Se enviará la contraseña a tu correo electrónico.

TRES PAÍSES EN UN SOLO VIAJE

Puede que haya sido una locura visitar tres países en uno: viajar a Malasia, viajar a Indonesia y viajar a Singapur por libre.  Pero estoy seguro que este itinerario es uno de los viajes más completos que se puedan realizar si previamente has visitado Indonesia en un viaje como fue mi caso.En mi primera aventura por Indonesia hacía un par de años, exploré digamos la cara más conocida del país. La isla de Java, era mi base de operaciones y desde donde nació lo que posteriormente se convertiría en un viaje maduro y lleno de sorpresas ya que la gente me sorprendió con su enorme hospitalidad. Este viaje se realizó entre Agosto y Septiembre.

¿POR QUÉ ESTOS TRES PAÍSES?

Atrás quedaba Java para saltar hacia Sulawesi, un mundo por descubrir, una gigantesca isla donde las etnias se van mezclando, surtiendo a la fértil tierra de Las Célebes de un inmenso epicentro cultural,  diversificado en varias religiones y costumbres difíciles de entender. Un ejemplo claro son los Tana Toraja con sus sacrificios funerarios de decenas de animales.

Pero por si las dos respetables islas quedaban cortas de miras para el viajero más experimentado, quedaba en la recámara Bali y Lombok. Puede que haya quien odie a Bali como un masificado lugar y puedo incluso llegar a entenderlo. De hecho, en este segundo viaje, he sido testigo y promotor de la estupidez más dulce que uno pueda cometer. Visitar dos lugares que había visto anteriormente.

Bali, no deja interrogantes. Te gusta o no. Tampoco escudemos excusas en que la Bali que conocemos es muy turística. Lugares solitarios y mágicos los hay a doquier si los buscamos con un poco de esmero.

Sin embargo, Lombok, es la hermana de Bali, por dimensiones. Pero como suele ocurrir con muchas hermanas, son opuestas en todos los aspectos. Empezando por las diferencias culturales y religiosas,  y acabando por los paisajísticos. Las Islas Gili quedan como un recuerdo de unos días mejores y ahora andan metidas en batallas para ganar espacio y ubicar a tanto turismo en masa que busca relax, alcohol y resacas aseguradas bajo el tórrido Sol. Pero tenemos la Lombok que conocí en este último viaje. Una Lombok descarada y sin disfrazarse muestra su lado salvaje tan solo dando una vuelta en moto por sus preciosas y peligrosas carreteras.

Mi intentona de llegar a Nusa Tenggara la primera vez,  se vio truncada por falta de tiempo y atrás quedaban las ilusiones por poner mis pies en la Indonesia católica, la Indonesia de Komodo, Rinca y Sumbawa. Ahora se me brindaba la oportunidad de pisar la tierra de Flores, dando por acabado un recorrido por el país que nunca acabará, porque siempre querremos más.

La guinda de este viaje no la puso Malasia o Singapur. Formaron parte de un delicioso pastel lleno de alegrías y aventuras.

Por mucho que os ponga los lugares que visité, ya sabéis que la mejor guía para visitar el Sureste asiático, siempre serán vuestros instintos.

ITINERARIO

Día 1  – Barcelona-Estambul
Día 2  – Estambul – Kuala Lumpur
Día 3  – Kuala Lumpur
Día 4  – Kuala Lumpur
Día 5 – Kuala Lumpur – Lombok (Kuta)
Día 6 – Lombok (Kuta)
Día 7 – Lombok- Sumbawa
Día 8 – Sumbawa – Flores (labuan Bajo)
Día 9 – Flores (Rinca, P.N. Komodo e islas)
Día 10 – Flores – Bajawa
Día11– Bajawa (visita a las tribus)
Día 12– Bajawa – Moni
Día 13– Moni (Volcán Kelimutu)
Día 14– Moni – Ende
Día 15– Ende –Bali (kuta beach)
Día 16- Bali – Singapur
Día 17– Singapur
Día 18– Singapur
Día 19- Singapur – Tiomán
Día 20– Tiomán (trekking Juara)
Día 21- Tiomán (Monkey Bay)
Día 22– Tiomán – Terengannu
Día 23– Terengannu – Perenthian (kecil)
Día 24– Perhentian Kecil (Snorkel)
Día 25– Perhentian Kecil (visita a Besar)
Día 26– Perhentian Besar
Día 27– Perenthian Besar – Kota Bharu (mercado nocturno)
Día 28– Kota Bharu – Tren de la Jungla (Kota Bharu-Kuala Lipis)- Kuala Lumpur
Día 29– Kuala Lumpur –Estambul (Turquía)
Día 30– Estambul
Día 31– Estambul (Turquía) – Barcelona

PRESUPUESTO GENERAL

  • Vuelo Barcelona-Estambul-Kuala Lumpur (Malasia) 670€
  • Vuelo Kuala Lumpur (Malasia) a Lombok (Indonesia) 85€
  • Vuelo Ende (Indonesia) a Bali (Indonesia) 80€
  • Vuelo Bali (Indonesia) a Singapur 85€

PRESUPUESTO DIARIO

Un aspecto fundamental a la hora de elegir nuestro destino. Malasia es más cara que Indonesia pero más barata que Singapur.

MALASIA
Dormir: habitación doble con baño privado y aire acondicionado: 20 Euros
Comer: puestos callejeros: de 2 a 4 Euros
Transporte: Tanto el transporte terrestre como aéreo son tremendamente baratos. Los Ferris, proporcionalmente son absurdamente caros.

