Desconocido como país, Lituania se muestra sin complejos al resto de Europa su belleza con una sencillez que sorprendentemente funciona a la perfección, creando de este pequeñín desconocido un secreto bien guardado frente a otros lugares muy trillados del viejo continente.
Seamos sinceros y digamos que visitar el país, puede resultar algo soso para viajeros más exigentes, pero hacer el triángulo báltico, es un viaje que toma otra dimensión pudiendo explorar en apenas ocho días las capitales de Lituania, Letonia y Estonia.
Mi ruta me llevó de Sur a Norte. Empecé mi viaje por la capital lituana, llegué a Riga y acabé en Tallin, pudiendo poner una nota muy alta al cómputo global de esta escapada de apenas 9 días. Pero ahora, lo que trataremos es de analizar a Vilnius (en lituano) o Vilna como nosotros la conocemos y que ambos nombres son correctos.
ENTENDER VILNIUS Y A LITUANIA
- ENTENDER VILNIUS Y A LITUANIA
- ¿CUANTOS DÍAS SON NECESARIOS EN VILNA?
- QUÉ VER EN VILNIUS
- 1 – PLAZA DE LA CATEDRAL
- 2 – CASTILLO DE GEDIMINAS
- 3 – PLAZA DEL AYUNTAMIENTO
- 4 – IGLESIA DE SANTA ANA Y MONASTERIO DE SAN BERNARDINO
- 5 – PUERTA DEL AMANECER
- 6 – UZUPIS
- 7 – PILIES GATVE
- 8 – MUSEO DE LAS VICTIMAS DEL GENOCIDIO
- 9 – MERCADOS (HALL MARKET)
- 10 – IGLESIAS DENTRO DE LA RUTA
- 11 – CEMENTERIOS
- 12 – IR DE COPAS
- OTROS LUGARES A VISITAR EN EL PAÍS
- ¿ES CARO LITUANIA?
- ¿ES SEGURO LITUANIA?
- DORMIR EN VILNIUS
- ¿BAÑOS PÚBLICOS?
- LITUANIA Y SU GENTE
- ¿CÓMO IR?
- ¿MEJOR ÉPOCA PARA IR?
- TRANSPORTE
- COMO IR A LETONIA Y ESTONIA
- CONCLUSIONES
Entender la historia reciente puede ayudar a conocerla mejor mientras la caminamos.
El país durante la mitad del siglo pasado fue ocupado por la Alemania de Hitler desde 1941 hasta 1944 durante la Segunda Guerra Mundial. Los lituanos, no contentos de ser anexionados un año antes en 1940 por los soviéticos, vieron en los nazis unos aliados para poder salir del régimen comunista. Evidentemente no eran conscientes de las terribles consecuencias que estaban por venir, haciendo del pueblo, soldados dedicados a la purga judía, aportando a las listas de toda Europa 120.000 judíos lituanos asesinados. La historia fue oscura en todo el continente durante la contienda, pero el problema vino cuando Alemania perdió la guerra y Lituania pasó a ser un territorio bajo el mando y el horror del ejército rojo.
Pese a crear una resistencia contra la URSS, el país siguió su curso sin apenas avanzar, diezmados por el fracaso del comunismo que azotó a medio planeta durante el siglo XX.
Finalmente, en 1990, Lituania se declaró independiente. Pese a dar unos últimos coletazos Moscú, en 1991 fue ya reconocido como país internacionalmente.
Lejos de anclarse en el pasado, el país ha sabido caminar firme. Su ingreso en la Comunidad Europea, el cambio de moneda y el sistema político, funcionan correctamente y la economía está saneada, teniendo a un pueblo contento, orgulloso y sorprendentemente educado y abierto.
Afortunadamente la capital, apenas sufrió daños durante la época bélica, librándose casi por completo de los bombardeos aéreos, dejando una urbe llena de historia, con edificios sólo restaurados por el paso de los siglos.
¿CUANTOS DÍAS SON NECESARIOS EN VILNA?
El tamaño no importa. Vilna da mucho de sí, y si tenemos claro qué visitar, con una jornada puede que sea suficiente. Para perderse por sus calles sin rumbo, visitar los barrios más alejados del centro y vivir un poco la noche, necesitamos dos jornadas y podremos llevarnos una mejor y más certera impresión de la capital lituana.
QUÉ VER EN VILNIUS
Acentuada por un claro estilo barroco, la ciudad es abanicada por un ambiente tranquilo, sin aglomeraciones y esa bonita atmósfera invita a conocer no sólo los edificios y calles históricas, sino indagar en su gastronomía, bebiendo el vino a modo de caldo caliente en bares modernos o clásicos llenos de ambiente.
