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¿Cómo atacar los lugares imprescindibles de Berlín sin morir en el intento?

Primeras impresiones

Fría, gris y algo brusca, el cielo de Berlín es invadido continuamente por gigantescas grúas, que trabajan a toda velocidad para construir una capital orgullosa, con miras hacia un futuro muy prometedor, queriendo borrar un pasado empapado de una triste guerra que todo el mundo quiere olvidar, pero que inevitablemente acaba siendo el atractivo para muchos visitantes.

Su división durante la repartición entre los aliados que vencieron a los Nazis, dejaron  una Alemania dividida territorial y políticamente, creando algo tan curioso, como único en el mundo. Mientras toda la periferia bailaba a ritmo soviético, Berlín se mantenía a dos bandas, dividiendo el epicentro, entre capitalistas y comunistas. La cosa se complicó de tal manera, que decidieron levantar un muro para que los menos favorecidos por la nueva nación, evitaran pasar y hacer una nueva vida en el bando occidental.

No desfallezcáis en el intento. Criticada y amada de la misma manera, Berlín abrió sus puertas al mundo hace tan solo tres décadas, tras la caída de su famoso muro, uniendo las dos partes de la ciudad para recomponerla, modernizando su desfasado y forzado estilo. Por eso, la sensación de que todo está en obras es muy patente mientras callejeemos y veamos al lado de un edificio moderno, bloques de pisos abandonados y al lado de estos, enormes solares, donde están plantando los nuevos pilares que levantarán del todo a una ciudad, con el punto de mira muy alto,  con pretensiones de tenerlo finalizado en el año 2050.

Después de mi estancia en Cracovia, el cambio estaba asegurado. La historia de una, era la opuesta a la otra. El objetivo de mi viaje, era hundir mi curiosidad en el origen y las consecuencias de una idea alocada, llevada a cabo por un títere del demonio. Puede que hayan pasado más de 70 años,  pero cumplí con creces mis propósitos, viajando en el tiempo entre sus museos, memoriales y campos de concentración, no dando por perdida la batalla del recordatorio, para que jamás vuelva a suceder algo semejante.

Por eso y porque la ciudad lo merece, hay que venir a conocerla. Inspirada por la esperanza “acaudalada” y un futuro cargado de optimismo, los edificios que están naciendo bajo prestigiosas firmas, van en concordia con una vida más callejera, llenando las carencias que tiene por su juventud, con restaurantes internacionales, mercados navideños, avenidas de lujosas tiendas y barrios obreros dignos de poner en cualquier guía de viajes y que pasan desapercibidos para la mayoría de nosotros.

Bienvenidos a Berlín. Tomad mucha vitamina D, haced hueco en vuestros estómagos para la buena cerveza, porque tan sólo debéis cruzar la puerta de vuestro hotel, para caminarla y conocerla. Estoy seguro, que como me pasó a mí, al cabo de dos días, acabéis admitiendo que sí, que Berlín mola y mucho.

 

DIEZ LUGARES IMPRESCINDIBLES

  • PUERTA DE BRANDEBURGO

Un clásico que no deja de ser un monumento algo soso pero que es todo un símbolo de la ciudad por su historia, representando la reunificación alemana. Su creador, inspirándose en la Acrópolis de Atenas, consiguió representar un arco del triunfo, que estaría fuera del alcance de cualquier mirada durante el levantamiento del muro. Epicentro social, foto obligada y todo un tópico donde ir a disfrutar de los conciertos y su gran espectáculo en fin de año. Para ir , podemos bajar en la parada de metro de Branderburger Tor y de paso pasear por la animadísima calle Unter den Linden.

¿Cómo llegar?. Metro: Branderburger tor, línea U5; Tren: Líneas S1, S2 y S25.

 

  • REICHSTAG Y BARRIO GUBERNAMENTAL

A un paso de la mismísima puerta de Brandeburgo, el famosísimo edificio del Reichstag, puede considerarse como un imprescindible por su porte y belleza. La cúpula todo un reclamo de visitas multitudinarias, donde es aconsejable reservar con mucha antelación, sino nos quedaremos sin poder subir a ver las fabulosas vistas, que ésta ofrece. Mencionar, que pasear por el barrio gubernamental, por el río Spree, es toda un experiencia. Sin duda alguna, ésta zona se ha ganado merecidamente un puesto en cualquier lista de lugares que no debemos perdernos.