INDONESIA
Dormir: habitación doble con baño privado sin aire acondicionado: 10 Euros
Comer: Puestos callejeros: 2 Euros. Restaurantes turísticos: de 4 a  6 Euros
Transporte: El transporte terrestre es terrible debido a las malas condiciones de las carreteras aunque resulta muy económico. El marítimo, es irrisorio aunque muy lento. Por unos 3 Euros podemos ir desde Sumbawa a la isla de Flores. El transporte aéreo solo está fletado por compañías nacionales y resulta muy económico, en la línea de Air Asia.

SINGAPUR
Dormir: habitación doble con baño privado y aire acondicionado: 45 Euros
Comer: Puestos callejeros: 4 Euros. Restaurantes: 15 Euros
Transporte: El transporte metropolitano es barato y muy útil. Cualquier billete hacia Malasia se encarece, haciendo preferible su compra en Johor Bharu (primera ciudad fronteriza con Singapur) reduciendo a dos tercios su precio. El transporte aéreo está en la misma línea de Malasia, aunque algo más caro por el simple hecho de ser Singapur.

VISADOS

Malasia: válido para 30 días (VAO*). Coste 0
Indonesia: válido para 30 días (VAO*). 20 dólares
Singapur: válido para 30 días (VAO*). Coste 0
Turquía: válido para 30 días (VAO*). Coste 30 dólares
*VAO (Visa on arrival): No requiere tramitación previa en embajadas de nuestro país de origen (España).

LOS TRES PAÍSES AL DETALLE

VIAJAR A MALASIA 

Desconocido para la mayoría de los turistas occidentales, este país, pasa desapercibido entre los gigantes del turismo, como Tailandia y Vietnam. Pero en contra de lo que pueda pensar el viajero, esta nación musulmana, es tan hospitalaria y ofrece tantas posibilidades que podremos incluso enfocar un solo viaje de un mes entre sus fronteras. ¿Su secreto? La variedad multicultural, que engloba un microcosmos de religiones, gastronomía y la curiosa imagen de diferentes razas comiendo, charlando y haciendo una vida en perfecta armonía.

La hospitalidad se hace patente en cada rincón del país, mientras vamos conociendo su vasto y dividido territorio en dos partes fragmentadas por el Mar de China. La Noroeste, fronteriza con Tailandia, forma una península peculiar con dos costas: la Este y Oeste, totalmente diferentes en muchos aspectos. Puede que quien dirija sus pasos a Malasia, dedique gran parte de su aventura a explorar estas tierras donde todas las posibilidades están al alcance de la mano.

Diría que hacer un viaje completo, sería empezando por hurgar en la moderna capital Kuala Lumpur, descubriendo la cara más frívola, pero que no dejando de ser, una divertida capital asiática. Las sorprendentes Torres Petronas, son un imprescindible que debéis obligaros a visitar, tanto de día como de noche.

Si decidimos hacer la parte Oeste, no debemos pasar por alto lo más importante y dejémonos caer por Malaca, una pintoresca ciudad que a muchos acaba enganchando de una manera incomprensible. La comida, la vida callejera con los muecines llamando a la oración, hará que nos dejemos llevar y por qué no, también por alargar nuestra estancia.

Huir del calor, yendo a las Cameron Highlands, es un recurso tan oportuno como necesario. Las plantaciones de té desembocan en pueblecitos donde encontraremos pensiones donde conocer a otros viajeros.  En este punto nos encararemos para seguir subiendo hacia el norte y poder aposentar nuestras mochilas en la archiconocida Penang, llamada “la perla de oriente”. No entiendo muy bien el sentido de esta visita si lo que buscáis son playas. En Penang no dejan de ser mediocres y si andáis justos de tiempo, cambiad de dirección que el país abarca mucho.

Si nos dedicamos hacer el Este, como fue mi caso en mi primera intentona de recorrerlo, podréis disfrutar de una Malasia más bella, más auténtica y menos explotada, aunque siempre habrán esos asteriscos con aglomeraciones turísticas donde poner un pie a menudo se pone incluso difícil.

Dejemos aparcados los móviles y los ajetreos de las grandes ciudades y disfrutemos de la tranquilidad malaya en su máxima expresión. La costa de arenas blancas, nos estará esperando incluso a pie de carretera. Lugares como Cherating, serán templos de tranquilidad y buenos puntos para hacer nuevas amistades con viajeros y surfistas, curtidos entre leves y baratas cervezas,  bajo las estrellas reflejadas en el oscuro océano .

El punto archiconocido de Malasia, sin duda alguna son las Islas Perhentian, corrompidas por un turismo venido a más y quitando ese gancho que pudo tener en un pasado, cuando los mochileros llegaban a cuenta gotas. Es un claro ejemplo, de cómo joder algo cuando ya estaba bien sin casi tocar y puede ser comparable a la aberración que cometieron con las Islas Gili en Indonesia. Ni dejé bien en mi diario viajero a las Islas Perhentian, ni lo haré ahora que puedo ver su alma captadora de turistas sin importar los servicios, cobrando unos precios abusivos.

Sus cristalinas aguas, pueden ofrecer el mejor snorkel del país aunque para eso habrá que pasar por el tubo e ir sorteando ciudades para llegar a estas islas alejadas y de difícil acceso si vamos con el tiempo justo.

A medio camino, entre ninguna parte, deberíamos plantearnos seriamente ir al conocido Parque Nacional de Taman Negara. Un clásico que nadie se pierde. Entre frondosa jungla, vigilada por enormes árboles que compiten entre ellos por alcanzar el cielo, encontraremos un ecosistema difícil de igualar. Las sanguijuelas pueden ser una molestia, pero la experiencia, bien merece la pena.