Todo el circuito que os describo está hecho en apenas una jornada y media. Tengamos en cuenta, que yo he ido en diciembre, acortando las horas diurnas. En verano, es más factible para poder hacerlo más tranquilo.
1 – PLAZA DE LA CATEDRAL
Puede ser la imagen que veamos en las guías de viajes cuando decidimos investigar sobre la capital. Esta impresionante plaza es todo un reclamo y una buena manera de empezar el circuito por la ciudad.
Se trata del epicentro, donde antiguamente, el río llegaba a un foso sirviendo de muelle de descarga y se montaban el gran mercado y las ferias de los campesinos, afirmando que, desde este punto, el resto de la ciudad se fue gestando posteriormente.
Actualmente no hay rastro de esa vida comercial y la sensación de grandeza contrasta con las dimensiones contenidas de la urbe, pero ver el campanario de 57 metros de altura (se puede subir), y entrar en la catedral (gratuita), merece una visita, aunque dista mucho de sorprender su interior, hay que resaltar que la capilla de San Casimiro ofrece un rico estilo barroco, bañando su interior entre mármol y estatuas de plata. Detrás de la catedral, en la misma plaza, encontraremos el Palacio de los Grandes Duques de Lituania, convertido en un interesante museo.
Si seguimos hasta la estatua de Gediminas, fundador de Vilna, podremos ver en lo alto de una colina el Castillo que recibe su mismo nombre.
En la misma plaza, encontramos El Arsenal, donde podemos visitar el Museo Nacional de Lituania.
En diciembre, montan el mercado navideño más grande que podamos encontrar. La noche vieja, es celebrada en este emblemático e histórico lugar.
2 – CASTILLO DE GEDIMINAS
Su camino empedrado, subiendo a lo alto de una colina no es muy costoso. Para los más perezosos, tienen un pequeño funicular que los sube a la cima.
Esta fortaleza casi totalmente destruida y abandonada, fue reformada (sólo una pequeña parte), por el Zar ruso. Hoy en día, el resultado nos tan solo una torre. Acceder a ella es de pago y hay un museo con explicaciones y maquetas de lo que el castillo fue en un pasado. Mi consejo es que vayáis que no cuesta dinero, no entréis y disfrutar de las maravillosas vistas de la ciudad. Si lo hacéis al atardecer, mejor.
Desde allí veréis la Colina de las Tres Cruces, que es un camino que suelen hacer muchos turistas y locales.
3 – PLAZA DEL AYUNTAMIENTO
Es un lugar que se define como el centro de la ciudad vieja, pero que a mí me pareció el centro de toda la capital. Con una importante explanada y calles comerciales como afluentes, desembocan en sus costados, este lugar es utilizado para crear eventos importantes. En navidad, la pista de patinaje más grande y visitada se monta aquí. Es un buen lugar para empezar a conocer el casco antiguo ya que queda cerca de todo, incluso apenas a un minuto de la calle Pilies y de las hermosas callejuelas del antiguo barrio judío que en la actualidad forman uno de los rincones más bonitos para visitarlos en fiestas navideñas.
Un poco más abajo, dejando el ayuntamiento a nuestras espaldas, a mano derecha, tenemos la Iglesia ortodoxa de San Miguel. Pequeñita pero muy pomposa y recargada por dentro, este templo religioso es usado exclusivamente por los rusos.
4 – IGLESIA DE SANTA ANA Y MONASTERIO DE SAN BERNARDINO
Dos construcciones unidas, con diferentes estilos, pero que el conjunto es sí, da una de las mejores iglesias de toda la ciudad. La de tamaño pequeño es la Iglesia de Santa Ana, construida con 33 estilos de ladrillo dándole ese toque especial desde el exterior. Anexa convive la iglesia y Monasterio Bernardino, con un claro estilo gótico marcado y algún retazo del barroco. Es usado como centro social, y la juventud va a sus anchas en lo que parecen ser talleres educativos. Si encima tienes la suerte que estén comiendo en el patio del convento, pues no dudes en acercarte, porque te invitarán a probar sus delicias (gratis).
5 – PUERTA DEL AMANECER
Conocida como Puerta de la Aurora, es la más simbólica de la ciudad y la única que ha sobrevivido de las diez que formaban la antigua muralla. Físicamente, parece como si bajo su arco pasáramos de la ciudad moderna al casco viejo.
