Visitar el Caribe de Costa Rica no es que esté en las prioridades de la mayoría de los viajeros. Puede que el Parque Nacional de Tortuguero, sí sea lo más visitado y literalmente lo más explotado para poder ver a las tortugas desovar. Pero dejemos de lado ese punto y vayamos más allá, en concreto más al Sur casi rozando con la frontera panameña donde Puerto Viejo de Talamanca ha sabido frenar en cierto sentido su euforia, dejando un pueblo muy enfocado al turismo para todo tipo de bolsillos y que ha sabido perfectamente dejar salvajes todas sus playas y junglas. Cahuita no es un añadido, sino que su visita bien merece la pena valorarla incluso como algo independiente.
Todo el Sur caribeño, está perfectamente sincronizado con la naturaleza, la música, la gastronomía y si nos dejamos llevar por el sonido de las olas en un mar a menudo enfurecido, cubierto por nubosos atardeceres mientras catamos una cerveza bien fresca, será una señal inequívoca, de que podemos relajarnos y que todo paraíso debe disfrutarse saboreándolo sin prisas.
Puede que seamos algo precipitados y hagamos un prejuicio llegando al pueblo, preguntándonos sin entender muy bien dónde está el atractivo y por qué esta zona se está convirtiendo en un imprescindible para muchos extranjeros. Tranquilos, lo mismos costarricenses que bien conocen su país lo visitan todos los fines de semana, y verlos hacer sus barbacoas delante de una solitaria playa casi enterrada por la inmensa vegetación fusionándose con el mar, es algo normal, tan normal como inolvidable.
NUESTRA LLEGADA
Nuestro exitoso paso por el Volcán Poás, después de un par de vuelos desde España bastante duros, daba la señal de que Costa Rica no era ya un proyecto, sino una realidad y hacer ese tramo desde Poás a Puerto Viejo de Talamanca, pese a la distancia y el desconocimiento del comportamiento en carreteras, decidí partir en coche hacia el Sur del país, recorriendo casi del tirón medio territorio costarricense.
La idea, bien sencilla y con un itinerario casi detallado (cosa atípica en mí), empezar por el sur y hacer mi itinerario en forma de herradura para acabar en Corcovado, era sin duda lo más lógico.
PUERTO VIEJO DE TALAMANCA
Puerto Viejo no es un pueblo precisamente bonito, pero tiene ese aire mochilero entre sus restaurantes, puestos callejeros y charlas con otros viajeros entre cerveza y cerveza. Además cuenta con suficientes recursos para satisfacer a una amplia gama de visitantes, que busquen tanto relajarse, comer sabrosa comida caribeña o quedar hipnotizado a ritmo de un buen ambiente y música reggae. Si a esto le añadimos que el entorno natural es espectacular, no es de extrañar que Puerto Viejo de Talamanca sea un destino cada vez más demandado por visitantes de todo el planeta.
Que no os engañen y pese a las recomendaciones de que la provincia de Limón es de lejos la más peligrosa de todo el país, si evitamos la capital, quedaremos menos expuestos aunque siempre hay que ser precavidos. Por ejemplo, no recomiendan caminar solos de noche y menos en plena carretera a las afueras de la ciudad.
Los típicos camellos vendiendo hierba os abordarán siendo muy corteses, pero debemos tener en cuenta que aunque veamos a la gente fumando sentados frente a sus casas, el consumo es totalmente ilegal y la policía turística, está presente en todo momento, para proteger al turismo pero a la vez para frenarlo en sus afanes por saltarse la ley.
¿CUANTOS DÍAS SON NECESARIOS?
Si queremos combinar todas las playas y por supuesto incluir el Parque de Cahuita, con dos días será suficiente. Debemos tener en cuenta el desplazamiento que puede llevarnos aproximadamente desde la capital unas cuatro horas si el tráfico es benévolo,. Si hacemos cuentas, serán necesarias tres noches en total, con dos días completos para hacer todo lo que pongo a continuación incluyendo Cahuita.
¿QUÉ VER EN PUERTO VIEJO DE TALAMANCA Y ALREDEDORES?
1- CAHUITA
El principal objetivo era este conocido aunque pequeño parque donde un sendero perfectamente marcado va rozando la orilla del Caribe, adentrándose en bosque fluvial, donde podremos observar la típica fauna de la zona.
Sus ocho kilómetros planos, no deben ser infravalorados. Hay que empezar bien pronto, ya que el Sol es devastador y si tenemos dudas podremos siempre contratar a un guía, que no nos servirá para no perdernos, ya que es muy sencillo guiarse, sino que aseguraremos ver muchos más animales que si vamos solos.
El horario es de 8 a 16 h, aunque Punta Cahuita cierra a las 14 h. Esto puede marcarnos el ritmo si queremos hacerlo por completo desde una entrada a la otra. Sino tendremos que volver por donde hemos entrado perdiendo un buen trozo del Parque que debe ser visto.
Bañarnos en Cahuita es fenomenal y si nos alejamos de Punta Cahuita, que es donde los tours y las agencias dejan a los turistas a granel para hacer «snorkel», podremos encontrar nuestro trocito mientras vamos recorriendo todo el Parque.
Podemos dejar el coche en Arroyo Kelly, situado en el Pueblo de Cahuita al Norte (5$ incluyendo el aparcamiento) y salir por Puerto Vargas al Sur, donde dar rienda suelta a nuestro estómago con un buen par de restaurantes que hay justo antes de salir a la carretera.
