportunidad de acercarse a uno durante todo su recorrido hasta Skaftafell, en apenas 3 kilómetros de fácil caminata, nos acercaremos, lo suficiente para ver como las heladas paredes se funden con un amarronado lago.
Con estos dos puntos, de apenas 4 horas de duración, tomándotelo con calma, podemos seguir la ruta hacia el Sureste y hacer parada en el siguiente punto, donde sí es muy aconsejable dejarse caer, ya que es muchísimo mejor que la lengua del Glaciar de Skaftafell.
DE SKAFTAFELL A HOFN
El desafío de visitar Skaftafell estaba resuelto a medias. Sabía de antemano que había acariciado la piel de este parque sin apenas tocarlo y que me había dedicado a hacer los dos puntos que todo el mundo acaba haciendo por falta de tiempo. Las sensaciones duraron lo que duró darme con los siguientes puntos de interés, haciéndome olvidar mi fiasco anterior.
Delante de mi, la carretera me dedicaba de nuevo su sonrisa salvaje, con un clima que iba afilando los dientes, aunque sin atreverse a morder todavía. El cielo, color acero, endurecía el entorno y el frío en pleno mes de agosto, a unos 5 grados, parecía calar mucho más debido al viento.
Llegar a la meca del Sur, es acabar visitando el Glaciar Jokulsarlon, hacer noche en Hofn y regresar a la capital para los que apenas disponen de una semana, o como en nuestro caso fue, seguir a pie de guerra, queriendo descubrir más y más.
Decir que la ruta planeada en un principio iba transformándose, agrandándose a medida que íbamos yendo adelante, era toda una declaración de intenciones. No queríamos ver sólo lo citado en blogs, guías y foros de viajes, sino que queríamos dibujar nuestro propio mapa, yendo a menudo a tientas por caminos que algunas veces no llevaban a ninguna parte, sin embargo, otros fueron los mejores descubrimientos del viaje.
Total, que el objetivo de la jornada, era visitar tres lugares bien marcados por todas las reseñas en internet e indagar nuevos rincones que ya preveíamos, nos iban a retrasar hasta caída la noche en Hofn.
Cuatro puntos marcaré para ayudaros, aunque estos fácilmente pueden verse afectados por el clima y mermar el número y si tenéis suerte, aumentar las visitas en ciertos desvíos que apenas pasan inadvertidos. Prestad atención a los caminos que parecen ahondar en los paisajes más bonitos, llevan a un lugar interesante casi seguro. Perder no vais a perder nada, sólo tiempo, y si de eso vais justos, seguid los siguientes imprescindibles que hay.
-Fjallsarlon Glacier: Puede que sea la segunda lengua de glaciar más bonita y accesible de todas las que podáis acceder fácilmente. Situada a pocos kilómetros del archiconocido Glaciar de Jokulsarlón, éste apenas recibe visitantes y una breve excursión os llevará a las mismas faldas de las heladas paredes. Hacer el camino por la parte Oeste, es todo un acierto que te va acercando más y más, dejándote sin aliento las vistas que se obtienen desde los barrancos que caen al vacío.
-Jokulsarlón Iceberg Lagoon: A la gente le encanta. A mí me gusta, pero después de haber analizado todo lo que he visto, queda un poco a la retaguardia de mis preferencias. Indudablemente hay que verlo, porque está en plena carretera, con un enorme aparcamiento gratuito y caminarlo es todo un placer. Focas juguetonas van surcando las calmadas aguas, que despiertan con el zumbido de los motores de los barcos híbridos que transportan turistas a granel. Sus dimensiones sobrecogen y las curiosas formas de los icebergs, flotando en el enorme lago, sólo hacen que sumarle magia, a un lugar que de por sí, es el más famoso de todo el Sur.
-Diamon Beach: Los icebergs, empujados por la corriente, acaban en el mar. El inclemente oleaje los hace añicos, depositando en las oscuras arenas de la playa, miles de trozos de hielo brillantes. Toda una curiosidad y un verdadero reclamo para cualquier viajero. Además, está justo delante de Jokulsarlón Glacier, con un enorme y gratuito aparcamiento.
-Flaajokull Glacier: El mejor sin duda alguna. Una hermosa lengua apartada, sólo apta para llegar con vehículos 4×4, este rinconcito fue todo un descubrimiento. El durísimo camino que hay que hacer, hace dudar a muchos. Una vez puesta la directa y viendo que el paisaje cada vez es más y más bonito, no llegaremos a parar hasta que se nos acabe la carretera, casi en las mismas raíces del glaciar. Sabemos que hay caminos que llevan a la cima, porque vimos a un par de islandeses que iban con todo el equipo preparado para hacerlo. Verlo al atardecer, es uno de los mejores recuerdos que tengo de Islandia.
Está situado a unos 50 minutos de Jokulsarlón Glacier, llegando a Hofn.
-Hofn: Llegar a Hofn fue como llegar a la civilización. Vik fue lo más grande que habíamos visto en días y no dejaba de ser como un pueblo apeadero. En Hofn, las cosas cambiaban y los restaurantes (no muchos), estaban abiertos. Los viajeros, que apenas habíamos ido topando con ellos, parecían concentrarse aquí. Bien es cierto, que si la gente utiliza estos pequeños pueblos como base para explorar el país.
Hofn es perfecto para quedarse unos cuantos días y contratar infinidad de excursiones y actividades, donde sólo puedes llegar mediante una agencia local.
