Hoy podría haber sido una tarde normal y corriente. El invierno, sacudiendo la puerta con firmes nudillos, asoma su cara sombría y las campañas navideñas, se dejan ver por todas las esquinas de la ciudad de Barcelona. Hoy martes y trece, dejemos las supersticiones para los más ingenuos y centrémonos en que la vida es un día a día, sin contar al fin y al cabo, el número del calendario y por qué no, intentar ignorar qué día de la semana es hoy.
El propósito de hoy, echar una buena tarde con los amigos, en la librería especializada en viajes Altaïr.
No es casualidad que sea una de las referencias en Europa sobre literatura de viajes. Su cafetería con aromas exóticos a hierbas hervidas te llegan a transportar a otros lugares sin moverte de una mesa. Como telón de fondo, estanterías repletas de libros que hablan sobre lugares de ensueño, de deseos cumplidos y por cumplir, de mapas dedicados a nuestro querido planeta en distintos tamaños y formas. Las paredes están adornadas con cientos de guías de viaje, para que demos ese empujoncito que nos hace falta a menudo para decidir dónde ir, o sencillamente preparar nuestro destino elegido.
En mi mesa, sentados, Carlos Cuevas y Jordi Carot. Dos amigos y compañeros en el proyecto de Viajar por libre, donde poniendo las ideas en orden, siempre acabamos sacando la misma conclusión. Disfrutemos compartiendo lo que sabemos sobre nuestros viajes y que venga lo que sea.
Carlos Cuevas, amante de la cultura china, se inició en esta pasión en la Fundación Casa del Tibet de Barcelona, hace unos cuantos años. Una cosa vino con la otra, y aunque políticamente sean dos tierras opuestas, no se podrían entender ni analizar por separado. Su juventud, refresca el alma bloguera de nuestro espacio, aportando interesantes crónicas sobre sus experiencias en el gigante asiático. Mi viaje a China, queda ubicado en un pasado muy lejano y escribir sobre este país después de diez años, sería mentir al lector, porque las cosas han cambiado muchísimo. Puede que los paisajes no hayan variado en su insultante belleza, pero no podría aportar esa información tan fresca y actual, que él junto a su escritora madre, nos regalan con cada crónica aportada desinteresadamente.
Jordi Carot, documentalista, con una dilatada experiencia en ámbitos culturales tibetanos, es un amante incondicional del budismo. Su amor y pasión por el mundo del viaje viene acompañado del amor hacia uno de sus países favoritos. La India. Un país que cambió su modo de ver la vida y que le sirvió de trampolín para seguir adelante hacia un viaje sin retorno a temas tan delicados como las injusticias sufridas en el Tibet. No podríamos entender la cultura tibetana sin reinventarnos en las tierras norteñas del subcontinente Indio. Sus viajes hacia esos sagrados territorios, hicieron que entre su alma viajera y su corazón independiente, creara el documental Earth Sutra.
La tarde entre cafés y libros no acababa allí. Una visita sorpresa de mi amigo Luca, ha puesto la guinda a un pastel cocinado con ilusiones y pasiones. En la mesa, cuatro aventureros con más de cien países a nuestras espaldas.
Luca. Si me preguntaran quién es Luca, diría que una persona que conocí en un pueblo perdido de Sulawesi (Indonesia), un día cualquiera, mientras visitaba a la tribu de los Tana Toraja. Nos caímos bien enseguida y quedamos aquella noche del año 2010 para cenar. Lo que no deja de asombrarme, es que han pasado seis años y gracias a las redes sociales, jamás hemos dejado de tener contacto. Sus viajes son de largo mucho más numerosos que los míos. Su experiencia y consejos, siempre me han venido bien cuando he ido a un destino que él había pisado con anterioridad. Su humor, tronchante. Su manera de decir las cosas, directas y sin tapujos. Como a mí me gustan. Puedo asegurar, que he pisado varios países por sus consejos y he desestimado otros por sus críticas. Si. No se puede ser del todo objetivo si te dejas guiar por otra persona, pero es que siempre ha calcado lo que me ha aconsejado, dejándome influir de una manera positiva en su manera de ver el mundo y los viajes.
Desde Italia, desde Milán, hoy Luca estaba en Barcelona, rememorando viejos tiempos, pasadas aventuras que siempre acaban regresando a nuestros corazones, cuando estamos en buena compañía.
Definitivamente, tardes como las de hoy, deben repetirse más a menudo. Juntar historias ajenas y poder crear en tu mente una aventura que no es tuya, pero que de alguna forma, ya eres parte de ella. Aunque sea martes y trece….
Yo con mi amigo Luca
Documental Earth Sutra premios Goya