Describir la ciudad de Axum no es fácil. Con una intensiva visita de una jornada a un breve vuelo desde Góndar o Lalibela, podemos ponerla como un imprescindible en el itinerario y de este modo quedara completa una ruta cultural por el norte del país.
Cuando llegamos desde Lalibela a Axum, el cambio es radical. Mientras la primera, conserva las iglesias más impresionantes que podamos imaginar, con paisajes de una belleza desbordante y una población rural y simpática por naturaleza con el turista, en la segunda, nos daremos enseguida cuenta de que nadie, te mira, nadie te persigue y puedes disfrutar de unos tranquilos paseos sin ser asaltado por un enjambre de simpaticones niños.
Por supuesto que lo de farangi (término utilizado por los etíopes para llamar al extranjero), lo iremos oyendo durante todo el viaje. Esto no es una palabra despectiva y una sonrisa ante cualquier saludo, siempre será un gesto de agradecer por ellos.
LA LEYENDA DEL ARCA DE LA ALIANZA
Si Etiopía fuera de otro continente, o sus tierras contribuyeran a abastecer al resto del planeta de petróleo, seguro que todo el mundo sabría que aquí, en Axum, se encuentra según la leyenda, la famosa Arca de la Alianza. Por si hay algún despistado, recordemos a Indiana Jones, haciendo de las suyas en su primera película, para encontrar esta reliquia, que contiene según el antiguo testamento, las tablas de los Diez Mandamientos, que Dios le dio a Abraham, en el monte Sinaí. Por encargo divino, el “pueblo elegido”, debía construir un refugio y resguardarla de futuras conquistas, con lo que después de que los babilonios destruyeran el templo de Salomón, se perdió completamente la pista de su ubicación en el año 586 A.C.
No fue hasta muchos siglos después, que por arte de magia, la situaron en Axum, cuadrando algunas piezas del puzle que tanto tiempo se quedó incompleto. La leyenda viene de la mano de la famosa Reina de Saba, poderosa soberana que dio lugar a las famosas historias que en la actualidad el pueblo etíope se conoce al dedillo. Esta preciosa reina, con una flota de barcos, riquezas y abastecida de un buen ejército, era dueña de buena parte de Etiopía, Sudán, Yemén y algunos territorios más que hoy se encuentran divididos. Su partida a Israel para conocer al rey Salomón, no estuvo exenta de un romance con un hijo en su interior de regreso a su país. Salomón, desconocedor de su vástago, lo vio cuando ya era un hombre en una visita por parte del primogénito para conocer a su padre.
El parecido físico era tan evidente, que su padre le ofreció la sucesión en el trono cuando este muriera. El chaval, volvió a Abissinia (Etiopía), para seguir bajo el cariño de su madre. Un sueño por parte de un amigo suyo durante el regreso, le reveló, que Dios había elegido un nuevo enclave para la custodia del Arca. El príncipe obedeció las visiones de su amigo e hijo de un respetado sacerdote, y volvió para robarla y llevársela consigo a su reinado. El rey Salomón, enfadado, tuvo otro sueño donde Dios, le comunicó los deseos de que dejara marchar a su hijo con tan magnífico trofeo, retirando sus tropas que ya habían partido en su busca.
Las historias que he conseguido leer sobre este tema, cambian constantemente y a menudo encuentro que el argumento es semejante, pero que las visiones fueron otros los que las tuvieron, pero el final es el mismo. La captura del Arca de la Alianza para caer en un país, que reconozcámoslo, ha pasado desapercibido durante siglos.
Una cosa está clara. El pueblo tiene la certeza total, que en sus tierras descansa tal reliquia y a ella dedican sus templos, sus misas, sus cánticos y su modo de ver la religión. Si por algún caso, algún día el guardián que la custodia, abriera puertas y no encontraran nada, no sólo acabaría en un holocausto de fe inquebrantable en la actualidad, sino que el engaño mayúsculo que hubiera soportado la sociedad durante tantos siglos, acabaría con una rebelión de magnitudes inimaginables.