¿Cómo llegar?. Metro: Bundestag, línea U55. Autobús: línea 100.

  • ISLA DE LOS MUSEOS

A modo personal, una de las mejores zonas para pasar un día, absorbiendo historia y cultura. A parte de tener museos en ese trozo adoquinado que queda dividido por el río, el paseo resulta reconfortante. No debemos pasar por alto, que Berlín tiene 175 museos y más de 300 galerías de arte. Elegir entre tanta oferta puede ser una pesadilla. Aquí os dejo dos que no pueden pasarse por alto: El Pergamonmuseum, que contiene trozos asombrosos de murallas de civilizaciones pasadas y el Neues Museum, que contiene entre sus vitrinas como estrella principal, el mismísimo busto de Nefertiti.

¿Cómo llegar?. Metro: Friedrichstrabe, línea U6. Tren: Friedrichstrabe, líneas S1, S5, S7, S9, S25 Y S75

  • GEDENKSTATTE BERLINER MAUER

Todo un clásico en Berlín y un buen modo de tomar conciencia de lo que supuso en su día el Muro de Berlín. Podemos planear nuestra visita en tan solo una mañana a ritmo ligero, para ver fragmentos originales del muro, pisar lo que en un pasado era una zona de seguridad, paradójicamente llamada la franja de la muerte. En esta zona, veremos la capilla de la reconciliación y fotografías de los que perdieron la vida intentando cruzar.  Al otro extremo del muro, se encuentra el Centro de Visitantes desde donde observar a vista de pájaro, todo lo que implicaba el enmarañado sistema anti-huidas, de la República Democrática de Alemania.

Si lo programamos bien, podemos partir desde El Palacio de Las Lágrimas, donde antiguamente era usado como aduana entre ambas Alemanias. El museo no tiene desperdicio y es gratuito. Desde allí, coger el metro e ir a la Karl Marx Avenue, donde ver un claro ejemplo de cómo era el lado comunista y de paso ver una de las más famosas librerías del país que recibe el mismo nombre. Podremos antes de llegar al muro, visitar la famosa estación fantasma Nordbahnhof.

Entender su historia es algo complejo, por lo que aconsejaría que contratarais un guía y os contara como se llegaron a tales extremos.

¿Cómo llegar?. Metro: Bernauer Strasse, línea U8.

 

  • MONUMENTO DEL HOLOCAUSTO

Una obra encargada al famoso arquitecto Peter Eisenman. Después de varias décadas de acaloradas discusiones, decidieron inaugurar en el año 2005 este imponente recordatorio a las víctimas judías caídas bajo el mandato del Tercer Reich. Puede que en las fotografías no transmita lo que en persona te hace, cuando caminas entre sus laberínticos y gigantescos bloques de cemento. Hay un total de 2711 estelas cúbicas y en un principio, lo que puede parecer un paseo algo austero, puede convertirse en una mala experiencia, creando en algunos, desorientación y claustrofobia. Creo que el artista dio en el clavo cuando creo este enorme complejo, queriendo transmitir estas sensaciones.

No debemos perdernos el museo, un buen punto de información,  (Ort der Information),  dedicado a la persecución y exterminio de las familias judías, situado en el mismo recinto en un extremo. Es gratuito.

¿Cómo llegar?. Metro: Postsdamer Platz y Mohrenstrasse, línea U2.

 

  • GENDARMENMARKT PLATZ

No sólo se trata de una de las plazas más hermosas de la ciudad, sino que además, la zona en la que se encuentra es realmente asombrosa. Podremos ver sus dos iglesias barrocas idénticas y el Concert Hall, si a esto le añadimos que vamos en navidad, podremos pasear, para mí, por un mercado totalmente recomendable, tanto de día como de noche. Pero ahí no acaba la cosa, sino que en su periferia, puede que encontremos una de las zonas más bonitas de Berlín acompañada de la archiconocida calle comercial Friedrichstrable.

