Todo viaje tiene al menos un punto en el que fijas tus objetivos y sobre ese lugar, vas desarrollando sobre la marcha el resto del itinerario. Era de una evidencia tan aplastante, que Samarcanda, sería el epicentro cultural de mi primera parte del viaje. Además, era desde hace años, una de las ciudades que más deseaba conocer y que tan solo su mención, me empujó en plan suicida a hacer una ruta que sonaba de locos. ¿A quién se le ocurriría hacer Asia Central en menos de 20 días, para luego ir a Sri Lanka? …. A mí.
Samarcanda …. ¿Quién no ha dejado volar su imaginación sólo con la mera mención de ese nombre? ¿Dónde pereció el mito y nació la presente realidad? ¿Quién no habrá soñado alguna vez, vivir por un instante las aventuras de los antiguos comerciantes, cruzando todo el continente asiático? Aunque sea imposible meterse en el pellejo de tan valiente empresa, ¿Por qué no acercarse y empaparse un poquito de la que fue una de las ciudades más importantes en la Ruta de la Seda, a ver qué tiene que mostrar al viajero?
No hace falta tener un espíritu aventurero para rendirse ante la belleza arquitectónica que esta ciudad alberga entre sus actuales grandes avenidas y modernas plazas, salpicadas de fuentes funcionando a pleno rendimiento bajo el Sol abrasador del corazón de Asia.
Vinimos desde Kazajistán, después de una fugaz visita a la moderna ciudad de Almaty. Mi empeño en querer coger un poquito de cada lugar, me hizo cometer la bonita locura de cruzar en apenas una semana tres fronteras. Una vez en Uzbekistán, nos hemos impuesto bajar el piñón y disfrutar de paseos tranquilos, dejándonos llevar por esa magia que sin saber por qué, ni cómo, acaban transmitiéndote, solo algunas ciudades elegidas, por los caprichos de la historia y que a menudo por casualidades, se han ido moldeando magistralmente con el paso de los siglos. Samarcanda, es una de ellas.
Cansados, sucios y malhumorados, después de 24 horas sin dormir, llegamos con más pena que con alegría. Apenas recién levantados, intentamos atacar por el flanco del Norte los enclaves más emblemáticos. El éxito fue rotundo. Maravillados y asombrados porque no teníamos realmente una percepción hecha de lo que nos íbamos a encontrar, fuimos descubriendo hora tras hora, que como un buen mago, Samarcanda va sacando de la chistera, en cada esquina y a poca distancia, unos monumentos dignos de estar a la altura de los más famosos en el mundo.
SIENDO OBJETIVOS, PARA NO PILLAR POR SORPRESA A NADIE
No queráis encontrar las mezquitas y los mausoleos tal cual se postraban siglos atrás. Debido al paso del tiempo, los terremotos y las guerras, muchos de estos monumentos han sido reformados. Puede que pequen en demasía de nuevos, pero no decepcionan a nadie. Sólo los entendidos en arte son los más críticos y no es mi caso.
Samarcanda es moderna. Todo el núcleo urbano es muy innovador. Con anchas avenidas arboladas, buena iluminación para pasear, restaurantes de rango medio, puede que los más entusiastas a lo retro, se vean en jaque al encontrarse un lugar hecho a medida para el turismo de todas las edades. Es frecuente encontrar “macrogrupos” de gente mayor que van por agencia. También tienen derecho y no ha de entorpecer nuestro veredicto final, porque seamos viajeros independientes o por agencia, pienso sin duda alguna, que el fin acaba siendo el mismo. Seamos más permisivos.
Ojo con viajar en pleno me de julio o agosto que puede ser infernal. Las temperaturas pueden llegar a tocar en su punto álgido los 43 grados. A finales de agosto que es donde me encuentro yo ahora, apenas se llegan a los 29 grados y las mínimas a 14 grados. Estudiad bien cuándo ir, porque caminar puede llegar a convertirse en un auténtico calvario y es necesario para conocer los imprescindibles de Samarcanda.