Pero no acaba aquí nuestra aventura por la península. Existen innumerables lugares que no puedo nombrar por desconocimiento absoluto, pero diré que mi rincón favorito fue Tiomán, o mejor conocido como Pulau Tioman. Una Isla turística, pero que se ha sabido adaptar al medio ambiente sin alterar apenas sus raíces. La calma y los días de leer nuestro libro favorito entre hermosos atardeceres sin ser increpados por nadie, llegan a este remanso de paz, no estando exento de una fauna variada y unos senderos para conocer playas secretas. Puede que fuera la mejor sorpresa del viaje. Puede que mi estado de ánimo estuviera en niveles elevados de euforia y lo recibí de una manera diferente o puede que sí, que sea un paraíso al cual debo volver.

Pero hagamos un alto en el camino y no nos olvidemos de la parte Malaya enclavada en la mítica Borneo. La parte Norte es de Malasia y la Sur de Indonesia. Está claro que el aceite de palma da mucho beneficio a los aldeanos y que a este ritmo, cuando los futuros viajeros vayan, lo único que encontrarán será una selva totalmente devastada. Una pena, siendo uno de los ecosistemas más antiguos del planeta. Pero no por ello debemos tirar la toalla. Destinos como Kuching, Sibu o el Parque Nacional de Kinabalu, deben hacer virar nuestro timón, y darle esa oportunidad que se merece.

Sin duda alguna, diré que los días en que Malasia quedaba excluido del turismo, están contados. Los viajeros independientes, cada vez son más exigentes, y este país, sin duda alguna, cumplirá con expectativas, las exigencias de los más experimentados.

VIAJAR A INDONESIA POR LIBRE

Dos veces me han llevado a este enorme país-archipiélago. Sigo pensando que es mi favorito entre todos los del sureste asiático y que sus gentes, debido a su enorme simpatía y hospitalidad, harán que nuestra estancia, se prolongue hasta extinguir nuestro limitado visado de 30 días.

Contar en un artículo lo que significa Indonesia, es un imposible y menos en unos párrafos. Pero generalizando, podemos decir que incluye una dosis enorme de pluralismo cultural, regido por diferentes religiones. Para quien no lo sepa, Indonesia, es el mayor país musulmán del planeta. Sumatra y Java concentran una población desproporcionada comparada con el resto de sus 17.000 islas. El cristianismo, los protestantes y las ancestrales religiones regidas por los nativos, nos dejarán a menudo en jaque, moviéndonos entre ceremonias contrapuestas en otros países, pero que en éste, la avenencia no es sólo un concepto, sino un hecho.

Desde la desconocida Sumatra, hasta la conocida Java, podremos tirarnos dos meses viajando sin repetir paisajes.

Si me preguntaran qué es lo imprescindible, no podría dar una respuesta objetiva. Supongo que para los amantes de la playa, este país no sólo satisface a los amantes de las albinas arenas con azuladas y transparentes aguas en remotas islas, sino que a los que odian la sal, encontrarán un lugar perfecto para descansar o admirar las culturas de un pueblo entregado al foráneo por una sana curiosidad.

Mis viajes por Indonesia me llevaron por la enorme Java donde lo esencial es visible y la idea general que podemos suponer antes de llegar se hace patente. Jakarta, caótica, pero divertida, se mueve entre dos mundos, la modernidad y la decadencia. Como motor económico y político, ésta megalópolis, es una enorme extensión de bloques de hormigón, barrios marginales y una corrompida vida nocturna, al que a más de uno, cogerá por sorpresa, queriendo huir a ciegas. No seamos radicales y una oportunidad puede brindarnos la ocasión de disfrutarla.

La isla madre (Java), ofrece tan innumerables puntos de interés que podríamos basar un viaje sólo a recorrerla. Aquí pondré lo que yo visité durante dos viajes, aunque abajo sólo os pondré lo que vi en esta segunda aventura.

Todo visitante, debe visitar Yogyakarta, un hervidero de cultura incomparable. La vida fluye por sus atestadas calles llenas de caótico tráfico, pero entre bastidores, veremos cómo esta urbe se deja llevar de una manera fácil y conocerla, dominarla y disfrutarla, es tan sencillo como viajar por todo el país.

Su ubicación es perfecta para visitar los monumentos más importantes, donde contratar excursiones en cutres agencias de turismo es sencillo y económico. Prambanan, se convierte en algo obligatorio, siendo el templo hinduista más importante de la isla. Pero lo que realmente la gente quiere fotografiar, y que suele entrar en una misma excursión es el majestuoso templo de Borobudur, una construcción budista, famosa por ser considerada la más grande del mundo, mostrando la exquisitez que tuvieron en el pasado, los seguidores de Siddharta, cuando vivieron su época dorada en la zona.

A breve distancia y siempre contando con los autobuses locales, podemos visitar el precioso volcán Merpati, aunque habría que informarse antes de iniciar cualquier expedición por la zona, ya que las últimas noticias fueron que había devastado todo lo que a su paso cogió con una descomunal erupción.

Si queremos salir de lo típico, podemos hospedarnos en Solo. Ciudad encantadora y menos ajetreada que su hermana mayor Yogyakarta. Puede que infravaloremos sus posibilidades por el escaso conocimiento en las guías de viaje, pero es un punto clave para entablar relación con los habitantes del extrarradio, dedicados a los cultivos del tan necesario arroz, a las artesanías sin ninguna tecnología que ayude a hacer más amena la profesión, como la construcción de tejas, artilugios de metal, trabajados a mano, granjas llevadas por familias durante generaciones y un sin fin de labores, invisibles en las ciudades pero que son parte esencial del modo de vida de los indonesios.