¿Cómo llegar? Metro: Hausvogteiplatz, línea U2; Franzosische Strabe, línea 6

 

  • EAST SIDE GALLERY

Es el mayor trozo del Muro de Berlín que se conserva, midiendo 1,3 kilómetros. Aunque hayamos hecho la ruta de su historia y pasado por diversos puntos, éste queda fuera del alcance y hay que hacerlo en otra visita, debido a lo alejado que queda. Se trata de una galería de arte al aire libre y uno de los iconos inequívocos que todo visitante tiene en mente cuando pisa la ciudad por primera vez. Pasearlo y disfrutarlo es toda una tradición. Sus obras expuestas hacen un repaso a la reciente historia de la caída del muro, y las pinturas en las paredes de cemento, son de famosos artistas. El ambiente que hay por el barrio es agradable y el río ayuda a mejorarlo.

¿Cómo llegar? Metro: Warchauer, Strabe. Línea U1 y Tren Ostbahnhof. Líneas S3,S5,S7 Y S75

 

  • POSTDAMER PLAZ

Antiguamente era considerado el auténtico centro de Berlín. Esta plaza, devastada por la guerra, puede que fuera un auténtico festín para los sentidos si pudiésemos viajar en el tiempo. Ahora, se alza como una de las zonas más modernas del país, con un sector comercial muy importante.

Con restos visibles del muro para el recuerdo, Alemania, intentó olvidar esta división, queriendo innovar el lugar, dotándolo de dos edificios dignos de ser vistos, El Sony Center y el Quartier Daimler Chrysler.

El Sony Center es caracterizado por su gran cúpula de acero y cristal iluminada con luces cambiantes, bonitos restaurantes y para los más cinéfilos, deben saber que en este lugar, se celebra el famoso Festival de Cine de Berlín.  Recomiendo visitarlo de noche.

El Quartier, es más tranquilo y desconocido, teniendo rincones verdaderamente relajantes en medio de tanto ajetreo.

¿Cómo llegar? Metro: Potsdamer Platz, Línea U2; Tren: Potdamer Platz, Líneas: S1, S2 y S25.

  • IGLESIA MEMORIAL KAISER WILHELM

Indudablemente es la iglesia más conocida de la capital. Un recordatorio de la destrucción que ocasionó la Segunda Guerra Mundial. Podríamos decir que es de los pocos edificios que decidieron conmemorarlo ya que el resto, anda entre escombros de enormes solares donde construir un nuevo centro comercial.

La visita no sólo es interesante debido a esta iglesia neo-románica, sino que da acceso directo a una de las calles más famosas de Berlín: la Kurfürstendamm. La otra, por supuesto, es la Unter den Linden.

Un paseo por la zona, con acceso gratuito al monumento, será adornado si vamos en navidad, donde un precioso mercado navideño nos dará la bienvenida.

¿Cómo llegar?. Metro: Kurfürstendamm, líneas U1 y U9, Zoologischer Garten, líneas U2 y U9.

  • BARRIO MITTE Y HACKESTER MARKT

Sí, lo sé que hay muchos lugares que a mucha gente le pueden gustar más, pero es que a mí este barrio me cautivó. La sencillez, los señoriales edificios, los bonitos restaurantes, los bares de copas al último grito de moda, combinados con las cervecerías más antiguas donde aún se puede incluso fumar dentro y unas calles repletas de vida, hicieron que marcara este punto como imprescindible. Además, contiene un secreto llamada Hackester Mark Street Art, que no deja de ser un pasaje, donde todos los grafiteros tienen un  espacio reservado para hacer de las suyas. En el otro lado, las obras que se muestran, son de artistas más famosos. Vamos, todo un bastión para el arte urbano. Todo esto, acompañado de terrazas y restaurantes algo decrépitos, con tiendas de lujo a escasos metros,  pero con un encanto misterioso y atrayente. Todo un símbolo de lo que yo esperaba encontrarme de Berlín antes de pisarla por primera vez. Es totalmente recomendable hacerlo de noche

¿Cómo llegar? Metro: Weinmeisterstrabe, línea U8; Tranvía: M1, M4, M5, M6 y M8.

CONCLUSIONES

Preparad un buen calzado para caminar entre sus anchas avenidas. Si vais en invierno, abrigaos bien e intentad si tenéis tiempo, visitar muchas más cosas de las que yo he puesto en los diez primeros puestos.

No os perdáis el post de “Consejos a seguir en Berlín”, para que podáis disfrutar de una visita más amena y económica.

Al principio puede que os pille descolocados, pero dadle tiempo, no hace falta mucho, para que acabéis enamorados de una ciudad algo alocada y descuadrada, pero que tiene algo que acaba gustándole a todo el que la visita.

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