Las visitas a las ciudades antiguas, ha resultado ser una experiencia maravillosa. El hecho de que las pusiera en mi ruta fue pura inercia debido al boca a boca de otros viajeros, pensando que no me iban a gustar y fue un gran acierto. El centro del país, es de una belleza impresionante. Las selvas, los lagos, los parques naturales poblados de animales y la sencillez de la gente que te acoge cálidamente, han conseguido poner un listón muy alto difícil de batir. Por eso, llegar a Kandy, ha sido como despertar de un dulce sueño y aterrizar en un duro colchón de cemento.
Esperar que Kandy sea un paraíso, donde miles de viajeros la utilizan durante varios días, como campo base, para hacer los puntos de más interés, puede hacernos pensar previamente, en una ciudad que goza de una reputación intachable, que será otra indispensable que no debemos perder . Nada más lejos de la realidad, nos chocamos de frente con un tráfico ensordecedor, con cientos de tuk-tuks agobiándote a cada paso que intentas avanzar y una suciedad algo excesiva diría yo. Kandy no engancha a primera vista y más aún habiendo leído tanto sobre ella y su impresionante arquitectura colonial, creyendo que iba a encontrar algo tan diferente, la decepción inicial ha sido muy marcada.
Sepamos que Kandy, es la ciudad más grande y poblada de la Zona Central, con aproximadamente unos 113.400 habitantes. Está situada al Norte de las Tierras Altas y suele ser el preludio para muchos viajeros, de su viaje hacia el Sur, dejándose caer en Nuwara Eliya o Ella, teniendo una buen nudo ferroviario, que parte hacia todas las partes del país.
Históricamente, fue la antigua capital del reino cingalés y fue derrocada por los británicos en 1816, después de haber aguantado heroicamente durante 300 años el intento de invasiones por parte de portugueses y neerlandeses. Eso marca el carácter de este pueblo, que mira de soslayo al resto de la isla con un gran orgullo.
El clima resulta muy alentador si venimos de pasar mucho calor, pero las lluvias son frecuentes y la humedad a 500 metros de altura se deja notar, haciendo que la ciudad cree un microclima donde todo puede pasar en una jornada, desde tener por la mañana un Sol encabritado, al medio día, unas nubes que parecen quedarse seducidas por las altas colinas y por la tarde unas lluvias torrenciales que parecen inundarlo todo a su paso.
Pero claro, debemos aclarar también que Kandy no es famosa por tener un buen enlace ferroviario, también es conocida por su Sagrado Templo del Diente de Buda (Sri Dalada Maligawa), donde todos los budistas, deben al menos acudir una vez en la vida.
Dejando de lado este importante lugar de peregrinación, también diremos, que uno de los fuertes en todo viaje por Sri Lanka, es el tramo que se hace en tren hasta Ella, y cómo no, el lugar más óptimo para conseguir una pasaje y coger el tren, vuelve a ser Kandy.
Sea como sea, la feota ciudad, tiene mucho que ofrecer sin quererlo y muchos de nosotros, nos vemos arrastrados aquí, porque estratégicamente, si vas por libre, debes parar, para seguir gestionando tu viaje.
Hacer escala y no visitarla, es según mi punto de vista, un error que debemos evitar, porque aunque sea en una jornada solamente, deberíamos tener suficiente, para poder hacer las tres visitas más típicas y también las más cómodas.
¿QUÉ VER Y QUÉ HACER EN KANDY?
-TEMPLO DEL DIENTE DE BUDA
Uno de los símbolos por excelencia, no sólo de la ciudad, sino de todo el país. Este enorme complejo, según sus feligreses, acoge un diente de Buda, para ser exactos, el diente izquierdo y para ello, cada día, hay dos ceremonias, para celebrar que poseen tal tesoro entre los cientos de turistas y peregrinos, que van pasando por caja al precio de 1500 LKR (7,50€).
Durante las ofrendas, a parte de oír los mantras o a los monjes tocar tambores a toda pastilla, podremos ver o mejor dicho, intuir, que dentro de un cofre está el supuesto diente de Buda. No os esperéis verlo. Apenas tendréis dos segundos para ver lo bien custodiado que está bajo tres cofres sin entorpecer las decenas de personas que vendrán en la cola detrás vuestro. A modo de porteros de discoteca, hay ciertos personajes que para hacer más liviana la enorme cola, van invitando a la gente a no demorarse mucho, indicando con las manos que no se detengan.
La visita bien merece de nuestra atención, ya que el templo, consta de varios edificios con unas salas, realmente bonitas. La vida de Buda en las pinturas, ya nos hará gastar un buen pellizco de nuestro tiempo.
Recomiendo que consultemos los horarios, porque aunque suelen ser tres veces al día, yo la última vez que estuve, el de las 9.30 se lo habían cargado.
Pese a la masificación del turismo, todo acaba siguiendo un orden. El respeto debe ser constante, llevando pantalones largos, los hombros tapados y no podemos llevar el calzado. Aunque lleguéis los últimos, siempre acabaremos por visitarlo todo a nuestro ritmo.
Kandy, sin este precioso templo de peregrinación, no sólo dejaría mucho que desear, sino que acabaría sólo por ser un punto de enlace hacia otros lugares del país
Los horarios son: 5.30 a.m., 9.30 a.m. y a las 18.30 p.m.
-LAGO DE KANDY O LAGO BOGAMBARA
El epicentro geográfico de la ciudad. Orientarse por Kandy es muy sencillo, resulta imposible perderse, tomando como referencia este enorme lago que hace acto de presencia desde cualquier terraza en los edificios más altos, como suelen ser los hoteles.