Bajando hacia el Este, nos daremos con el famoso Volcán Bromo. Es el concepto de belleza paisajística más simple que la naturaleza nos pueda regalar. En su contra, diré que la horda de turistas es constante durante el día, pero el truco es  quedarse un par de noches y explorar la zona a nuestro antojo y descubrir lo que las agencias locales esconden.

De allí, una parada en la moderna Surabaya, tan desprestigiada incomprensiblemente por la famosa guía de viajes Lonely planet, hará que disfrutemos de una ciudad moderna y divertida para poner rumbo a la remota Sulawesi, donde todo cambia y tendremos un choque frontal de culturas contrapuestas y tradiciones tan dispares a nuestros ojos que nos llegaremos a preguntar si el surrealismo nos ha tocado de lleno. Los ancestrales funerales de los Tana Toraja, sólo visibles en Agosto, son traídos desde el más allá, coexistiendo la muerte con la vida en una inquietante concordia, que sus habitantes encuentran normal. Es una experiencia, que no dejará indiferente a nadie, pudiendo ser a nivel personal, el punto más brutal de mis dos viajes por Indonesia.

Pero no acabemos aquí, sigamos conociendo un trozo de tierra alejado de todos los tópicos que hemos ido nombrando para acabar en uno más enorme y turbio, uno que acapara la atención de todo turista para acabar convirtiendo esta isla, en una meca del mochilero que se dé una vuelta por el sureste asiático. Por supuesto que hablamos de Bali. Tan dispar como incomprensible. Cuesta asimilarla, digerirla y de una manera imperceptible, acaba enganchando a cualquiera, para no soltarlo en días y puede que en semanas. Mi sensación fue nefasta durante las primeras jornadas, pero dándole tiempo, fui descubriendo un mundo alejado de todo, con unas creencias hindúes, fusionadas con las antiguas costumbres balinesas, haciendo de este pueblo, algo único en el planeta. No diré que la Bali que odiamos no existe, pero también encontramos a la que podemos llegar a amar. Ubud, Kuta o la Costa Este, son enclaves que deberemos ver con nuestros propios ojos, para acabar aceptando que los contrastes en tan poco territorio son descomunales.

Sigamos hacia el Este, sigamos navegando entre islas, hasta llegar a Lombok. Vecina de Bali, es tan diferente y desconocida que apenas tiene oportunidades de mostrar sus bellezas. El Gunung Rinjani, exige un esfuerzo de varios días para culminarlo, pero la experiencia es de las que no se olvidan. Alquilemos una motocicleta, y entre esas carreteras secundarias, atestadas de ganado, veremos que nuestro viaje toma otra dimensión, agrandándolo, enriqueciéndolo en variedad, para sucumbir inevitablemente a este olimpo de palmeras, playas y gente adorable.

Su paso hacia las famosas Islas Gili, hacen de Sengigi, en la costa oeste, una parada obligatoria para pernoctar. No seamos impacientes y quedémonos varios días, para descubrir, que las Gili podían copiar a su madre Lombok. Su mala fama puede que esté justificada con testimonios que sufrieron atracos, pero yo estuve dos veces y no tuve ningún problema. Es más, me perdí varias veces, y en las aldeas todo el mundo quería ayudarme.

Pero hablar de Indonesia sin hablar de las islas Gili, no tendría sentido….¿O sí?

Demasiada propaganda injustificada hacen de estas tres pequeñajas un paréntesis forzado por “milkshakes”, alcohol barato y jóvenes trasnochando y curando resacas en las blanquecinas playas durante las mañanas. Si vais en pareja, dirigid vuestros pasos hacia Gili Air, o Gili Menor, mucho mejores en todos los aspectos.

Todavía quedaba por ver los aspectos más sorprendentes del país como la zona de Nusa Tengara, que engloba a Flores, Sumba y Sumbawa. De las tres, la más conocida, Flores, posee uno de los volcanes más bellos de Asia, el Kelimutu. Llegar no es fácil y puede que desde Lombok, por tierra y mar, dos días sean los sacrificados, durmiendo en estaciones de autobuses, aunque la experiencia se transformará en algo inolvidable. Aquí, en este punto, es donde el turismo desaparece, para ser el foco de todas las miradas, vayamos donde vayamos. Flores, sorprende por la sensación de estar fuera de camino, de estar lejos de todo, aunque si venimos por avión, vía Labuanbajo o Ende, ese sentimiento de aventura, se vendrá abajo. Explorar Rinca y Komodo desde Flores, es algo diría sobrevalorado. Las riquezas de estas islas, va más allá que ver a unos adormilados dragones, que vienen a comer lo que los vigilantes del parque les van dando. Las demás zonas, quedan restringidas al turismo, no dejando ver la parte natural y auténtica que todos buscamos y por desgracia no acabamos encontrando.

Si Flores queda pequeño en vuestro mapa, no os engañéis. Bajawa o las islas del norte son puntos obligatorios y casi desconocidos para los menos atrevidos, dejando a los más lanzados, casi en solitario por una explosión total de sentimiento aventurero.

Dejando a un lado, Papúa, Kalimantan,, Molucas y cientos de lugares por conocer, os dejo este escrito sobre lo que he ido pisando por este inolvidable país, que me tiene calado y fichado para que en breve, vuelva a navegar entre sus aguas, saltando cómo no, entre isla e isla.