Hay que tener cuidado con el Río Perezoso, que dependiendo de las lluvias, hay que vadearlo. El nivel no suele cubrir mucho, pero si está crecido, es imposible cruzarlo. El día que yo fui, no pude cruzarlo debido a un par de cocodrilos que andaban vigilando y tuve que hacer las dos entradas en coche (Norte y Sur), para poder concluir todo Cahuita lo que me llevó el doble de tiempo. Más tarde me crucé con el río y el nivel llegaba a la cintura y el par de reptiles ya no estaban merodeando por la zona.
Para no morir en el intento de hacer todo el sendero costero de Cahuita, es necesario llevar agua, mucha agua, algo de comer, repelente de mosquitos y crema solar. Debemos calzarnos bien y llevar unos escarpines en la mochila para cruzar un par de ríos, toalla, bañador y una gorra o sombrero.
Si como os he descrito hacéis de Norte a Sur el Parque, volver a vuestro coche es sencillo. Taxi, por unos 4$, o algún buen samaritano os llevará sin coste alguno. Si lo hacéis de Sur a Norte (Muy buena opción también), las opciones son las mismas
2- REFUGIO SILVESTRE GANDOCA-MANZANILLO
Situado en el encantador pueblo de Manzanillo, este refugio poco visitado es una muy buena manera de empezar a tomar contacto con la flora y fauna del país. Puede que no veamos perezosos, caimanes o tortugas, pero el senderismo está plagado de sorpresas y bonitas playas, donde darse un chapuzón a solas es posible y muy recomendable.
Si queremos hacerlo por nuestra cuenta, sólo deberíamos ir hasta la playa bite, situada apenas a unos tres kilómetros de la entrada. Para alejarse más es casi obligatorio por pura cordura, contratar un guía para que no nos perdamos ya que la señalización a partir de este punto es casi nula.
En la misma entrada podemos adquirir alquiler de kayaks y preguntar por guías oficiales para llegar a Punta Mona o adentrarnos más en el corazón del refugio. Los precios suelen partir de los 40$ por persona dependiendo del número del grupo.
3- MANZANILLO
Encantador pueblo que da entrada al Refugio Silvestre. Ni en infraestructuras, ni en popularidad puede competir con Puerto Viejo de Talamanca, pero de eso se trata, de cortar por lo sano, prohibiendo construir nuevos edificios y mantener esa pura esencia afro-caribeña.
Si buscáis relax total, puede que pernoctar aquí no sea mala idea, aunque por logística y puntos de interés es más lógico hacerlo en Talamanca.
4- PLAYA GRANDE
Fusionado con la playa de Manzanillo, Playa Grande es la que está en la parte Norte. Todo un trozo de extensión de arena donde poder zambullirse, siempre con mucho cuidado por las traicioneras corrientes.
5- PLAYA PUNTA UVA
Fácilmente accesible con coche y aparcando casi en las mismas palmeras, podremos ver que Playa Punta Uva es la mejor playa que he visto en toda la zona. Ideal para descansar y poder bañarse sin correr el riesgo de quedar atrapados por las fuertes corrientes que asoman por estos lares.
Si seguimos un poco hacia el Norte podremos hacer buceo con tubo y gafas, siempre asesorados por los guías y negocios que alquilan el equipo.
6- PLAYA CHIQUITA
la menos accesible aunque fácil si aparcamos en plena carretera principal y caminando, podremos ver esta bonita playa que es considerada por muchos como una de las mejores. El surf está pegando fuerte y aquí veremos un buen ambiente.
7- PLAYA COCLES
Enorme y muy amplia hasta llegar a la orilla, goza de mucha popularidad por sus dimensiones, siempre habiendo hueco para sentirse solo y rodeado de naturaleza. Los principiantes toman clases de surf aquí, donde varios negocios alquilan tanto tablas, como profesores para iniciarse en este bello deporte.
8- PLAYA NEGRA
Desde Playa Cocles, hay que atravesar el pueblo entero y a la salida dirección Norte encontramos como bien su nombre indica, una playa con arena negra. Es algo peligroso bañarse si nos adentramos mucho, pero es una alternativa perfecta si nos hospedamos en pleno Puerto de Talamanca, e ir cuando cae el Sol que aunque no lo veamos por cuestiones lógicas de latitud, el cielo se tiñe de colores lilas. Una opción perfecta para despedir el día.
CONCLUSIONES
Es evidente que Puerto Viejo ofrece más opciones además de ser una parada perfecta, coger aire y cruzar a Panamá, donde muchos viajeros aprovechan y van a las famosas islas de Bocas del Toro. De hecho, en el mismo pueblo, fletan transportes tanto privados como colectivos para cruzar al país vecino por un precio muy atractivo (30$).
En mi viaje por Costa Rica, este punto ha sido oficialmente el que ha marcado el inicio. Empujado por querer visitar de nuevo el Mar Caribe, Puerto Viejo de Talamanca es sencillamente especial.
A todo esto, le añadimos que apenas a unos veinte minutos en coche tenemos el fantástico Parque Nacional de Cahuita, nadie podrá negarnos que el Caribe costarricense, no sólo es una parte preciosa del país, sino que se adapta perfectamente a un imprescindible en todo itinerario que planifiquemos por Costa Rica.
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