QUE HAY QUÉ SABER DE SAMARCANDA. SU HISTORIA
Aunque poco dado en mi infancia a las clases de historia, ahora de adulto, me muero por conocer todos los entresijos que esconde desde la aldea más remota, al país más moderno. El destino es así de extraño y no iba a ser menos con Samarcanda. Para entender lo que vamos a ver, deberíamos repasar qué y cuándo ocurrió todo.
Para empezar a indagar un poco en los monumentos que iremos viendo en Uzbekistán, deberíamos tener presente lo que es una Madrasa. ¿Por qué? Porque tanto el Registán como miles de templos que hay esparcidos por todo el territorio son mezquitas, palacios, mausoleos y en su mayoría madrasas.
Una madrasa era un edificio que servía de escuela. Tanto sus estudiantes como sus tutores, vivían y estudiaban allí. Como podremos ir viendo, sus patrones son similares vayamos donde vayamos y lo que las distingue es el diverso tamaño. En Khiva o Bujará nos toparemos con que las dimensiones nada tienen que ver con las del Gran Registán en Samarcanda. Vamos, que si nos ponemos a pensar, eran sencilla y llanamente escuelas para unos pocos privilegiados. Tampoco debemos caer en el error de tildar a estas instituciones de radicales, donde durante toda la historia han enseñado el Corán y en lugares como Yemen y Somalia, difundieron y difunden el odio hacia occidente, vetando cualquier religión que no fuera el Islam. En las madrasas que veremos durante este viaje, evidentemente muchas eran para estudiar el Corán, pero también impartían clases de filosofía, ciencias y otras ramas que tuvieran que ver con unos estudios superiores.
Ahora veamos qué deberíamos saber sobre la curiosa historia de Samarcanda.
Para empezar, si nos ponemos a investigar por internet, que el juego de poderes fue muy variado durante muchos siglos. Samarcanda era un lugar estratégico de paso en la famosa Ruta de la Seda, pero yo me basaría en conocer la historia del según los uzbekos, el más legendario conquistador de su historia. Hablamos de Tamerlán y sería lógico estudiar sobre este personaje, ya que hace acto de presencia en todas las plazas de las ciudades uzbecas e incluso el nombre de muchísimos monumentos de Samarcanda están construidos en un estilo llamado timúrida, que es el nombre que recibe el estilo arquitectónico, cuando Tamerlán alzó la ciudad y se lio a construir a diestro y siniestro.
Su pleno apogeo como ciudad, data del 1404, donde aventureros españoles la describen como el lugar más bello que jamás haya existido. Incluso el gran conquistador Alejandro Magno, dijo de Samarcanda, que todo lo que había oído anteriormente a su viaje era cierto, menos en una cosa, que era más bella de lo que le habían descrito.
Debido a la muerte de Tamelán, durante una campaña contra China, con la certeza que iba a anexionarla a su vasto imperio, murió en 1368. Lo que no me entra en la cabeza, es cómo en Uzbekistán, adoren a un kan turco-mongol, que exterminó ciudades enteras uzbekas y fuera depuesto su linaje posterior por los uzbekos, reclamando lo que antaño les quitó el gran conquistador.
Supongo que suena más poético, que un legendario guerrero y político como Tamerlán, sea un símbolo nacional, olvidando las carnicerías y que actualmente cobre más fuerza, garra y valor el personaje moldeado, tirando por el retrete la auténtica verdad histórica. Poco queda ya en la memoria del pueblo, quedándose con la parte positiva: el legado arquitectónico que dejó impreso en muchos lugares de ensueño, y desechando la parte negativa.
Samarcanda, no sólo fue Tamerlán, fueron otros anterior o posteriormente los que bajo una dilatada historia, hicieron uso de su mano de hierro y es un consuelo, ver que entre tantos vaivenes, no quedara hecha añicos y que pudieran en este siglo, restaurar lo que evidentemente el paso de los siglos destruyó.
LO QUE NO DEBEMOS PERDERNOS
Para hacer una visita completa, necesitaremos un mínimo de dos jornadas. Los puntos más importantes son seis, extensibles a muchos más dependiendo de los días que dispongáis. Os pondré por orden los que a mí me han gustado más y que considero que cualquiera que venga aquí, no debería perderse.