VIAJAR A SINGAPUR

Próspera, limpia y moderna, si venimos de Indonesia, como fue mi caso, parecerá que hayáis avanzado en el tiempo, haciendo un viaje al futuro de varias décadas. Nada te prepara para esto.

Su PIB, figura entre los más altos del mundo y viene acompañado de una diversidad multirracial que disfruta de buenos salarios y una calidad de vida algo extraña de ver en el sureste asiático.

Los rascacielos diseñados por los mejores arquitectos, van de la mano con enormes parques de atracciones, museos de formas imposibles y unos centros comerciales tan descomunales, que la palabra aglomeración pasa a no tener sentido alguno.

La magia en Singapur, se acentúa si venimos de países tan pobres como Indonesia haciendo un contraste tan palpable como dañino. Recuerdo perfectamente la noche que puse los pies en el aeropuerto, viniendo de la Isla de Flores (Indonesia), y un autobús nos mostró las vistas nocturnas de su gigantesca noria flotando en un oscuro horizonte con miles de luces, no pudiendo evitar una exclamación.

Reconozcamos ante todo que estamos en una nación extraña, un diminutos país que aprovecha muy bien su limitado espacio, habiendo ampliado su costa artificialmente, creando mundos exclusivos para los turistas más acaudalados. Pero no nos desanimemos los viajeros con un presupuesto más limitado. Aquí pese al tamaño, la variedad es tan extensa y exquisita, que cualquiera puede poner sus pies y pasar unos cuantos días, explorando lo que a menudo parecerá imposible.

Ver para creer, diría yo, que Singapur manda como mensaje al que por primera vez viene. Puede que Dubái lo supere en riqueza, en extravagancia, pero jamás podrá competir ésta última contra las sensaciones que Singapur involuntariamente te regala. Los mochileros, los viajeros independientes y los que se dejan llevar por las agencias de viaje, tendrán su sitio, sin sentirse en ningún momento fuera de lugar. Todos mezclados, verán cómo van pasando las jornadas y lo que en un principio podría convertirse en un descanso, en un paréntesis por nuestra ruta al sureste asiático, acabará por transformarse en otro punto primordial que conocer y dedicarle nuestro tiempo.

Con el tiempo justo porque debía recorrer la costa este de Malasia, dediqué pocos días a Singapur con la intención de regresar algún día. Recorrerlo es fácil y los puntos imprescindibles son los que os detallaré abajo.

No podéis perderos Little India, una cara algo más ajada pero auténtica entre tanta modernidad y rascacielos. No es India, pero el contraste en sus calles con el resto del país, asegura una cascada de emociones perdidas a los que amemos a la India, viendo en sus templos, como los rituales y los rezos acaban por devorarle a uno su propia fe para reconvertirnos al hinduismo por unos momentos.  Embarcados como siempre en la aventura de comerciantes, las tiendas luminosas con música a todo volumen, irá afinando nuestros pasos sin rumbo fijo. Su cocina, especiada hasta la saciedad, nos transportará momentáneamente al subcontinente a precios realmente interesantes.

Caminar por la ciudad es algo indispensable. Los transportes públicos funcionan a la perfección, pero recorrerlo a pie,  a tu aire y con tiempo nos asegurará que nos vayamos encontrando con sorpresas. Chinatown es una de ellas, ofreciendo templos de una belleza tan pulcra que demorarán nuestra visita, quedándonos absortos observando una perfección, casi imposible de asimilar. Las tiendas nuevas, han sustituido a las de antaño, no por ello dejan de ser interesantes, pudiendo desahogarnos en hacer compras, si la vena consumista se nos activa, cosa muy fácil en estos lares.

Pero pasemos a la Singapur que vemos en las fotografías, a esa Singapur moderna y con construcciones que desafían las leyes de la gravedad. La zona financiera, puede pasar de largo. Los cuellos torcidos mirando hacia el cielo no nos darán una perspectiva objetiva de la magnitud excesiva que se ha empleado para levantar una de las naciones más potentes del planeta en lo que renta per cápita se refiere.

Caminar hacia la bahía y rodearla, nos dará un claro ángulo certero de que estos asiáticos están locos. Una buena cerveza en Clarke Quay, hará que nos metamos en un ambiente más desenfrenado y menos formal que el que vamos a ir viendo durante nuestros desplazamientos por las tripas de la ciudad, cuando los trabajadores, metidos en su burbuja personal, anden dormitando entre estación y estación, despertándose de forma increíble justo cuando tienen que bajar.

Puestos a elegir edificios, podríamos volvernos locos eligiendo uno para subir y ver a vista de pájaro lo que se cuece bajo nuestros pies. Una recomendación es ir al Hotel Marina Bay Sands.  Esta edificación con tres pilares visibles sostiene una enorme plataforma en forma de quilla llamada  “skypark”. Con 150 metros de altura, con un horario flexible de 6.00 a 23.00 y sus 200 metros de longitud, puede que hablemos del mejor mirador de toda la ciudad tanto de día como de noche. Una entrada algo cara, te da acceso directo para poder sacar las mejores fotografías, pero si queremos ahorrarnos tal desembolso, podemos ir al restaurante, donde pagando unos 2 euros por una buena bebida, tendremos acceso a mejores vistas y además pidiendo permiso, poder fotografiar la famosa piscina que se aloja en la cima de este gigantesco e inverosímil edificio.

