Después de mi visita en la pequeña Vilna y por la preciosa Riga, tocaba finalizar mis últimos días en la capital de Estonia y sacar mis propias conclusiones al final de todo el viaje, qué había estado a la altura de mis expectativas. De hecho, me mojaré y diré de todas ciudades bálticas cuál es la más recomendable y bonita.
De las tres ciudades, Tallin presume de ser la más visitada y turística. Razones no le faltan para fardar de ello y es que sus posibilidades son mucho más amplias que sus vecinas. Vilna es un punto muy aparte, pero Riga, para los más exigentes, podrán analizar, que pese a ser tan distintas, ambas guardan su magia y decidir qué lugar es mejor, a menudo no viene medido con objetividad sino por una subjetividad que es muy común en el mundo viajero.
A mi Tallin, me enamoró. No hay más. No tiene secretos, misterios, ni interrogantes que queden en el aire. Solo hace falta darse una vuelta de reconocimiento por la ciudad para ver que es una maravilla.
Pero la capital estoniana, va más allá. Si dejamos a un lado todo su casco antiguo y nos disponemos a andar, podremos descubrir otra cara que le da un doble sentido a todo, desde barrios bohemios, naves industriales convertidas en cervecerías artesanales a mega estructuras que La Unión Soviética dejó a modo de cicatriz en un paisaje sublime.
A esto, sumémosle que hay mar. Mientras en Vilna y Riga, los ríos eran las entradas marítimas en la antigüedad, en Tallin el Mar Báltico se deja ver, se deja caminar y si sois valientes, nos podremos bañar.
ENTENDER TALLIN Y ESTONIA
La historia de Tallin es fascinante, mezclando épocas de gloria con tiempos muy oscuros, donde el país se sumió en un régimen soviético que casi le arrancó de cuajo su personalidad.
En contra de lo que muchos piensan, Estonia pertenece más a los países escandinavos y nada tiene que ver con Letonia o Lituania, donde pese a ser los tres conocidos como las ciudades bálticas, lo único que les une son dos cosas: el mar que comparten y el régimen soviético al que se vieron sometidas.
Mientras Lituania y Letonia miran hacia Europa, Estonia siempre se ha visto unida hacia sus vecinos escandinavos, siendo su lengua urálica con tintes finlandeses muy independiente caracterizándose por su complejidad.
Reconocido su asentamiento sobre el siglo XIII, durante su historia ha ido pasando por conquistas suecas, danesas, alemanas y rusas, creando un país rico en tradiciones.
Su declive social, al menos el más reciente y reconocido no fue durante la invasión del ejército nazi, sino que, al acabar la Segunda Guerra Mundial, la repartición del pastel por parte de los aliados fue parar a manos de Stalin, sumiendo al país en un oscuro periplo durante más de 40 años.
De aquellos tiempos poco queda ya y si queda algo, es resquemor por parte de los orgullosos estonios que dan la espalda queriendo borrar todo rastro de su viaje por la dictadura del comunismo.
Su prosperidad a lo largo de su historia no fue casualidad debido al acceso directo con el Mar Báltico. Como país los últimos grandes cambios los vivió entre 1990 con la caída del telón de acero y el año 2007 donde ingresó a formar parte de la Unión Europea y la OTAN, asegurándose una estabilidad tanto social como económica. En 2011 el país adoptó el euro.
Demográficamente, Estonia tiene una población de 1.300.000 habitantes, convirtiendo a este chiquitín en el que menos habitado del viejo continente. Pese a su tamaño, presume de tener unos 1500 islotes, un 47% de bosques, infinidad de lagos y ríos y una franja costera con gigantescas rocas. Así que, si nuestra idea es visitar no sólo la capital, podremos sacarle mucho jugo paisajísticamente si lo mezclamos con los pueblos que iremos encontrando ya que muchos conservan esos tintes de un pasado difícil de encontrar en la actualidad.
QUE VER EN TALLIN
De las tres ciudades, puede que Tallin sea la más conocida, la más fácil de ver y para muchos que han hecho las tres capitales bálticas, la más bonita sin cuestionárselo.
Su casco antiguo, está muy bien señalizado, teniendo como referencia en la cúspide, la Catedral de Alexander y el Parlamento, el resto será muy sencillo ubicarnos. Los siguientes puntos son partiendo desde el centro a los últimos que están situados en la periferia y confirmo que todo se puede hacer a pie, sin necesidades de taxi o bolt.