Si miramos arriba, veremos la capilla de la Bienaventurada Virgen María. La entrada se hace por el lateral y es uno de los lugares más visitados por los locales
Ir a las 9 de la mañana, resulta interesante, ya que decenas de feligreses se arrodillan en un sepulcral silencio, mientras van dando rienda suelta en sus mentes a los rezos. Los que no lo hacen, se santiguan cuando pasan por debajo. Fijaos …
6 – UZUPIS
Situado en el Este de la ciudad el barrio Bohemio es muy aconsejable para dar una vuelta y descubrir como en apenas medio kilómetro, la capital cambia por completo, donde cualquier pared puede ser una obra maestra, salpicado por galerías de arte y artistas urbanitas.
Lo curioso es que, en el pasado, durante la ocupación soviética, Uzupis era un barrio marginal y peligroso, donde los pisos valían mucho menos que en el centro. Hoy la cosa ha cambiado y mucho, siendo uno de los puntos que no debemos perdernos.
La entrada la podremos divisar por el gran Ángel de Bronce de Uzupis, ataviado con la bandera de la República independiente de Uzupis. Porque sí, el barrio se considera independiente, con sus propias leyes, aunque la realidad es otra, siempre dejando lugares ficticios para las ideas románticas. Así como Christiania en Copenhague hizo lo mismo, los resultados entre ambos son muy diferentes.
Perderos sin rumbo, tomad un café en los distintos locales y tomarse con calma estos paseos, es el truco de poder disfrutar de Uzupis.
También es una buena base para ir caminando a las famosas Tres Cruces que ya vimos desde el mirador del Castillo de Gediminas.
7 – PILIES GATVE
Una arteria comercial, conocida comúnmente como la calle del castillo y la más antigua que posee la ciudad. Las mansiones que posee son impresionantes y la vida fluye continuamente.
Es un buen lugar para acceder al barrio judío, ir a la Plaza de la Catedral, comer en restaurantes y en navidad, es para mi gusto la más bonita y mágica unida a las callejuelas adyacentes.
8 – MUSEO DE LAS VICTIMAS DEL GENOCIDIO
Con esta visita matamos dos pájaros de un tiro ya que, para ir desde el centro, debemos recorrer Gedimino Porpektas, una de las calles más importantes de Vilnius. Son 2 kilómetros de lujosos locales, intercalando plazas, iglesias y el famoso museo durante nuestro camino.
El Museo de las Víctimas del Genocidio, con una entrada de 6€ por persona, nos ofrece una vista muy real de lo que se coció allí durante el periodo nazi y posteriormente la etapa comunista.
Consta de tres plantas y el edificio no es que sea un museo hecho para la ocasión, sino que era allí mismo, donde los sospechosos políticos, los judíos, los sospechosos de espionaje o los miembros de la resistencia, eran interrogados y torturados para luego matarlos limpiamente de un tiro en la cabeza.
Mientras las dos primeras plantas te muestran fotografías con cierto orden cronológico tanto de los mandos que la llevaron, como de presos que tuvieron la mala fortuna de acabar allí, la planta subterránea es la más dura. La claustrofobia se hace presente cuando nos encerramos en una celda de apenas un metro cuadrado. Los despachos están muy bien recreados, y la sala de ejecución es algo que uno no olvida, ya que hay una ventana con rampilla al exterior, que era por donde sacaban a los sentenciados ya sin vida para cargarlos en camiones.
9 – MERCADOS (HALL MARKET)
Ni es grande, ni puede que guste a todo el mundo. Pero es el mercado municipal y ver los productos que venden los locales ya debería ser un aliciente para ir, no estando lejos (15 minutos) de la plaza del ayuntamiento.
Además, el edificio que se me antojó equivocadamente que era una estación de trenes, es un buen lugar para comer como ellos, con sus exquisitos platos, combinados de buena carne con col, remolacha, los típicos dumpings a su estilo, con quesos exquisitos o cuajadas.
Meterse en la cocina lituana, ya es un mundo, teniendo una variedad sorprendente y exquisita.
Si queréis probar la auténtica comida local, os recomiendo EtnoDvaras que está al lado del mercado en Avda Vartu 2 y también podréis encontrarlo en Pillies 16 y J Jubilliaos 16.
10 – IGLESIAS DENTRO DE LA RUTA
Las hay y a patadas. Yo he puesto las que más me gustaron, pero iréis viendo a medida que vayáis avanzando multitud y meterse en ellas es cuestión de tiempo. No hagáis caso al tamaño, las pequeñas pueden sorprender más que las grandes. Os dejo con algunas que merece la pena ver:
- Iglesia de la Santa Trinidad
- Iglesia de San Nicolás
- Iglesia de San Pedro y San Pablo
- Iglesia de San Casimiro
- Iglesia ortodoxa del Espíritu Santo
11 – CEMENTERIOS
Si bien el descanso eterno suena mal, darse una vuelta por los cementerios más conocidos, nos dará una imagen macabra, pero hay que valorar, que estos campos santos son lugares tranquilos donde uno puede venir a evadirse y pensar.