-REGISTÁN: Es por excelencia el monumento más imponente y visitado de todo el país. Razones no le faltan y es un hecho que puede que hablemos de uno de los lugares arquitectónicos más bellos del mundo. Doy fe y sólo podría compararlo con el inigualable Taj majal, aunque el Rejistán no sólo cuenta con una fachada preciosa, sino que sus interiores son admirables. Es muy recomendable ver atardecer allí y esperar que estas enormes puertas al pasado, se iluminen. Estos tres edificios inclinados son considerados las tres escuelas coránicas mejor conservadas del planeta. La entrada para acceder al interior vale 50.000 y es válida para dos días.
-MAUSOLEO DE A TEMUR: La entrada cuesta 20.000 y es válida para dos días. Es el mausoleo de Tamerlán, también veremos dos criptas, de su mano derecha y la su consejero que decía ser descendiente del mismísimo Mahoma. Veremos cuatro tumbas más, dos de sus hijos y dos de sus nietos y un techo precioso interior, bajo una cúpula azul exterior muy fotogénica. Visitarlo tanto de día como de noche, bien merece la pena el agradable paseo desde a calle principal de Rejistán.
– MEZQUITA BIBI KHANUM : Enorme mezquita, pegada al Bazar Siab. Cuando fue construida, era en la época la más grande del mundo. Su construcción está llena de leyendas. La cúpula de hecho, al no haberse intentado con anterioridad construir una de esas dimensiones, se vino abajo antes de acabarla. Cuentan que Bibi Kanum, la esposa de Tamelán, quiso hacerle ese regalo, mientras estaba ausente. El arquitecto encargado de construirla, se enamoró de ella y se negaba a acabarla sino conseguía un beso de ella. Como podemos intuir, la mezquita finalizó y Tamerlán a su vuelta vio la marca del beso. Fue entonces cuando el kan ordenó que todas las mujeres debían llevar velo para no tentar a los hombres…
-SHAHI ZINDA: Mausoleos, azulejos que se consideran los más bellos que existen en el mundo musulmán, nos dan paso a lo que para mí es un lugar realmente conmovedor. Situado en plena necrópolis, acceder por su paseo a la puerta ya merecería por si solo la visita. Rodeado de un gigantesco cementerio, descubriremos este bello lugar, entre oraciones y hordas de turistas. Puede que se trate para muchos del lugar más simbólico del país.
-MEZQUITA HAZRAT-I-HIZR: De entrada gratuita, situada en lo alto de una colina, apenas a cinco minutos andando desde la Mezquita Bibi Khanum, vemos la que es considerada por los más entendidos, como la más bella de Samarcanda. Fue incendiada por las tropas del más famoso de los conquistadores, Gengis Kan. Su reconstrucción fue bien recibida por los habitantes de la ciudad, por un acaudalado habitante de Bujará.
-BAZAR SIAB: Ver la vida de la ciudad en un mercado es fundamental para entender muchas cosas. Este bazar puede que a algunos les resulte turístico si entran por la parte del paseo que viene de Registán, ya que encontraremos tiendas interesantes de regalos, pensadas para el turismo. Sólo nos hará falta caminar hacia la parte cubierta, para ver que es un bazar auténtico y uno de los mejores que he visto durante mi viaje. De alegre vida, incomprensiblemente por la tarde es cuando está en su pleno apogeo. Recomiendo comprar higos. Los hay por todas partes. En esta zona del país son amarillos y tremendamente ricos y muy económicos.
OTROS LUGARES A TENER EN CUENTA: A parte de los lugares mencionados, recomiendo pasear por los enormes parques del barrio soviético. Samarcanda es muy segura y tiene el don de mezclar la modernidad con lo antiguo.
EXCURSIÓN DE MEDIO DÍA A LA ANTIGUA SHAHRISABZ: Es una típica excursión de medio día donde el precio lo podéis pactar vosotros mismos con los taxistas que irán preguntando continuamente si queréis ir. El precio de salida son $50. A partir de ahí, debéis poner vuestras dotes de regateo en juego. Se puede conseguir por un 30% menos. La carretera que va desde Samarcanda a Shahrisabz, ya forma parte del viaje por la belleza del paisaje.