1 – PLAZA DEL AYUNTAMIENTO
El mejor lugar para ver, vivir y sentir la capital. Antiguamente usado como mercado al aire libre en la actualidad se ha convertido en el centro neurálgico de la ciudad y en verano se llena de terrazas imprimiendo en el ambiente un dinamismo continuo. Venir en navidad es una excelente idea, ya que es el lugar predilecto para montar el Gran Mercado de la Navidad, enriqueciendo el ambiente de luces, música y buena comida.
Aquí encontraremos la Town Hall Pharmacy, que es la farmacia más antigua del continente, no cerrando sus puertas desde su inauguración en 1422.
El edificio más importante, es el ayuntamiento, construido en el año 1404 y una visita merece la pena si nos animamos a subir los 115 escalones que dan al mejor mirador de la ciudad antigua.
No hay duda alguna que pasaréis por aquí varias veces y sea la época que sea, la belleza de todo el conjunto gótico creará en vuestras mentes un recuerdo imborrable.
2 – PUERTA VIRÚ
Inevitable pasarla por alto, es un claro ejemplo de cómo Tallin quedaba protegida por sus murallas en el pasado y lo que queda es un claro ejemplo de entrada a un mundo medieval entre dos bonitas torres. Es una de las estampas más reconocidas de toda la ciudad. La calle Virú es todo un referente para ir paseando, llenando de luces y comercios nuestros pasos.
A parte, este punto nos servirá como referencia de entrada al casco antiguo, aunque se pueda entrar por cualquier flanco, éste en especial es precioso.
3 – CALLE PIKK
La calle más conocida, comercial y una arteria que atraviesa gran parte de la ciudad antigua. De hecho, es la calle más larga de la vieja ciudad y en el pasado la más rica, donde se ubicaban los comerciantes más adinerados.
Los gremios como el de San Canuto, Cabezas Negras, Tres Hermanas también hacen acto de presencia durante su recorrido.
Pasear es sencillamente sentir la energía de la ciudad y la pasaremos varias veces durante nuestra visita ya que las calles adyacentes conducen a rincones secretos, alejados de los focos principales.
4 – ST CAHERINE’S PASSAGE
Una de las calles más bonitas de todo Tallin. Localizadla en el móvil y descubriréis un precioso pasaje inalterado con una historia de 400 años. Hablamos de un pequeño museo al aire libre, con sus talleres artesanales, tiendas independientes y algún bonito restaurante.
La vez que yo pasé, estaban rehabilitando algunas zonas de las paredes para que no cayeran y aunque restó belleza, imaginé cómo sería sin esos andamios que tanto la afeaban y creo que es todo un imprescindible, ya que está considerada la calle más visitada del país. La curiosidad puede con cualquier viajero.
5 – MURALLAS DE TALLINN
Forma parte de la ciudad y crea rincones especiales donde las estrechas calles apenas dan espacio entre los muros y las tiendas. Encontrar nuestro lugar especial será cuestión de explorar.
Para poder ver por dentro y caminar por las murallas hay varias entradas con distintos precios. Mi recomendación es hacer el tramo Maiden Tower (Neitsitorn): por apenas 5€, este acceso es perfecto para subir y caminar durante un buen trozo. Con cafetería, un pequeño museo y unas vistas impresionantes, hacerlo al atardecer, es una gran idea. Su recorrido apenas es de 15 minutos.
Está situada en el Jardín del Rey Danés.
6 – MIRADORES DEL TALLIN
Hay que subir hasta la cima de la ciudad. Dos calles son de acceso directo y una vez visualicemos la Catedral ortodoxa Alexander, tomemos Google Maps y vayamos a los siguientes miradores. Son imprescindibles.
-Mirador de Patkuli
-Mirador de Kohtuotsa
Hay algún mirador más a añadir, pero estos dos están a otro nivel.
7 – CATEDRAL ALEXANDER
Llamativa y en plena cima de la ciudad antigua, este ejemplo de iglesia ortodoxa es odiado por los locales debido a su conexión con el pasado ruso.
Esto no debe tirarnos atrás ya que el edificio muestra unas bulbosas cúpulas y su privilegiada posición en la parte alta de la ciudad, nos servirá para ir a ver los miradores que mencioné anteriormente.
Por dentro, la iglesia no desentona haciendo hincapié en la riqueza y detalles, vistiendo las paredes de recargados cuadros y estructuras doradas y bañadas en oro.