Yo fui al cementerio Bernardino (Uzepi) y me impresionó cómo las tumbas se habían fusionado con la naturaleza.
12 – IR DE COPAS
Si vamos en invierno, con mercados callejeros, la bebida favorita es el vino caliente que precisamente no es de mi agrado, pero siempre que voy por estos lares lo pruebo porque en cada país es diferente, agregando frutas y poniendo un sello de identidad en cada puesto. Es caro, pero con el frío, entra bien.
Este producto es tan respetado, que incluso han abierto vinotecas donde lo que para nosotros calentar el vino es un sacrilegio, para ellos es algo muy normal.
Si vamos a lo típico, Vilnius es un paraíso para los amantes de los bares musicales clásicos, con tiradores de cerveza tanto de importación como local, música, televisores ofreciendo deportes de todo tipo y un ambiente agradable para poder conversar. Comer allí e ir bebiendo es para mí un imprescindible ya que, de algún modo, entablas una relación más estrecha con los capitalinos.
OTROS LUGARES A VISITAR EN EL PAÍS
Si bien mi paso por Lituania sólo me dio para ver Vilna, y recorrerlo por completo por carretera hasta Letonia, hubiera hecho una parada en Kaunas, la segunda ciudad más grande del país y me hubiera gustado mucho visitar La Colina de Las Cruces donde poder ver más de 100.000 cruces, cada una de ellas diferentes, conteniendo auténticas obras de arte.
¿ES CARO LITUANIA?
Es Europa, pero afirmo que es más económico que por ejemplo España. Una habitación puede costar 50€ la noche en un apartamento con todo tipo de detalles y equipamiento.
Comer en un restaurante, apenas llegará a unos 15€. Sorprendentemente la cerveza es más cara, pudiendo llegar a los 3€ una pinta. Si tiramos de Pubs, que los hay a patadas, puede que paguemos unos 5€ por cerveza.
Los transportes son muy económicos, exceptuando los taxis, aunque sigo pensando que son un 20% más económicos que en mi país.
¿Cómo pagar?
Desde el 1 de enero del 2015, Lituania adoptó como moneda oficial el Euro. No hace falta llevar mucho cash, ya que todo, absolutamente todo se paga con tarjeta. De hecho, para hacer las compras, solté un billete y la cajera tuvo problemas incluso para devolverme el cambio. Eso vale tanto para Riga como Tallin.
¿Sabías qué el ámbar en Lituania forma parte de leyendas y mitos? Pero científicamente y debido al calentamiento hace milenios, la resina se secó, acabó en los ríos y estos escupieron al mar lo que ya se había convertido en ámbar, incluso atrapando insectos en su interior. Así que, si os gusta, aprovechad, porque hay tiendas donde venden esta maravilla y a un precio irresistible.
¿ES SEGURO LITUANIA?
Totalmente seguro. No hay ningún tipo de hecho que nos haga sospechar de peligros. Debemos andar con ojo en estaciones de autobuses o trenes, pero sinceramente, no he visto nada raro.
Bares de copas: lo típico. Andar con ojo cuando la noche cae que es cuando la bebida hace mella en todos.
Es indispensable ir con la Tarjeta Sanitaria Europea, para poder ser atendidos en caso de caer enfermos o sufrir cualquier percance.
DORMIR EN VILNIUS
Hay que elegir bien, aunque debido al tamaño de la ciudad, hospedarse en el centro es sencillo.
En los bálticos se lleva más alquilar un apartamento que hospedarse en un hotel. Durante mi estancia en los tres países, así lo hice y fue sensacional. Limpieza, detalles, comodidad y una relación calidad/precio, envidiable.
Os dejo enlace donde estuve yo. Céntrico y económico. Una maravilla.
¿BAÑOS PÚBLICOS?
No es una tontería. Caminar durante horas y pagar 1€ por este servicio parece que ya no sea una moda en el viejo continente y sea un hecho muy extendido. En Vilna, no tendremos problemas con eso. Hay baños públicos prefabricados, repartidos por toda la ciudad, sobre todo en épocas navideñas, donde las calles se llenan de luces, pero también de mucha gente.
Los baños públicos de toda la vida son 16. Yo no los visité, pero se ve que necesitan un buen lavado de imagen.