Sigamos descubriendo y acompañadme a otros lugares que deberían ponerse incluso en un “top ten”. El parque de Merlion, por ejemplo, en plena bahía, es una de las más típicas visitas, con su híbrido pez-león escupiendo agua durante todo el día y toda la noche.

El hotel Raffles, símbolo de la colonización, constituye un símbolo de lo que en un pasado fue el país. Cuidado hasta el mínimo detalle, ha acabado sucumbiendo a que las franquicias más prestigiosas planten su tienda, echando por tierra un carácter inequívoco del pasado.

Entre todos los anteriores, debéis sumar la Singapore Flyer, que está considerada como la noria más alta del mundo y un icono que viene a nuestra mente cuando pensamos en Singapur.

La Explanada, donde podemos ver el polémico teatro nacional con forma de la pestilente y típica fruta llamada durián.

Pero tampoco dejemos de lado la Singapur más consumista y dejémonos caer por la calle más famosa, llamada Orchard Road. Es enorme y muy larga. El encanto no está sólo en los gigantescos centros comerciales, sino en la vida que fluye en su calle, con espectáculos continuos de música, con miles de jóvenes paseando y pasándolo bien. Puede que sea algo fría esta estampa, pero os aseguro que es tremendamente divertida.

Para poner un punto y final a mi visita, yo decidí ir al parque zoológico, situado en las afueras. Tiene fama de ser uno de los mejores que existen. Puede que la variedad sea algo escasa, pero el enfoque que le han dado, ha sido algo tan innovador que a menudo te da la sensación que los animales no andan encerrados, creando un ecosistema exclusivo para ellos, donde los visitantes pasan al lado, interactuando con lémures, monos, murciélagos y extraños mamíferos que a más de uno pillará por sorpresa no sabiendo ni el nombre. Indudablemente la gran atracción son la pareja de tigres albinos que merodean por una cuidada y enorme parcela.

Si os parece poco, tranquilos. Algunas cosas no las he puesto por falta de espacio, pero tened en cuenta que hacen falta varios días para sacarle provecho a este gran destino que en un principio ni entraba en mis planes.

Cuando lleguéis, descansad, porque las caminatas más largas de todo el viaje os aguardarán en cuanto empecéis a andar por la inigualable Singapur.

SEGURIDAD

Varía mucho entre los tres países aunque no hay que alarmarse. Mientras Malasia y su capital Kuala Lumpur no presenta ningún problema a la hora de moverse por libre, deberíamos tener cuidado con las zonas fronterizas con Tailandia. Siempre debemos preguntar antes de partir y eso es lo que yo hice cuando me fui a Kota Bharu.

En Indonesia, es difícil prever qué nos deparará el camino. Transportes difíciles, carreteras peligrosas y una gente extrañada de ver a occidentales, hará que durante nuestras caminatas, seamos el foco principal de todas las miradas. Al principio puede incomodar bastante, pero como sucede en la India, acabas acostumbrándote.

Ojo en Lombok. No me gusta hablar mal de los lugares donde no me ha ocurrido nada, pero es la que peor fama tiene de todo el gigantesco archipiélago de Indonesia. Mis dos viajes a la isla, han sido siempre perfectos, la gente te ayuda, pero hay que tener sentido común y no mostrar en ningún caso signos de ostentación.
En Bali debemos tener cuidado, con los alquileres de motocicletas y dejarlas siempre a buen recaudo antes de irnos a dormir. Un robo por dudosas agencias económicas, hace que un viaje económico, se convierta en la compra de un vehículo que ni veremos y que ni tocaremos.
Singapur, es segura, casi tan segura como la top número uno del planeta. Japón. Ningún tipo de problema para moverse a cualquier hora y en cualquier lugar.

TRANSPORTES

Creo que en sí, forma parte de este gran viaje. Puede que Malasia abuse de seguridad y falta de sorpresas, dejando a la Asia moderna como un claro ejemplo de puntualidad y eficiencia.
Singapur, no deja de sorprender cómo todo está tan calculado y que todo funcione  con una perfección a menudo exaltante.
Pero viene Indonesia y todos los baremos se nos caen.

SALUD Y VACUNACIONES

Siempre hay que llevar un buen botiquín para casos de emergencia. Antiinflamatorios, gasas, tiritas, desinfectantes, anti-diarreicos, pastillas para suavizar las potentes salsas que nos ofrecen en las comidas (sobre todo la de Malasia) y un buen repelente de mosquitos, son indispensables para combatir ciertos inconvenientes que surgen en cualquier viaje, ya sea por el cambio de aguas, o una comida que no nos siente bien. A esto, hemos de añadir un seguro médico que podremos contratar previamente en España, antes de partir. Los hacen a medida y los precios son relativamente baratos, pagando unos 160 Euros por un mes de viaje.

El tema de las vacunas, hemos de ser conscientes que dependiendo las zonas debemos tomarnos la prevención contra la Malaria En este viaje, a partir de la isla de  Flores al Este en Indonesia, hay que hacer uso de Malarone u otro derivado que nos habrán indicado en nuestro centro médico. Ni que decir tiene y eso va por todos los viajeros, es que hay que tener el carnet de vacunaciones al día, teniendo actualizadas, la del tétanos, la fiebre tifoidea, la hepatitis A y B. El resto del repertorio por poner, dependerá mucho de si vamos un mes o un año. La rabia, por ejemplo, es aconsejable cuando nuestros días superan los 30 de estancia.

CAMBIO DE DINERO

Los cambios son considerablemente altos a la contra en los aeropuertos en los tres países, pero en Malasia y Singapur, sobre todo en las ciudades, veremos decenas de casas de cambio llevadas por hindúes que ofrecen inmejorables cambios de divisas.