Fundada en 1900, estuvo a punto de ser demolida en 1924 para olvidar cualquier atisbo de dominación rusa, pero jamás se llevó a cabo pudiendo poner el broche reformándola en 1991 una vez declarada la independencia del país. Paradójico diría yo …
8 – BARRIO DE KALAMAJA
Uno de mis lugares favoritos. Llamadme urbanita pero, alejarse del casco antiguo y conocer la Tallin de los locales es jugar a otro nivel y verla desde otro prisma. El Barrio de Kalamaja no es que sea algo del otro mundo, pero sí tiene puntos interesantes a resaltar. Ir caminando desde el centro, puede llevarnos apenas quince minutos y en el camino podremos encontrar los dos siguientes puntos:
-Centro Creativo Telliskivi: Podemos decir que es el barrio con aire bohemio de la ciudad. Galerías donde exponen fotografías, cafés con cierto regusto mezclando lo retro y lo moderno, esculturas en medio de la calle difíciles de entender y murales pintados en las paredes dignos de ser observados y fotografiados. Personalmente me encantó.
-Balti Jaam Market: Al inicio del barrio camino de Telliskivi, encontramos el inconfundible mercado de Tallin. Quien haya estado en Riga, éste os parecerá soso, pero hay que reconocerle que lo tienen todo muy bien montado. Los precios, para tratarse de un mercado, me parecen desorbitados. Quiero suponer que los capitalinos comprarán en otros mercados que yo desconozco, porque por ejemplo la sección del pescado deja mucho que desear.
9 – TALLINNA LINNAHALL
Alejado, destrozado y totalmente abandonado, este coloso dinosaurio de hormigón fue construido durante el periodo soviético para albergar las pruebas olímpicas de vela de los juegos olímpicos de Moscú en 1980. Recordemos que la capital rusa no tiene mar …
Esta elección por el comité olímpico casi transforma a la ciudad por completo, construyendo el aeropuerto, la antena de televisión, el paseo marítimo y el Hotel Olimpia. Pero claro, hablamos del más puro estilo comunista, donde la ostentación queda exenta no por tamaño, sino por detalles que le den un toque bonito. El hormigón, el cemento y ese perpetuo gris que acompañó a los paisajes urbanitas durante el periodo soviético, hacen presencia en este fragmento de Tallin diría que, olvidado, pero es merecedor de una visita.
Evidentemente la ciudad dando como he comentado antes la espalda a su historia durante este periodo dejó allí pudrirse literalmente esta mega construcción que pese a padecer abandono intencionado, un paseo es magnífico. Además, al final, nos dará acceso a una playa apta para el baño en cualquier época del año.
10 – FISH MARKET
No está de más si visitamos Tallinna Linnahall, visitar el Mercado del pescado. Podemos comprar directamente allí y comer pescado crudo, como salmón o el delicioso pescado que suele ser arenque adobado en ese toque dulce que le ponen en los bálticos. Una delicia y la mejor comida de todo el viaje por apenas 10€.
Además, si volvemos caminando hacia el centro antiguo desde el mercado, podremos “colarnos” en diferentes mercados montados en antiguas fábricas, identificables con unas chimeneas industriales enormes.
11 – ROTERMANN CITY
¿Por qué no visitar un pequeño barrio que antiguamente siendo almacenes ha sido reconvertido en una zona “vip”, para hacer nuestras compras? No es que sea un fundamental para conocer Tallin, pero no está de más dejarse caer por aquí y pasear por sus calles, donde los ladrillos que visten los edificios le dan ese toque tan especial.
Una excelente idea es visitarlo por la tarde, donde la vida fluye. En verano, hay conciertos gratuitos y los locales aprovechan cenando y bebiendo por una zona alrededor que abarca mucho más que dichos almacenes.
12 – SALIR DE COPAS Y COMER
¿Que serían de las veladas en los viajes sin una buena cena o una copa en la mano para reflexionar sobre la jornada o simplemente relajarse a verlas venir?
-POHJALA BREWETY. Entre enormes edificios de exposiciones, caminando apenas a 30 minutos del centro, damos con esta cervecería que sirve una carta exclusiva de propias cervezas con distintos sabores y graduaciones. Muy conocida por hacer exposiciones en el piso superior, es todo un referente en la capital, donde pensando al ir que sería exclusivamente turístico, encontramos a muchos locales bebiendo y cenando en el lugar. Venir paseando hasta aquí desde el centro nevando en plena navidad, es algo único y para mí inolvidable.
