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Después de haber visto a una Osaka nocturna descarada, de día, la ciudad cambia por completo. Una vuelta por sus edificios de cemento alineados, nos transmitirán poca personalidad, pero como todas las grandes urbes de Japón, los secretos los iremos descubriendo en cucharadas dosificadas de plena diversión.

Osaka, puerta de entrada al país, importante nudo principal de trenes hacia todos los lugares de Japón, hará su paso por ella obligatorio. Es decisión nuestra en hacer noche o seguir con otros lugares ubicados fuera de la gran metrópoli.

Osaka posee uno de los mejores castillos que podamos encontrar en Kansai. Su visita casi obligatoria puede quitarnos tiempo para otros lugares de relativo interés dependiendo de lo que andemos buscando en nuestro paseo.

No olvidemos que Japón posee tal cantidad de templos, que cuando lleguemos a Osaka, si venimos de Kioto, será más inteligente tirar hacia otros puntos de interés distintos a los vistos hasta ahora.

La zona de Kita, es donde se concentra la actividad. Carece de monumentos pero daremos con el edificio Umeda Sky.

De una envergadura respetable, esta construcción del arquitecto Hara Hiroshi, responsable de la impresionante estación de trenes de Kioto, es el claro ejemplo de modernidad y tecnología punta. Sus dos torres gemelas, están unidas en la cima por un puente, creando una estructura difícil de pasar por alto.

La subida en los ascensores, no es apta para los que tengan vértigo. La velocidad de los ascensores sorprende y a más de uno se le quedará el rostro pálido. Pero la recompensa final es tener a toda la ciudad de Osaka a tus pies.

Un mirador de 360 grados hace que sea un imprescindible de la ciudad y debamos sacar tiempo de donde sea para su visita.

En las fotografías podemos ver la estructura del edificio ultramodernista y sus vistas innigualables:

osaka japón

osaka japón

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