Los tiempos avanzan y las tecnologías cada vez se van extendiendo a lo largo y ancho del mundo. Internet es una opción tan válida como ir a un cajero para obtener dinero. Las compras de billetes aéreos son prácticas y fiables, mientras que la de los autobuses y trenes, deberíamos contar con efectivo. No hace falta que diga, que la comida debe pagarse “in situ”.

Los cajeros en Malasia y Singapur, son frecuentes. En Indonesia, deberemos ser más previsores si salimos de Bali o Lombok. Sumbawa, Flores o Célebes son algo complicados de localizar, pero no imposibles. Siempre es preferible moverse con dinero encima y evitar quedarnos colgados con Dólares o Euros, donde son a menudo rechazados por pueblos nada turísticos y que carecen de bancos.

MONEDA

Malasia: Ringgit (consultar cambio a euros)

Indonesia: Rupia Indonesia (consultar cambio a euros)

Singapur: Dólar de Singapur (consultar cambio a euros)

CUANDO IR

Malasia: De diciembre a febrero es temporada alta, coincidiendo las vacaciones escolares y el Año Nuevo Chino. Los precios suben. De Noviembre a Marzo llega el monzón y muchos restaurantes cierran en la costa este. En Julio y Agosto, debemos tener en cuenta el Ramadán, aunque climatológicamente la costa este es más aprovechable que la oeste.

Indonesia: De septiembre a marzo, estación lluviosa, aunque debido a la enorme extensión que abarca el país, sería aconsejable asesorarnos antes de ir. De abril a junio, los días son secos y aprovechables. En agosto, es plena temporada alta, subiendo los precios de una forma abusiva sobre todo en Bali y Lombok. Será muy extraño que nos llueva, aunque las noches no están exentas de chaparrones refrescantes.

Singapur: Casi todo el año es bueno para ir, aunque en diciembre el mozón aparece por el noreste, refrescando el ambiente. Yo fui en septiembre y aunque caluroso, fue perfecto.

RELIGIÓN

¿Influye en un viaje? Por supuesto que sí. El Ramadán, es una fiesta una vez ha caído el Sol, pero durante el día, sobre todo en Malasia, donde el islamismo es más acentuado que en Indonesia, los restaurantes están cerrados. Muchas de las zonas turísticas hacen caso omiso y ofrecen como si nada sus servicios al turismo.

En Indonesia, pese a ser el mayor país musulmán del mundo, son más tolerables en todos los sentidos. Debemos saber, que la parte este del país, es católica, cambiando por completo el carácter y las costumbres de los aldeanos.

En Singapur, hay espacio para todas las fes del mundo. El budismo, hinduismo, islamismo y catolicismo son aceptados, conviviendo en armonía. Sin duda alguna, se asemeja mucho a Kuala Lumpur, donde siguen el mismo patrón de aceptación por todas las doctrinas conocidas sin crear ningún tipo de polémica.

GUIAS RECOMENDADAS

Sureste asiático para mochileros (Lonely Planet) : Parece que no me quiera mojar mucho cuando sólo hablo de una guía, pero es que es la que he llevado dos veces durante mis rutas por el sureste asiático, sólo comprando la nueva edición para actualizar la información de los precios y transportes. Es una guía muy generalizada, pero un buen punto de partida para no perderte lo principal. Es ideal si queremos visitar varios países y no llevar cinco guías. Ésta se compone de casi 1000 páginas, abarcando 11 países.

¿Dónde comprarla?

ITINERARIO DETALLADO DE MI PRIMER VIAJE

KUALA LUMPUR


Capital de Malasia.
Conocida por la torres Petronas, es un lugar de interés en todos los aspectos. Con una diversidad cultural difícil de encontrar en el resto del continente. Kuala Lumpur hará que hagamos más días que una simple parada de conexión y que a menudo confunde al viajero.

Es buen lugar para usar de base para adentrarnos en el Sureste Asiático, Kuala Lumpur es un buen comienzo, con una cocina sólo comparable a la de Penang y su broche de oro lo ponen las imponentes torres gemelas, de visita obligada, tanto de día como de noche.

LOMBOK

Un paraíso personal. Un trocito de tierra particular al que quiero con todo mi corazón. Puede que la primera vez apenas me diera tiempo en cuatro días de explorarla. Excluyendo las islas Gili, Lombok da para mucho en todos los sentidos.  En mi segundo viaje, quería tener la certeza de que no andaba equivocado no fuera que mi nostalgia por Indonesia hubiera disfrazado una realidad. Esta vez el lugar elegido fue el sur. Kuta. La anterior, me había hospedado en Sengigi y había podido hacer el noroeste a duras penas por caminos lentos pero bellos. El Sur era otro escalón que subir hacia un ideal de lugar para irse de retiro. Sí. Confirmo sin miedo alguno que Lombok es mi favorita.

FLORES, RINCA Y KOMODO

Una deuda interna tenía pendiente. Visitar Flores. Mi ilusión por atacarla tres años después no podía verse eclipsada por la dificultad de llegar por tierra y mar. Desde Lombok, con todas las fuerzas que llevaba encima, me enfrenté a un viaje de día y medio atravesando la desconocida Sumbawa, cogiendo autobuses y dos ferris y durmiendo en una apestosa terminal, donde las ratas hacían cola para colarse en las tiendas.

El premio, fue conocer a nueva gente y llegar al punto base llamado Labuanbajo. Desde la ciudad atestada de decrépitos barcos pesqueros, podremos dar el salto a Komodo y Rinca, para buscar al famoso dragón de Komodo.

