Podemos decir oficialmente, que hemos empezado nuestra ruta por el Salvaje Oeste. Sí, sé de antemano que llevo conduciendo muchos días por California y que vengo del estado de Nevada, pasando por Death Valley y he salido esta mañana de la sorprendente ciudad de Las Vegas, pero aquí los matices son otros. Los parques pasan a ser enormes cañones con formas inverosímiles y los pueblos lucen orgullosos una apariencia de película americana de pistoleros, inconfundible para nosotros que hemos visto tantas de chavales. Un pequeño manotazo nostálgico, marca como siempre mis mejores días de viaje.
Un giro de última hora, nos ha hecho visitar el Parque Nacional de Zion. Las casualidades en los viajes son tan frecuentes, que lo esporádico, se torna en cuotidiano. En nuestro camino hacia Bryce Canyon, había el tiempo justo para hacer una parada en este archiconocido parque nacional.
El Parque Nacional de Zion, es el primero de una larga lista que tenemos por delante. Para empezar, os aseguro que es una maravilla. Las hordas de turistas, evidentemente siendo agosto, se hacen notar y mucho. Pero las infraestructuras, sencillas y bien montadas estratégicamente, hacen que Zion, se visite bien , sin caer en masificaciones exageradas que le puedan amargar a uno la jornada.
¿Pero qué es lo que nos ofrece el Parque?
Geológicamente es una rareza y la gran atracción es la exagerada fisura de 24 kilómetros de longitud que hizo un brazo del río Virgen, alcanzando una profundidad de 800 metros. La tierra deja de ser parda en estos parajes, para convertirse en roja, haciendo que sea muy aconsejable, visitarlo y fotografiarlo al amanecer o atardecer.
¿Qué ver en un par de días?
Vayamos al típico viajero por su cuenta que vaya en coche. Dudo mucho que os queráis quedar tres días y conocer todos sus senderos, porque el viaje continua y son muchos lugares apuntados en la agenda, por lo que seré práctico.
Elegir la excursión que hay que hacer, es importante, ya que existen unas diez y como mucho podemos dedicar una jornada a hacer dos cortas o una larga si somos madrugadores.
Excursiones cortas:
Upper Esmerald pools. Un camino bien señalizado, os meterá dentro de cañón e iréis siguiendo el río. La dificultad es casi inexistente y se aconseja hacerlo cuando el Sol se oculta en esa cara. Su duración de dos horas de ida y vuelta son perfectas para seguir investigando. La parada del autobús es la número cinco.
Riverside Walk. Sencillo y de mucha belleza. Apto para todos. El río queda a tu izquierda y las pareces aparentemente frágiles parecen caer sobre tu cabeza. El tiempo en completarlo no supera la hora y media. La parada es la número 9.
Excursiones largas:
The Narrows. Es una extensión de Riverside Walk, pero que exige invertir casi una jornada entera. Es indispensable que alquiléis o llevéis calzado para caminar por agua. El río irá cruzándose continuamente. Es la mejor excursión del parque y todo un clásico. El premio final, una maravillosa encerrona entre gigantescas y afiladas paredes. Se necesitan ochos horas y la parada del autobús es la 9.
¿Cómo ir?
No hay autobuses que te dejen en la entrada del parque. Hay que venir en tu propio coche o alquilar los servicios de una agencia de viajes en Las Vegas, lo que duplicará tu presupuesto.
¿Cómo moverse?
Es muy importante que pasemos por el Centro de Visitantes y pedir la información necesaria sobre las condiciones del parque, pedir los mapas con las paradas de autobús e informarnos sobre las mejores rutas dependiendo de nuestro tiempo. Los Rangers, suelen ser amables y no sólo se dedican a controlar que no se les desmadre el personal, sino que son una buena fuente de información y atenderán todas nuestras dudas.
Dentro del parque quedan excluidos los vehículos privados a una ruta en especial, teniendo un autobús gratuito que te va dejando en los puntos esenciales donde empezar el senderismo. Alquilar una bicicleta es muy viable ya que las pendientes no son muy pronunciadas.
El resto del parque es factible hacerlo en tu propio coche e ir parando en los miradores. Hay que ser cauto en las curvas y no dejar que la noche nos atropelle como ha sido en mi caso. La iluminación es nula y los animales son un riesgo a tener muy en cuenta ya que hemos visto cinco atropellos en un tramo de unos 60 kilómetros.
Precios del parque y servicios
En la entrada, se quiera coger el autobús o atravesar con tu vehículo por la zona designada, se pagan $30 por vehículo o $15 por persona si queremos ir andando desde el principio o ir en bicicleta.
Comer cualquier cosa dentro del parque es un atraco. Llevaros vuestra comida aunque sean bocadillos comprados en una gasolinera. Un simple café puede irse a los $5 fácilmente.
¿Dónde dormir?
Nosotros nos decidimos por un pequeño pueblo de carretera a noventa kilómetros de Zion y a 30 de Bryce. Puede ser una muy buena opción si vuestra ruta se asemeja a la nuestra. Los precios en el interior del Parque son exagerados y los servicios ofrecidos no se acoplan a los altos costes que supondrán para nuestros bolsillos. Coger una plaza con un mes de antelación será una tarea imposible. Las reservas en Zion como en el resto de los parques de Utah, Nevada y Arizona, son invisibles a los que preparamos el viaje con dos meses de anticipación.
Consejos fundamentales
Por supuesto y no es que me quiera curar en salud, hay que llevarse gorra, gafas de sol, protección solar y una buena botella de agua. El calzado debe ser resistente y si os decidís hacer las excursiones más largas como la mencionada en este post, deberéis alquilar calzado especial para caminar por el lecho del río.
Evitad como he mencionado antes, conducir de noche. Es un auténtico peligro que debemos de tener muy presente.
Seguimos con nuestra ruta, haciendo una huida involuntaria de Las Vegas hacia lo que según creo yo, está lo más interesante paisajísticamente. Sólo queda madrugar, ponerse una buena canción en el coche, conducir sin prisas, bajar las ventanillas y dejar entrar ese aroma a libertad que te da la carretera en Estados Unidos. Y sí, no es un tópico, es el mejor país para hacer un “Roadtrip”.