El puerto es el único punto que se salva. El resto del pueblo, habitado por apenas unos 2000 habitantes, sólo nos invita a pernoctar, repostar y abastecernos para seguir nuestra ruta.
¿CUANTOS DÍAS DEDICO?
Desde que salí de Reikiavik, hasta Hofn, he corrido y mucho. Hemos de descartar la Laguna Azul, que la hice el último día cuando tenía el vuelo. Con todos los puntos mencionados anteriormente, yo he conseguido hacerlo en 4 días. Hacerlo en verano, tiene mucho que ver. Nos levantábamos a las 7 de la mañana y hasta caída la noche sobre las 22.30 no llegábamos al punto de destino. El resto de meses, sería imposible hacerlo en tan poco tiempo.
Recalcar, que volví a la zona Sur de Vik, una vez completado todo mi viaje. Los puntos que descubrí durante dos días más, no los he puesto en el artículo. Pero sería interesante, indagar en internet, porque existe una ruta caminando que va haciendo unas 22 cascadas, a través de montañas. Yo hice varias más en coche pero menos conocidas. Os dejo alguna foto para que os hagáis una idea.
¿QUE HUBIERA HECHO MÁS SIN PENSÁRMELO AHORA?
-Landmannalaugar (por falta de tiempo). Todo un reto para los más atrevidos y los que se dediquen más al Sur. Yo lo intenté planear de todas las maneras. El duro camino, las tres horas de ida desde Vik i Myrdal y las informaciones que me llegaban hicieron que desistiera, pese a que junto a Las “High Lands”, eran los puntos más importantes de todo el viaje.
-Porsmork (Lo intenté). Vadeé dos ríos, pero al tercero me eché atrás a tan sólo quince kilómetros de este famoso y por lo visto fantástico lugar.
CONCLUSIONES
Hofn, era un punto de inflexión. Podemos decir, que el Sur acaba y el Este empieza allí. ¿Cuestión de mapas? ¿De fronteras acertadas por cartógrafos? Puede…. La topografía después de Hofn, cambia completamente abandonando todo rastro de glaciares y el viaje se convierte en otra cosa, en otros paisajes, puede que más bellos incluso que los visitados en la jornada anterior y puede que en todas las jornadas que habíamos realizado.
El Sur, había superado todas las expectativas. El inexistente turismo, un clima que nos sonrió por pura suerte y un viaje tan fácil e intuitivo, nos dio un nuevo empuje para empezar con más ganas la parte Este. Atrás quedaban todas las cruces señaladas en nuestro mapa, para ir creando nuevas y volver a descubrir, si eso era posible, que Islandia, de arriba abajo, era todo un espectáculo acuñado por una naturaleza tan caprichosa como misteriosa.
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EL SUR EN IMÁGENES (CONTINUA VIENDO EL POST)
Una de las múltiples lenguas del Gran Glaciar Madre Vatnajokull. Aquí en concreto tenemos el Glaciar Fjallsarlon. No mi favorito, pero sí uno de los mejores.
Tan polémico como misterioso. No es un hecho que la historia de este avión, esté documentada y todos sobrevivieron. Lo que deja atónito, es el desolador paisaje en el que se encuentra.
La famosa Catarata de Gullfoss. Si emprendemos el camino desde el Sur, empezar por el Triángulo de Oro es una opción excelente. Esta enorme caída es una de tantas que nos esperarán por delante.
Kerio. Un cráter volcánico a un tiro de piedra de las Cataratas de Seljalandfoss Aunque se deba pagar unos 4€ para aparcar el coche, se me antoja un imprescindible debido que viene de paso haciendo el Triángulo de oro.
Descansar en la base de Kerio no sólo es algo que puede hacerse. Debe hacerse.
Un rincón que pasa casi desapercibido aunque está apenas a veinte minutos a pie de la gran conocida catarata de Seljalandfoss. El nombre de ésta en cuestión es Gljufrafoss
Vik i Myrdal. Todo un clásico del Sur. Las vistas desde el Faro, son realmente bonitas. Subirlo a pie no tanto, pero tenemos un acceso para vehículos 4×4 que nos dejará en el mirador más sorprendente del país.
Reynisfjara Beach. Todo un clásico.
Uno de los glaciares más sorprendentes de nuestro camino sin necesidad de caminar sobre sus lomos. El Fjallsarlon Glacier, deja de ser un punto habitual y los turistas apenas asoman por sus empedrados caminos.
El único, el inconfundible Geysir. Esperar a que la tierra reviente en un enorme erupto, es algo que ocurre cada ciertos minutos. La fuerza es sorprendente. Todo un espectáculo de la naturaleza.
Soñar con Islandia es sencillo. En algún lugar de algún punto desconocido del camino
Uno de tantos caminos que surgen desde la carretera principal. Éste, sin duda nos llevó a un lugar mágico llamado Flaajokull Glacier
Maestro de maestros. Puede que el más significativo y nombrado, por su tamaño excelente ubicación a pie de carretera. El Jokulsarlón Iceberg Lagoon
Diamond Beach. Situado justo al lado, del Jokulsarlón Iceberg Lagoon, veremos esta oscura y enorme playa, donde los icebergs a la deriva, acaban haciéndose añicos por el fuerte oleaje de ese mar tan salvaje que Islandia nos ofrece.
Vistas desde la Reynisfjara Beach, de la famosa montaña mirador Dyrholaey Viewpoint.
La Reynisfjara Beach, vista desde el camino que nos lleva a pie hacia el mirador.
Una parada en cualquier lugar de Islandia. Todos los altos en el camino, se convierten en todo un acontecimiento visual.
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