LA VISITA
Podemos contratar un guía y comprar las entradas a parte. La mayoría de los que podemos hacer a pie en el pueblo, entran dentro del precio. Un tuk-tuk, es una opción perfecta, si queremos ir a nuestro aire y abaratar el coste que saldría por alquilar a un conductor.
En el centro, encontramos el campo de estelas. Obeliscos alzados al cielo, nos cuentan la historia de una civilización muy antigua que reinó hace siglos en estas latitudes. Las tumbas, están perfectamente restauradas y muchos lugares, por precaución, han sido clausurados por miedo al derrumbe. El mayor obelisco de todos, es el que está caído y partido en varios trozos. Puede que esta sea la típica fotografía de la ciudad. Quien haya estado en Egipto, estará de acuerdo conmigo, que los templos y sus tumbas son parecidos.
Enfrente, tenemos la catedral de Tsion Maryam. Este conjunto es el más interesante de todo el lugar. En el recinto, encontraremos una moderna iglesia ortodoxa construida en la década de los 60, nada acorde al resto que la acompaña. Con frescos vivos y de enorme tamaño en su interior, podemos ver el libro sagrado que utilizan por unos pocos Birrs. Todo tiene precio en el país, y un guía esporádico, nos puede llevar al monasterio pegado a la iglesia, con la única pega, de que las mujeres, no pueden entrar. Justo enfrente del monasterio, vemos la pequeña iglesia que contiene el Arca de la Alianza. Un guardián, encargado de custodiarla, prohíbe tajantemente su acceso a cualquier mortal. Acercarse a la verja que la rodea, a menos de diez metros, es imposible.
Los secretos de una de las religiones más extendidas en el mundo, se guardan bajo una llave, en una pequeña construcción, que fácilmente pasaría desapercibida por la mayoría. ¿No se trata de eso?
Si continuamos, podemos visitar el museo, donde encontraremos cruces, coronas, trajes de los soberanos y todo tipo de artilugios de la realeza, tan ligada a la fe ortodoxa y eliminada de raíz en el año 1974.
Si lo que queremos es seguir nuestra excursión e ir más allá, en las afueras, encontraremos unas estupendas ruinas de un antiguo palacio, que según los arqueólogos, datan de fechas muy anteriores al cristianismo.
Imaginaros los secretos que andan enterrados en esta región. Se calcula que sólo un diez por ciento, ha sido descubierto, dejando el resto para un futuro, nada prometedor por falta de recursos económicos.
Pero no todo tiene porque ser cultural en Axum. La ciudad algo desordenada y exenta de un claro centro, da mucho juego para pasear por su larga avenida en un intento por parte del gobierno en modernizarla. Los bares musicales son encantadores. Los lugareños se reúnen a tomar unas cervezas al ritmo de la música nacional, que realmente no suena nada mal. Las vendedoras de higos, están por todas partes. Los chavales, más a su aire que en otros lugares, corretean, ríen y juegan con neumáticos. Las tiendas abiertas, siempre tienen clientela. El dinamismo en Axum, está más presente que en Lalibela y pese a que me cueste decirlo por mi decante por ésta última, Axum, se deja llevar mucho mejor, se respira diversión y tiene un toque romántico, sin ser pretencioso, sin estar preparado para dar una maquillada cara al turismo y poder dar una vuelta hasta el final de su larga avenida, puede que nos alegre mucho más el día de lo que podamos imaginar.
Animo a que paséis por aquí. Y podréis imaginar que al final no fue Indiana Jones quien encontró el Arca de la Alianza, sino que habéis sido vosotros los que la encontrasteis, en un perdido pueblo del norte de Etiopía.
Más imágenes de Axum:
Campo de Estelas en Axum.
Vistas de sus fantásticos y frondosos paisajes.
Monasterio al cargo de sacerdotes. Las mujeres tienen prohibida la entrada.