LITUANIA Y SU GENTE
He estado en países que fueron antiguos ex-integrantes de la Unión Soviética y siempre pensé que algo quedó en sus almas, creando un concepto a veces palpable en su forma tan seca de tratar y hablar tanto a los viajeros, como entre ellos.
Esta vez no tengo queja. De las tres repúblicas bálticas, Lituania se lleva la mejor nota, sorprendiendo la calidez de la gente, dispuesta a ayudar, bromear e incluso incitarte a beber más cerveza para animar las noches entre su infinidad de bonitos bares musicales.
De hecho, en una visita a la preciosa Iglesia de Santa Ana anexa al monasterio San Bernardino, en uno de los patios, estaban organizando una comida donde con gestos amables fuimos invitados a calentarnos con su exquisita sopa.
¿CÓMO IR?
Sencillo y barato. Curiosamente si dejamos en nuestra ruta de los bálticos fuera de juego a Vilnius y sólo nos dedicamos a Riga y Tallin la ruta puede armarse con alguna escala sobre todo en Riga.
Desde Barcelona, los vuelos a Vilna son directos. Desde Madrid, hacen una escala tanto a la ida como a la vuelta. Las compañías que ofrecen un precio muy competente son RyanAir y Wizz desde Barcelona (110€ i/v). Desde Madrid, los precios son menos asequibles (180€ i/v) y las compañías que lo fletan suelen Lufthansa y Air Baltic.
¿MEJOR ÉPOCA PARA IR?
Entre mayo y septiembre sin duda alguna, pero vayamos más allá y démosle una oportunidad en navidad donde la ciudad se viste y adorna con mucho ímpetu, generando un ambiente realmente mágico.
En enero y febrero las temperaturas sacuden incluso más que en diciembre. Para que os hagáis una idea, nos estuvimos moviendo entre los 2 y los 5 grados las dos jornadas. Pienso que todo es mirarlo y saber qué queremos ver. Mi intención era recorrer tres ciudades que viven la navidad y mi objetivo se vio recompensado con creces.
Además, si sabemos que no es lugar especialmente visitado, la sensación que todo fluye, que la ciudad es para nosotros la tendremos constantemente, evitando las típicas aglomeraciones tan detestadas en otras capitales europeas.
TRANSPORTE
Moverte por el centro es totalmente recomendable hacerlo a pie. Si queremos ir más lejos, Bolt y Uber funcionan genial.
¿Cómo ir y venir del aeropuerto?
Situado apenas a 6 kilómetros, el bus 88 para en la terminal y cuesta menos de 1€
Tren: Es posible hacer trayectos largos en tren, incluso venir del aeropuerto, pero yo no lo hice. El tren es una forma rápida de ir a Kaunas o a otros puntos del país.
COMO IR A LETONIA Y ESTONIA
En avión, tren y autobús.
Apenas nos separan 4 horas de Vilna a Riga y de Riga a Tallin otras 4 horas por carretera. Los precios son realmente buenos con autobuses puntuales, limpios, con baño y entretenimiento como TV en cada asiento. Además es una forma de ver el país desfilar por la ventana.
Las compañías que se utilizan y son las mejores son: Ecolines y LuxExpress
Yo utilicé para ir a Riga y luego a Tallin Lux Express. Pese a ser algo más cara que Ecolines, es la mejor considerada de los bálticos.
Os dejo enlaces para reservar billetes:
Horarios y Reservas Lux Express
Ir en avión, no es factible, por precios y puede que ganemos una hora de tiempo.
En tren, al haber cruce de fronteras, las paradas se multiplican, dando como resultado varios transbordos y un tiempo estimado muy superior al autobús.
CONCLUSIONES
Poco turismo, desconocida totalmente por la mayoría siempre es excluida cuando los viajeros van a conocer los países bálticos, centrándose el Riga y Tallin, dejando sacrificada a Vilna.
No voy a entrar cuál de las tres me gustó más, porque no podría. No esperaba nada de Vilna y me vi sumergido en una ciudad mágica, en un país amable, con gente divertida y en una capital que iba a ritmo de pueblo entre mercados navideños, vinos calientes y música en las calles.
Su historia, sus edificaciones barrocas, consideradas las mejores de toda Europa del noreste, dan para pensar si incluir a la capital lituana en los esquemas de sus hermanas. Por el bien de la ciudad, espero que eso no ocurra. Porque si Vilna se mantiene tal cual, una desconocida para el turismo internacional, su magia seguirá fluyendo de forma natural, inalterable con el paso de los años y eso es algo que en la actualidad en nuestro continente es difícil de encontrar.