CONSEJOS Y SEGURIDAD
¿De día o de noche?¿Hay que visitar los lugares de interés tanto de día como de noche. Sobre todo el Registán.
Olvidáos del Black Market que tanto habéis leído en anteriores post. El nuevo presidente de Uzbekistán, quitó la excesiva tasa que cobraban los bancos (30%), y ahora es más favorable para el turismo el cambio en los bancos que en el black market. De hecho, éste está desapareciendo a pasos de gigante y cuando les dices lo que te ofrecen en el banco, no insisten y se van porque saben que el negocio ha muerto. Un buen lugar para cambiar fuera de horarios bancarios (lu-vie), es el hotel Registán Plaza. Un muy buen cambio y es un lugar con garantías.
¿Billetes a fajos? Sí y no. Mientras leía que por unos 200€ te daban enormes fajos de billetes porque el mayor que daban era el de 10.000 soms, he de decir que ahora los billetes son más grandes. Podemos cambiar en billetes de 100.000 soms, el equivalente a 10 Euros. También hay que andar con ojo, porque los cajeros dispensan billetes de dólares y no está mal visto que los turistas paguemos con soms como había leído en post viajeros de apenas hace un año.
Mapas turísticos. Aunque a menudo poco informados, los agentes oficiales o las oficinas de turismo, nos pueden dar mapas de la ciudad y algunos consejitos que no vienen mal. Encontrar una de estas casetas, es tarea muy fácil. Las hay por todas partes.
Vestimenta. Hay que ir a los lugares sagrados con pantalón largo y camiseta que nos tape los hombros. Eso es tanto para hombres como para mujeres. Éstas últimas deben llevar un pañuelo.
DATOS GENERALES
Población: 504.203
Altura: 702 m.s.n.m.
Gentilicio: Maracandés
TRANSPORTE
Llegar al punto más visitado del país es tarea muy fácil. Desde Taskent tenemos el tren que previamente podemos sacarlo y en apenas dos horas y diez minutos estamos allí. Los precios rondan entre los 11 y 17 euros, dependiendo de la clase que cojamos. Recomiendo la app Rome2rio, que clava los horarios y las frecuencias diarias.
En avión desde Taskent, sale realmente económico. Fue mi opción ya que venía de Kazajstán. La compañía que vuela es Uzbezistán Airways.
En taxi, es caro y el trayecto puede rondar las cuatro horas. No es una buena idea, pero quien se quede sin las opciones anteriores, puede conseguir ir por unos 50€ en unas cuatro horas.
DORMIR
Hostales familiares y hoteles de lujo. El alojamiento en Samarcanda es extraordinario y sus desayunos incluidos son tremendamente exquisitos y abundantes. En las casas familiares, la hospitalidad roza la perfección. Puede que sea el lugar donde mejor me han tratado jamás en una guest house.
CONCLUSIONES
Sé que en muchas ocasiones pensar en frío es lo mejor para valorar si un lugar está sobrevalorado. Empecé con este artículo a sabiendas que llevaba muy poquito de viaje en mi ruta y que debía valorar pasado el tiempo, si las críticas recibidas por muchos viajeros son justificadas.
¿Para qué vamos a engañarnos? Sabemos que Samarcanda ha sido reformada hasta la saciedad, desgraciadamente con mucho ahínco y que la magia que en el pasado la caracterizó puede que se haya esfumado una parte. La esencia del lugar perdura. Las bonitas mezquitas y las impresionantes madrasas, están ahí al alcance de todo el mundo y no podemos negar que son de una belleza sin igual.
Para aquellos críticos que adoran las piedras cayéndose, dejando a menudo sólo imaginar lo que fueron hace varios siglos, entiendo que en Uzbekistán encontrarán su lugar. Sólo hay que lanzarse a buscar yacimientos conocidos que sólo han sido tocados por el paso de los años. Por eso, pienso que viajar a este país, ver Samarcanda y compaginarlo con salidas a las zonas más remotas, combinan de tal manera, que a los entusiastas de la historia, no se les puede escapar este destino. Porque Samarcanda enamora. Al menos a mí.