Hace unos veinte años, me aventuré a conocer África. La pregunta que me hacen algunos ¿Cómo que no has ido más al continente habiendo viajado tanto?
África no es fácil. No es un lugar donde viajar por libre precisamente sea algo sencillo. Todo son barreras y las gestiones tan primordiales como moverse, seguridad y economía van atropellándose hasta conseguir un combinado casi mortal tanto económica como psicológicamente para cualquier viajero.
Durante mi aventura por Etiopía, el norte fue complicado pero factible, pero una vez decidí conocer el sur, no sólo tuve que contratar a un guía local, sino que me di de frente con toda una realidad difícil de digerir. Al deporte favorito de los niños que es nada más y nada menos que tirar piedras a los “farangi” (blancos), se sumaban los conflictos políticos entre población y gobierno, los decrépitos caminos polvorientos adornados por escasos y destartalados autobuses atestados de gente, los miles de rebaños circulando entre quebrados burritos a punto de morir y una parte que no vemos en los viajes y que no queremos asociar a nuestro periplo: La pobreza, una pobreza que se come vivo tanto a los campesinos, ganaderos como a los que viven del trabajo del hambre como bien decía el escritor Ramiro Calle.
Miseria… la miseria sacude todos nuestros sentidos y podemos sentirla en los olores, en el ambiente, en una mugrienta atmósfera que te ahoga y te agobia, una realidad tan física que te replanteas la idea de si realmente mereció la pena venir a este lugar perdido en el mapa del mundo.
África no existe, o eso quiso plasmar Ryszard Kapuscinski en su opera prima Ébano. Olvidada, indomable e incluso inhóspita para el ser humano , África si existe, estando latente en los corazones de los aventureros más atrevidos del planeta, en las obras literarias viajeras más importantes de toda la historia. Envolverte con ese halo de misterio y terror es posible. A la obra literaria de Joseph Conrad me refiero, cuando en “El corazón de las tinieblas”, consigue empaparte de horror hacia lo desconocido y ser testigo de la crueldad que el hombre blanco infligió a sus nativos.
El continente no va un paso atrás, sino que se aleja de toda lógica, anclando a la población de muchísimos países en un pasado dispar al resto del mundo.
Perdonadme si menciono a tantos escritores que dieron su vida por conocer el continente, pero siempre he sido un fanático de este tipo de literatura. ¿Asia, América, Australia, Europa? No. África va más allá y sus libros siempre me han transportado en mente literalmente a cualquier país. De hecho, incluso cuando viajo a otros continentes, sigo leyendo sobre África, sobre un territorio que se me resiste, que se me atraganta, que me mantiene alerta y seamos sinceros, me aterra.
Mis primeras incursiones fueron a lo grande. Decidí ir con una agencia en camión, durmiendo en tiendas de campaña un mes. Durante la ruta, pude recorrer Suráfrica, Namibia, Botsuana, Zimbabue y Zambia. Durante aquel viaje, ya hace veinte años, conocí accidentalmente a Javier Reverte, no en persona… sino su obra: «Vagabundo en África». Decidí seguir leyéndolo posteriormente hasta acabar por su libro fetiche: El Sueño de África. Aquello fue una llamada, una simple y clara llamada en un futuro que no esperaba que fuera tan prolongado, a conocer Tanzania y Kenia. Sus impresiones mezclando su viaje con los hechos históricos que fueron dibujando el mapa político y dieron forma a la sociedad actual, no sólo me llamaron, me sacudieron de lleno, mientras recorría cientos de kilómetros por los inertes y yermos caminos de Namibia masticando polvo, mi mente ya volaba hacía Tanzania.
Por cuestiones que se me escapan, indagué para hacerlo por libre, siempre echándome atrás. Que si Arusha era un punto sencillo para contratar guías, que si un alquiler podía ser la solución para visitar Kenia, que si …. Todos esos “que si”, se quedaban ahí, en nada. Exploré durante más de veinte años unos ochenta países. Ahora sí, ahora pese a que mi filosofía de viaje difiera de la que voy a hacer, toca tirar de veteranía y de lógica.
POR AGENCIA O POR LIBRE
Mencionado lo anterior y debido a los altos precios que desglosé con esmero durante años, era cuestión de tiempo que optara por lo que hice en mi Gran Ruta del Okavango; Contratar a unos expertos y compartir gastos con otros viajeros, para poder conocer los tres países dentro de un precio lógico, pese a que ese precio siga disparándose.
¿Cómo una web de viajar por libre puede hacer un viaje por agencia? Sin problemas, sin complejos. Lo hice durante mi viaje por el sur etíope y lejos de ser objetivo con mis artículos, creé crónicas viajeras para mantenerme con los pies en el suelo y disfrutar de mi espacio y poder compartirlo con todos los viajeros.
Lejos de restar puntos a la ideología de mi página web, resultó que Etiopía se convirtió en un gran referente frente a artículos mucho más llamativos y coherentes.
Me ofrecieron trabajo como nexo entre España y Etiopía, gestionando una oficina virtual para que promocionara el país, pero decidí que mi trabajo no era ese. Mi forma de vivir era y es viajar, y mi forma de viajar no es convertirla en trabajo. No quería corromper esa parte que todavía a duras penas conservo. ¿Hice bien? No lo sé.