-BARES DE TALLIN. Mencionada la Pohjala Brewety, no está de más mencionar que la capital tiene calles exclusivas de locales musicales pegadas a la calle Pikk, al estilo irlandés, donde tomar una pinta y comer es posible entre buen ambiente y precios razonables. No os recomiendo uno en concreto porque creo que recorrí unos diez en las noches que estuve allí y en todos me sentí muy a gusto.
-RESTAURANTES: Decenas de restaurantes nos darán la bienvenida a los más hambrientos y a precios muy razonables. Sólo es cuestión de situarse en la Plaza del ayuntamiento y en las calles adyacentes los encontraréis sin estar llenos, ya que muchos son enormes. Pero mencionaré uno que me descolocó. Hablo del III Dragon, situado en pleno edificio del ayuntamiento, en una esquina si lo miramos de frente a mano izquierda. Comer o cenar allí, es adentrarte en plena época medieval, donde la oscuridad, los platos y sobre todo los camareros toscos, maleducados hacen esa función expresamente para hacerte sentir como si retrocediéramos unos 500 años en el tiempo. Toda una experiencia.
13 – PIRITA
Ideal para visitar en verano, algo alejada del centro de la ciudad, encontramos esta franja de playa de unos dos kilómetros, que a parte de la pequeña playa que os mencioné antes para poder ver el báltico en Tallinna, aquí el ambiente ya cambia y la gente pasea, toma helados y se baña sin tapujos. Una opción excelente que yo descarté por haber estado en navidad.
CUANTOS DÍAS SON NECESARIOS
Tres. No más. Si dedicamos más tiempo, podremos investigar el precioso país que guarda muchos secretos, pese a su minúsculo tamaño.
Para poder visitar Estonia haría falta como mínimo 10 días y rascar algo de su superficie. Para conocer las aldeas, los bosques, las playas e indagar en los lagos, sería indispensable alquilar un coche.
CUANTO CUESTA TALLIN
Si nuestra visita se basa exclusivamente en Tallin, veremos que los precios son muy contenidos con respecto a otras capitales del viejo continente. Sin embargo, si venimos de hacer las capitales bálticas desde el Sur, veremos que, desde Lituania, Letonia y la que nos trae ahora, Estonia, los precios van escalando de Sur a Norte sin ser nada ofensivos dirigido a un turismo apto para todos los bolsillos.
Dormir nos puede costar unos 70€. Comer unos 20€ en un restaurante normal. Beber una pinta unos 6€. Contratar un viaje en Bolt, apenas 6€ el trayecto. Lo más caro son las entradas a las iglesias luteranas que nos clavan 5€ si no tenemos la Tallin Card. Un absurdo hacerlo si venimos de Riga.
Viajar desde Riga nos puede costar unos 25€ en autobús. El tema avión desde España lo explico más abajo porque es más flexible.
CONSEJOS FUNDAMENTALES
-Todo un clásico es combinar Tallin (Estonia) con Riga (Letonia). Si a esto le añadimos Vilna (Lituania), podremos decir que hemos recorrido las repúblicas bálticas por completo. Un viaje interesante no sólo hacerlo en tiempos de bonanza, sino que el invierno es una opción muy viable.
-Si lo nuestro es visitar museos sin límites (que los hay), podemos adquirir la Tallin Card, para poder entrar “gratuitamente” en la mayoría de los lugares y obtener descuentos en otros.
Comprar la Tallin Card en el sitio oficial
-Usar Bolt. No es que sea un consejo indispensable, pero moverte desde el centro al aeropuerto por apenas 11€ en el país que parió a Bolt, pues no viene nada mal. La aplicación es excelente.
-Lengua hablada: El estonio. No hagáis esfuerzos. Es complicado y totalmente diferente a lo que podías asemejar a lo hablado en Europa. Se defienden muy bien en inglés menos la vieja escuela que se curtieron entre dos lenguas, la materna y la impuesta; el ruso.
-Moneda: El Euro. Sin problemas tanto para pagar en tarjeta como sacar dinero en cajeros automáticos.
MEJOR ÉPOCA PARA IR
-No hay duda de que, entre mayo y septiembre, son los mejores meses para visitarlo porque se llena de vida no solo en la capital, sino en todos los pueblos, castigados por rigurosos inviernos que cohíben la vida en el exterior durante varios meses.