No es que haya mucho que hacer aquí, pero de eso se trata, de regalarnos un paseo tranquilo y mezclarnos con los nativos, comiendo en los puestecitos improvisados que van montando en las orillas. No hace falta decir, que no es apto para el baño y pesca, pero el gobierno está poniendo empeño en descontaminarlo, para que puede en un futuro no muy lejano, cambie.
-BUDA GIGANTE EN LA MONTAÑA (Bahiravokanda Vihara)
Fácilmente visible desde casi cualquier punto de la ciudad, este enorme Buda de 25 metros de altura, desde una privilegiada posición, nos dará la sensación que protege y vigila a la desalentada Kandy.
El templo es bonito y las vistas desde los hombros de la enorme estatua, donde accederemos por unos traicioneros escalones, son impresionantes.
Llegar hasta él, es fácil caminando por unas empinadas cuestas. Hacerlo en Tuk tuk es barato y muchos optan por subir sobre ruedas y bajarlo andando.
Un lugar algo más desconocido, pero que debemos tener en cuenta si pernoctamos en Kandy y tenemos tiempo.
La entrada tiene un precio de 250 LKR (1,30€).
-PERDERTE POR SUS CALLES ENTRE ENORMES MERCADOS
Quien venga de Colombo directamente a Kandy, le parecerá muy alegre entre el vaivén de sus gentes, yendo a comprar en los enormes mercados que se forman alrededor de la Estación de Tren. Quien venga de las ciudades antiguas o de sus playas, la concentración de tanta afluencia, pude incluso agobiarles un poco. Todo es cuestión de perspectiva, pero no le podemos quitar a Kandy, ese encanto que toda ciudad de Asia importante posee pegado a sus poros: Sus mercados, un enfoque único, de cómo la vida transcurre delante de nuestras narices.
En concreto, Kandy no es que tenga un lugar donde todas las tiendas queden en un solo núcleo, sino que consta de varios y estos extienden sus tentáculos hasta los rincones más escondidos, llenándolo todo de vida y color.
Caminar por la ciudad, acaba resultando ser placentero y todo, si el clima lo permite, siendo un lugar mucho más calmado que la enfurecida capital, donde las mareas humanas son
-FESTIVAL DEL KANDY
Durante los días de Luna Llena, en verano, se rememora el Esala Perahera, un festival que ha llegado a convertirse en el más importante de la cultura cingalesa y por qué no decirlo, en el más vistoso de todo el país.
Desfiles de elefantes, ataviados con vistosos ropajes, danzan al mismo tiempo que el resto de una población entregada en cuerpo y alma, con antorchas, danzarines, músicos y acróbatas, acompañando la salida, de la reliquia más venerada y custodiada de la ciudad: el diente de Buda.
Hace coincidir nuestras fechas con el festival anual más importante de Kandy no es algo muy difícil porque se realiza en verano. Lo realmente complicado será alojarse en un lugar digno a un precio razonable. Lo más sensato y si podemos cuadrar las fechas, sería reservar con antelación mediante las aplicaciones que tenemos por internet en nuestros móviles.
Para saber las fechas exactas, habrá que consultar la red, ya que anualmente bailan un poco. Por ejemplo, éste año (2020) será desde el 26 de Junio a 6 de Julio (10 días).
¿ES KANDY PELIGROSO?
Venir de Asia Central, donde el peligro ha sido inexistente, puede hacer que el detector que llevamos cada uno en nuestro interior para localizar posibles peligros, se vea injustificadamente aumentado. Depués del choque frontal con la bulliciosa Colombo, el cambio hacia las ciudades antiguas fue muy acentuado. Llegar a Kandy, fue frío y algo gris.
Nuestros paseos, se vieron algo afectados por los conductores de tuk-tuks, que apenas podíamos caminar durante diez minutos tranquilos sin que nos dejasen en paz.
En la periferia del lago, un par de chicos jóvenes, intentaron vendernos droga.
Supongo que es algo tan normal en las grandes ciudades que apenas reparas en ello y más si al final, en el cómputo global, Sri Lanka, nos ha parecido un país sorprendentemente seguro y afable con el viajero. Kandy, sencillamente hará que subamos el listón de precauciones, al tratarse de un lugar muy turístico.
CONCLUSIONES
Lluvias de artículos me llevaron a la duda si andaba yo metido en otro mundo o simplemente mi perspectiva era tan opuesta a la de muchos escritores y viajeros, que hablaban de “La ciudad más bonita del mundo”
No ayudó el hecho de que tuviéramos graves problemas con el hostal debido a las enormes lluvias torrenciales que echaron abajo el tejado dejando goteras trabajando a todo ritmo, mojando todo el equipaje y nuestros catres.
Hablar de la ciudad de Kandy, como una ciudad colonial inmaculada, no tiene sentido porque no es real. Sin embargo, si ahondamos un poquito en sus gentes, en sus mercados o en el bonito templo sagrado del Diente de Buda, no sólo Kandy, servirá para que los más cómodos viajeros se hospeden y utilicen a la ciudad única y exclusivamente para conocer toda la Zona Central de Sri Lanka, sino que acabarán incluso pillándole el gusto.
En mi opinión, y creo que es bastante objetiva, Kandy, sólo debería usarse en nuestro viaje como un punto más de los tantos que hay en una ruta por el país. Sin más dilación, creo que con dos noches, deberíamos tener más que suficiente, para poner rumbo, o al Norte donde están las Ciudades Antiguas, o al Sur, para empezar a abrir camino hacia la bonito litoral Costero, o cómo no, subirnos al tren de los sueños y dirigir nuestros pasos a Ella.
Sigue nuestros artículos por Sri Lanka