El dilema de viajar con agencia es que mi razón de ser en el ciberespacio, parece esfumarse. Digo parece porque no es cierto. Jamás he criticado a quien decide hacerlo todo organizado. El fin es el mismo. Conocer otros países y enriquecerte. Mi padre sin ir muy lejos siempre viajó por el mundo a cuerpo de rey con las mejores agencias y fue mi inspiración, mi referencia y mi empuje para yo hacer lo mismo pero de otra manera por falta de medios. Al final, esa falta de medios se convirtió de manera involuntaria en una característica inequívoca de mi forma de viajar y ver el mundo.
Trataré de escribir no sobre cómo visitar los países, sino que mis artículos serán unas crónicas viajeras muy personales y subjetivas. Ahí lo dejo y espero que pueda transmitir todo lo que hice en Etiopía a mis lectores.
EL VIAJE
Bien definido, bien planificado, nuestra base será un camión, nuestros catres se aposentarán algunas jornadas en tiendas de campaña, otras en hoteles o campamentos base en los parques más importantes. Unos desconocidos compañeros, un guía, un jefe de campamento, un conductor y un cocinero serán partes de mi vida durante unos 24 días.
La indomable África, es tan grande que abarcarlo en un artículo, suena a chiste. Centrémonos en el viaje, sabiendo que nuestros primeros días andarán en Uganda y de allí iremos cruzando fronteras terrestres, primero Kenia y luego Tanzania para coger un vuelo hacia la joya del índico, Zanzíbar.
CONCLUSIONES
El viaje es objetivamente hablando, todo un organizado casi al pie de la letra, aunque cruzándome con otros viajeros en otros países durante mis anteriores viajes, en este continente, nunca sale todo como uno espera. Las cosas parecen fallar siempre y esa calma tan europeizada en África es pura ambigüedad, aunque acaben por arreglarse los percances. Mejor tarde, muy tarde que nunca.
Uganda, Kenia, Tanzania y Zanzíbar esperan a ser descubiertas por mí. Pese a que los países anden algo trillados ya de turismo que durante décadas ha ido dejando sus huellas en todos los caminos, sabemos de antemano que el continente siempre guarda misterios y sorpresas incluso para los viajeros más veteranos.
Sólo diré la frase que dije cuando me fui a Etiopía creyendo que era un viaje imposible y que es totalmente cierto:
África se deja acariciar, pero nunca dominar…
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Además…
LIBROS IMPRESCINDIBLES PARA CONOCER ÁFRICA
Ya que estamos, ¿Por qué no recomendar ciertos libros para abrir boca y que esa sed de conocer África se despierte entre vosotros?
Os pondré cuatro de referencia, pero al final os recomendaré unos cuantos más sin hacer referencias, pero totalmente recomendables
-ÉBANO: todo un clásico. Puede que quede anticuado, pero ha sido toda una referencia periodística a la que escritores posteriores les ha inspirado para seguir un legado que parecía estar muerto después de los descubrimientos de los antiguos exploradores.
Mencionar, que hay escenas escalofriantes redactadas que todavía siguen vigentes. Pero el apartado del Nairobi … todo un escándalo que poco ha ido mejorando con el paso de las décadas. Cómpralo
-EL SUEÑO DE ÁFRICA. Para mí, y pese a ser criticado por otros colegas del ramo literario, es toda una referencia en España. Javier fue más allá. Con su tripa, su aspecto de buen comer, indagó y escribió combinando la historia con su viaje a tiempo real, mejor que nadie sus visitas por el continente. No es lo mismo que un escritor sea español, que nos traguemos una traducción del inglés. Obra imprescindible y que descanse en paz surcando los cielos, viendo su amada sabana. Cómpralo
-CONGO. Pese al tocho de sus 1000 páginas, no debe amedrentaros. Congo no entra dentro de este viaje, pero veo interesante leerlo. A mí me ha encantado desde sus primeras líneas. Podemos intuir, como la colonización no sólo aquí, sino a nivel general, se vendió en Europa como un intento de mejorar la vida de los africanos. Sin embargo, la realidad fue masacrarlos y esclavizarlos. Su lectura es muy amena, pero muy dura. Los hechos que cuenta este gran periodista después de largos años de entrevistas a los supervivientes más ancianos e investigaciones históricas, hacen una copia de lo que Reverte usa en su narrativa, combina a la perfección lo que el estado belga llegó a hacer durante su colonización con su viaje en varias etapas y años al país.
También hace muchísima referencia a la isla de Zanzíbar, donde en el pasado fue un epicentro administrativo de esclavos. Si nuestro viaje acaba allí (como en mi caso), no está de más informaros de lo qué ocurrió en este paraíso. Cómpralo
-EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS: Todo un clásico editado en 1899, narra la aventura de un marinero que navega por el gran río del Congo. Su en teoría personaje ficticio, resultó sacado no de la mente del escritor, sino de su experiencia durante su juventud de una horripilante visión de cómo la selva puede hacer sucumbir al ser humano. Puede que no sea una obra tan convencional como los descritos arriba, pero es para mí todo un imprescindible. Cómpralo.
OTROS LIBROS A TENER MUY EN CUENTA