Siguiendo al Este, por una infernal carretera, visité Bajawa. Hice escala accidentalmente en este precioso pueblo para no hacer insoportable el camino a Moni. Sin duda alguna, Bajawa es un punto imprescindible si ponemos los pies en la isla de Flores.

A unas dos horas en colectivo, llegaremos a Moni, un pequeño pueblo que sirve de puerta para la visita de uno de los lugares más sorprendentes del país: el volcán Kelimutu. Con sus tres lagos de distintos colores y un agradable paseo hasta su mirador, recordemos que estamos ante una de las maravillas paisajísticas más impresionantes de Asia. Llegar no es para todo el mundo, pero un vuelo desde Bali a Ende, hará que los menos aventureros se planten en un solo día y disfrutar de tal maravilla. Insisto, el viaje desde Lombok a Flores, fue duro, pero por todos los lugares que fuimos pasando, vimos a una Flores auténtica de gentes hospitalarias y sonrisas sinceras. Merece la pena hacer el esfuerzo si el tiempo apremia.

BALI

Repetir destinos no es lo mío. Con una pereza asombrosa, de nuevo volvía a una Bali que la primera vez me apasionó. Tan sólo dos días podía estar en la isla del turismo por decreto, por lo que no anduve con rodeos y fui a la zona turística del Sur en Kuta Beach.

Dirigid rápido vuestros pasos al centro y disfrutad de Ubud, ya que Kuta es un disparate para mezclarlo con un viaje que andaba siendo perfecto.

SINGAPUR

Impresionante. Realmente no había visto algo parecido en mi vida viajera. Divertida aunque algo fría y distante con el turista, Singapur se deja llevar como el viajero quiera. Tiendas llevadas a otro nivel de lujo, van mezclándose con restaurantes callejeros donde poder comer estupendamente.

Su zoológico es peculiar y muy recomendable. Singapur no se hace en un par de días. Se necesita saber dónde ir y qué hacer con exactitud si vamos de paso, para quemar nuestro calzado y caminar hasta la extenuación. La recompensa es un recuerdo de un pequeño país, ordenado, limpio, educado y muy pegado a las pantallas de sus últimos modelos de teléfonos móviles.

TIOMÁN

Ya hice referencia en un artículo sobre esta pequeña isla, pedida en el Mar de China. De dimensiones muy reducidas y con verdes aguas cargadas de vida marina, Tiomán fue la sorpresa del viaje. El gran sacrificado fue el Parque de Taman Negara. Nunca es tarde para volver…

Puede que resulte contraproducente visitar Tiomán, si el rumbo estaba fijado irrevocablemente en las Perhentian.  Con una fama internacionalmente reconocida en el mundo de los mochileros, Perhentian debían ser mi paréntesis de islas que siempre ando buscando en un viaje, pero gracias a Tiomán, pude conocer toda la costa Este de Malasia y quedármela como mi lugar favorito en Malasia.

PERHENTIAN

No sé qué esperaba encontrar en las Perhentian después de hacer quedado hipnotizado por la belleza y tranquilidad de las Tiomán. Supongo que el desastre no fue interior y lo que desfilaba delante de mis ojos a mi llegada no venía precedido por mi favoritismo a las menos explotadas Tiomán.

Las Perhentian eran un hervidero de viajeros independientes venidos de todas las partes del planeta, con un solo objetivo. Beber y comer. Sí, lo sé, sus arenas blancas y sus cristalinas aguas hacían difícil evadir el concepto de paraíso que evocaban al asomarte por la terraza de tu habitación. Pero seamos sinceros y sepamos decir con conocimiento y causa, que estos lugares tan emblemáticos pierden la mitad de su magnetismo si su atmósfera es corrompida por unos turistas irrespetuosos y unos comerciales que venderían su alma por cobrarte unos dólares más.

Las dos islas son idóneas para pasar la noche. No os estrujéis los sesos para decidir cuál es mejor. Pasad una noche en cada una y decidid. Si hacéis caso omiso a la poca amabilidad recibida por los Malasios, puede que Perhentian sea el paraíso que buscáis.

KOTA BHARU

Decidido a coger el mítico tren de la jungla, quizá no pensé en las consecuencias de apartarme tanto de la ruta como hice. Kota, es un lugar más cerrado al turismo. De fuertes tintes musulmanes y con un bonito mercado muy fotogénico, su visita puede pasar desapercibida. No voy a criticar un lugar que fue hospitalario como ningún otro. Debido a su proximidad con las Perhentian , se hace casi obligatorio su paso para coger el tren construido por los ingleses y que rompe a la jungla en dos para deleitarnos con unos parajes difíciles de encontrar en la explotada selva de Malasia.

 

CONCLUSIONES

En definitiva y como colofón a este viaje de un mes por tres países tan distintos, podemos hacer tantos cambios como queramos. Tengamos en cuenta que Indonesia cuenta con 17.000 islas. Malasia haría falta muchísimo tiempo para visitar todos los puntos más interesantes  y Singapur, ciudad moderna, puede que nos choque cuando vengamos de una pobre Nusa Tenngara, pero ese tortazo inicial, se torna en una suave acaricia cuando las culturas difieren tanto a menudo separadas por una frontera invisible pero presente.

Los cambios de país en un viaje, el cruce de fronteras, a menudo son necesarios para dosificar ciertas emociones, ampliando nuestras miras a nuevos horizontes.

Lee mis otros artículos sobre mis viajes a: Indonesia, Malasia y Singapur