Natsume Sōseki, seudónimo literario de Natsume Kinnosuke, nació en 1867 cerca de Edo (la actual Tokio). Descendiente de una familia de samuráis venida a menos, fue el menor de seis hermanos. Cuando tenía dos años, sus padres lo entregaron en adopción a uno de sus sirvientes y a su mujer, con quienes viviría hasta los nueve años.
Cualquier persona interesada en Japón y su cultura no debería dejar de leer la gran obra maestra de Natsume Soseki, tanto por la relevancia literaria de la obra como del valor que aporta para entender el pensamiento japonés. Kokoro (corazón en japonés) narra la historia de una amistad sutil y conmovedora entre dos personajes sin nombre, un joven y enigmático anciano al que conocemos como Sensei. El anciano, atormentado confeso por hechos de su juventud, se abre a su joven discípulo, quién se esfuerza en comprender la vida de Sensei, entre el respeto y el asombro.
Kokoro es una obra ambiental. El poder de la historia te transporta y te invita hacer algunas pausas para masticarlo y meditarlo.
Como dice Fernando Cordobés en el prólogo, Kokoro es uno de esos términos ‘ambientales’ que implican una atmósfera determinada, una sensibilidad específica. Conceptos como Kokoro para los japoneses, ‘saudade’ para los portugueses o ‘huzün’ para los turcos, por citar algunos que implican sentimiento, melancolía, belleza en una de sus formas más sugerentes, deberían incorporarse junto a todo lo que comportan al resto de lenguas para enriquecerlas.
La obra de Natsume Soseki fue editada por la editorial Impedimenta en Octubre del 2014, llegando a su tercera edición en 2016. La ediciones realmente exquisita, de hecho todas las ediciones de Impedimenta lo son. Desnudar la portada de las cubiertas genera un placer complementario a la lectura. El papel es agradable al tacto. No imagino ni por asomo leer Kokoro en un e-book.