-Navidad en Estonia: dejando de lado el párrafo anterior, pondremos la Navidad como una época especial para visitar los países bálticos.
Pistas de patinaje, nieve, luces, mercados navideños en plena plaza del ayuntamiento y con calles animadas, esta época se convierte en un sueño para los amantes de tan señalada fecha.
DORMIR EN TALLIN
De las tres capitales de los bálticos, Tallin es la más cara. Pero tranquilos, porque los precios son totalmente asumibles. Para haceros una idea, un apartamento situado apenas a 10 minutos del centro nos puede costar una media de 70€. Si contamos que este tipo de alojamiento cuenta con todo lo necesario para vivir como si estuviéramos en casa, cocinas, lavar, planchar, pues economizaremos el viaje si sacrificamos las “comodidades” de un hotel. Creo que la filosofía en estas latitudes, visto lo visto, es siempre decantarse por este tipo de apartamentos ya que la oferta es enorme.
Sin tener nada que ver con ellos, os recomiendo que busquéis en Booking.com donde hay infinidad de opciones a precios realmente interesantes.
MOVERSE EN TALLIN
Bien es cierto que Tallin es grande, pero los puntos descritos arriba, los hice todos a pie. Una opción excelente es bajarse la aplicación de Bolt y si nos animamos a conocer más a fondo la ciudad, usarlo es económico y seguro.
¿CÓMO LLEGAR A TALLIN?
-Desde España: Aviones directos desde Barcelona por precios realmente interesantes nos pondrán muy difícil descartarlo. Air Baltic y Ryanair fletan en apenas cuatro horas vuelos por apenas 160€ i/v. Desde la capital tenemos las otras opciones y encontrar uno directo a buen precio yo he investigado y no los he visto. Podemos conseguir vuelos con distintas compañías, haciendo escala por unos 350€. Si alguien tiene información de que haya conseguido algo mejor, agradeceríamos que lo pusierais en comentarios.
-Desde Riga: En autobús. Olvidaos del avión. El precio por apenas 25€, duran 4 horas y si hacemos cuentas, perdemos el mismo tiempo que en avión y ahorramos dinero. Además, es una forma interesante de atravesar Letonia y Estonia viendo los paisajes desfilar por los ventanales.
Las dos mejores compañías son: LuxExpress y Ecolines. La primera es más cara pero la más fiable con los autobuses modernos, limpios y cómodos. La segunda, realmente económica ofrece más horarios. Yo utilicé sólo la primera para ir de Lituania a Letonia y de Letonia a Estonia. Pagué más, pero fue un lujo de viaje.
CONCLUSIONES
¿Qué opinión puedo sacar de Tallin después de haber estado en las tres capitales bálticas? Positiva, pero sí que he de decir que discrepo en lo que muchos viajeros comentan en que a medida que vas subiendo, más bellas son las ciudades. Es una cuestión de gustos muy personales. He de reconocer que Vilna (Lituania), puede quedarse atrás por ese galardón, pero las sensaciones que tuve allí fueron las mejores, como la educación de los lituanos, la buena onda que emanaba la capital y conocer a una desconocida por el resto de los viajeros siempre es un plus que debemos añadir. Riga, en Letonia juega diferente. Mezcla varios estilos con mucho gusto y agiganta una visita que puede al principio parecernos poco para acabar sorprendiéndonos.
Tallin es un acierto seguro y dejaremos a la capital fuera de comparaciones y la marcaremos como un viaje independiente, afirmando que, si venimos a pelo, sin haber estado antes en ninguna de las anteriores, sorprenderá a todos los trotamundos que quieran sumergirse en la historia medieval. A esto, si añadimos que es segura, económica y con muchísimas cosas por descubrir, tendremos un cóctel perfecto para satisfacer una escapada desde nuestros hogares.
Quizás mi consejo suene y resuene en muchas otras páginas de viajes, pero combinar Tallin con Riga, debería ser obligatorio, porque mezclamos dos ciudades hermanadas, con una historia algo similar, pero de estilos muy diferentes. Esa combinación que en apenas 6 días podemos completar, convertirá nuestro paso por Tallin, no en una anécdota, sino en todo un viaje por dos de las ciudades más bonitas del norte de Europa.
Animaos, despertad y poned la directa, porque deja de ser un secreto que estos países se están poniendo de moda y en menos de lo que pensamos, la magia de sus históricas callejuelas puede verse empañada en breve por una inminente masificación de viajeros ávidos por conocer mundo.